Moisés estaba agotado por tratar de lidiar con todos los asuntos del pueblo él solo. Dios le dijo a Moisés que delegara responsabilidades a otros líderes para ayudarlo, lo que resultaría en que Moisés y el pueblo estuvieran menos agotados y más satisfechos. Al delegar, Moisés podría concentrarse en asuntos más importantes y desarrollar un equipo de liderazgo que usara los dones de cada uno.