2. Zeus había invitado a todos los dioses
del Olimpo a un banquete. Pero no
invitó a Eris, diosa de la envidia. Pero
ella no se perdió el banquete, llegó a
la fiesta y mientras bailaban y
saboreaban los potajes, lanzó una
manzana de oro que tenía una
inscripción que decía: “Para la más
hermosa” Las diosas Hera, Atenea y
Afrodita se enfrascaron en una
discusión marcada por una divina
vanidad, puesto que cada una se
sintió aludida y reclamó para sí el
regalo.
3. Un día Perséfone estaba jugando con sus
amigas las sílfides y las dríades. Pero un
día la tierra se abrió con una enorme
grieta, de la que emergió Hades,
llevándose consigo a Perséfone, Démeter
la buscó por todo el mundo, furiosa. Zeus
optó por pedirle a Hades que devolviera
a la joven, pero Hades le había dado de
comer a la joven un grano de granada. Y
todo aquel que probara algo del
Inframundo era obligado de permanecer
ahí para siempre. Zeus quedó con Hades
para que Perséfone viviera una parte del
año con Démeter y una parte de año con
Hades. Dicen que cuando Perséfone
vuelve con su madre todo florecía, pero
cuando se iba al inframundo todo era
gris y triste.