Un hombre le grita "yegua" a una mujer que va en un carro en sentido contrario en una carretera. Ella responde gritándole "más yegua su madre". Ambos continúan su camino, aunque la mujer va sonriendo por haber respondido. La moraleja insinúa que los hombres y mujeres tienen dificultad entendiéndose el uno al otro.