Miguel Hidalgo convocó a un grupo de campesinos en la Iglesia de Dolores en 1810 para hablarles sobre la libertad e igualdad. Les habló de ideas ilustradas que recorrían Europa y del sueño de la libertad. Los campesinos se sintieron inspirados pero también tenían dudas sobre si la guerra era necesaria para lograr un poco de libertad y si Hidalgo buscaba realmente su libertad o solo usarlos para lograr sus propios fines.