Este poema habla sobre el amor incondicional de Jesús por nosotros. Describe la mirada dulce y especial de Jesús hacia cada persona desde lejos, aunque no podemos verlo. Afirma que Jesús tiene un lugar encantado para cada uno en el cielo y que al mirarlo veremos la magia de su luz. El poema invita a recibir a Jesús en el corazón para sentir su fuerza, perdón y esperanza de paz.