Los bebés comienzan a desarrollar su fuerza y coordinación gateando y sosteniéndose de objetos, lo que les permite explorar su entorno de forma segura. Gatear ejercita los músculos de las piernas, la espalda y los brazos, mientras que sostenerse de muebles les da confianza y fuerza en las manos y dedos. Estas primeras habilidades motrices son fundamentales en el desarrollo de los bebés.