1. MARTES 4 de Marzo de 2008 3SQ
Día 2 – V. 2.0 – BCN
07.45 (Hora local) – Joder, que no enten-
déis que aquí no es para dormir– me dicen en-
tre sueños. Yo entre abro un ojo.
– Em cago en de–ne.
07.46 Me esfumo con todas mis chivas.
07.47 Envío el primer mensaje a Ogt y
Gurb, a ver si aquí de cerquita se nos da la co-
nexión: – A ver hijos de su mal dormir, ahorita
mismo me contestan porque estoy en tierras
extrañas– Le doy send y espero.
10.50 No hay respuesta.
11.10 Estoy caminando por una cosa que
llaman ‘Las Ramblas’. Busco en la UTA–M
3 V.2 alguna pista sobre este lugar y dice algo
como:
1. Sust. F. Lugar en el que bajaba un río.
2. Coloquial. Cuenca de río que ahora se2. Coloquial. Cuenca de río que ahora se2. Coloquial.
utiliza como paseo para las personas.
3. Sin. Cuenca. Riada. Paseo.
Por lo que veo y como dicen por “mi pue-
blo”, el otro, debe ser algo así como un el es-
pacio donde caminan hartas personas, donde
antes bajaba agua, mierda y demás, ahora ba-
jan ríos de güeyes, mierda y demás.
12.21 Llevo horas buscando un lugar en
donde comer una guajolota. No hay, no exis-
ten por aquí. Ni siquiera un atolito, una taque-
ría callejera. Todo es un bar.
13.21 Respiro y cada vez que lo hago siento
algo extraño.
– traca tiqui tiqui tum– La Maquinita hace
acto de presencia. Me parece que hay un men-
saje. No sé si emocionarme ¿será que el Ogt
y Gurb me han contestado?, ¿La Junta Supre-
ma me manda una nueva misión?, ¿Qué será?
Miro la pantalla expandible con mind, voice,
feeling, dream, etc, etc, y touch screen, o sea
que casi funciona por sí sola, uno nomás tiene
que medio existir para que jale la madrinola.
14.05 – Lo que te pasa es que como a los
changos, chimpancés y los gorilas, cuando los
bajaron del árbol perdieron la cola, les decre-
cieron los brazos, se les cayó el pelo y se su-
pone que empezaron a ser humanos. Al menos
eso dice la teoría de la evolución, se hicieron
dizque humanos– Yo pienso que La Maquinita
me está dando el avión y choreando de una
manera, que Dios guarde la hora.
16.23 La Maquinita sigue y sigue con su
explicación –En resumen– dice y yo suspiro
–Si un chimpancé bajó de un árbol y le suce-
dió todo lo que le sucedió, entonces a ti que
bajaste 2 mil 400 metros desde la Ciudad de
México hasta Barcelona, que está a nivel del
mar, imagina lo que te puede suceder.
17.01 Pienso en toda la chora interminable
de la UTA–M 3 V.2 y puede que tenga razón:
bajar de un árbol, si acaso 10 metros, repre-
sentó la evolución, yo estoy bajando 2 mil
metros, ahora mismo… No tengo claro que
vaya a mejorar, igual y pierdo todo rasgo de
humanidad. Ahora que lo pienso, yo he bajado
de la estratósfera hasta aquí, desde mi planeta
a la Tierra y creo que voy para atrás. Nomás
porque no me ha crecido la cola, pero por lo
demás…
12.59 (Hora local -7) – Tiene un mensaje
nuevo Mi Señor– dice La Maquinita y yo le
digo – Ay no mames.
– Es en serio güey– contesta.
13.00 (continúa siendo hora local -7) Veo(continúa siendo hora local -7) Veo(continúa siendo hora local -7)
el mensaje:
– Hombre al agua– es Bubble Fish – El
4dru bajó a Guachotztli del barco.
22.00 (hora local de acá) Como la UTA–M(hora local de acá) Como la UTA–M(hora local de acá)
3 sabe mis pensamientos y es Dream Screen,
así que marca: –Güeno, güeno– dice el Gua-
chotztli.
– Qué pex, Aletz, que te echaron al mar del
desempleo.
– Sí mi Mai–ciano, ese pinche 4dru y el
Krispin ya también se fue...
– No pues está feo, se me hace que ese pin-
che chango como no sabe qué hacer. Quita
todo para ver si empezando de cero logra en-
tender el mundo.
–Para un pendejo con iniciativa le es más
fácil destruir y construir de las ruinas que arre-
glar los problemas– dice La Maquinita a mi
oído.
22.15 Ya le mandé un abrazo y todo mi
apoyo moral. La vida sin el 4dru es más vida,
simplemente hay que darle duro.
22.18 Regreso a mi cajero automático, está
lleno, pero echo fuera a todos los indigentes
que me lo querían agandallar.
22.32 Pongo anuncios en Internet: – Busco
Depa. Llámame 666666666.
–No seas güey, nadie entenderá eso, Depa
aquí es ‘piso’.
–Pus ponlos tú pues– los pone en todos los
lugares posibles.
22.46 No hay respuesta.
22.47 Me geteo.
pcruza@yahoo.com
http://pcruza.blogspot.com
En busca de
OGT
PABLO CRUZ ANGÓN
L
as historias sobre el
fin del mundo siem-
pre han estimulado
la imaginación de
los seres humanos. Hoy en día
podemos encontrar innumera-
bles trabajos de ficción que tra-
tan sobre el tema; desde libros
como la novela de 1826 El úl-
timo hombre, escrita por Marytimo hombre, escrita por Marytimo hombre
Shelley; Después de Londres,
escrita en 1885 por Richard
Jefferies; Soy leyenda, de Ri-Soy leyenda, de Ri-Soy leyenda
chard Matherson; hasta pelícu-
las como Akira de KatsuhiroAkira de KatsuhiroAkira
Otomo o Cuando el futuro nos
alcance; y series de televisión
como Jericho, El día después
o incluso Buck Rogers en el
siglo XXV.
El fin del mundo, ya sea a
manos del hombre por medio
de la devastación nuclear, o el
deterioro del medio ambiente;
o a partir de alguna plaga in-
vencible que acaba con todos,
ha sido un tema recurrente del
género de la ciencia ficción. En
la mayoría de las historias se
hace referencia a cómo la tierra
fue deteriorada o incluso des-
truida, y como de sus cenizas se
levantó una nueva civilización,
más decadente que la anterior,
a pesar de ser más avanzada.
Pero pocas historias posta-
pocalípticas tienen la calidad
narrativa de Afterworld, una
nueva serie que se transmi-
te por medio del Internet, y
que hasta el momento, a casi
un año de su lanzamiento, ha
capturado el interés de un gran
número de fanáticos del género
en Estados Unidos, Canadá y
Australia.
El tres de marzo se estrena-
rá en nuestro país a través del
canal AXN. La serie plantea
la historia de Russell Shoe-
maker, un publicista que viaja
de Seattle a Nueva York, con
el fin de presentar una nueva
campaña para IBM, con la que
se planea poner la tecnología al
alcance de todo el mundo. Sin
embargo los planes de Russell
se ven ligeramente afectados
cuando, al despertar, descubre
que nada funciona y que, apa-
rentemente, no hay nadie más
en el mundo.
La historia se desarrolla en
130 episodios producidos en
Flash, los cuales han ido apa-
reciendo en Internet durante
cuatro temporadas. Cada uno
de los capítulos dura alrededor
de tres minutos. En ellos se va
narrando la odisea de Russell
por regresar a Seattle, en busca
de su esposa y su hija.
Afterworld no es una serieAfterworld no es una serieAfterworld
que se distinga por sus esce-
nas de acción o su elenco, ya
que todo está hecho a través de
gráficos de computadora ani-
mados en Flash, sin embargo,
la fuerza narrativa con la que
va presentando los hechos, así
como lo novedoso del formato,
la hace un serie que tiene que
verse, tanto por los fans de la
ciencia ficción, como por todos
aquellos que están interesados
en el giro que están dando las
comunicaciones a partir del
uso del Internet.
Y es justamente en ese uso
desmedido de la tecnología,
y cómo es que muchas veces
lo damos por sentado, que se
centra el tema de Afterworld,
poniendo en evidencia la for-
ma en la que cada día más se
depende de las computadoras
y los aparatos electrónicos para
sobrevivir.
La serie estrena el 3 de mar-
zo en el canal AXN, pero si se
pierden algún capítulo, o quie-
ren comenzar a verla antes, les
puedo sugerir youtube.com,
donde se estrenó la serie en fe-
brero del 2007, y en donde to-
davía se pueden descargar los
capítulos.
EL FIN DEL
MUNDOMUNDO
RODRIGO CASTAÑEDA
El dragón durmió fuera de casa
esta noche. Lo sé porque a eso
de dos de la mañana, ya que
la luna se había librado de la
sombra de la Tierra, lo escuché
resoplando, tal vez víctima de
una cruel apnea que lo hacía
roncar en estridentes bocana-
das de fuego. Mas no me des-
pertaron sus ronquidos, sino el
molesto “pip, pip” que emitían
sus compañeros, los camiones
de carga, al echarse para atrás
con el único fin de llenarle la
barriga de chapopote.
A esas horas, aún medio
dormido, no tuve más remedio
que abrir la ventana del cuar-
to y gritar a todo pulmón que
le bajara a su desmadre, que
esas no eran horas para que las
bestias mitológicas al servicio
de la ciudad estuvieran traba-
jando, que dejaran dormir. El
dragón no me hizo caso. Esas
son las ventajas de existir sólo
en la imaginación y en el pre-
supuesto de los contribuyentes,
no tienes por qué escuchar las
neurosis de un pobre escritor
insomne, al fin y al cabo la
bestia y sus amigos sí estaban
trabajando, no como yo que
intentaba entregarme al sueño
contando ovejas.
Salí de la casa enojado y en
mi pijama de franela, a la que
se le abre penosamente la en-
trepierna. El pelo enmarañado,
los ojos cubiertos de lagañas.
En la mano, igual que un caba-
llero medieval, blandía fiero el
palo de una escoba a la que ha-
bía mutilado con el único fin de
utilizarla como arma de punción
y matar a la ruidosa bestia.
Me planté enfrente de la
criatura y de unos veinte tra-
SUEÑOS HÚMEDOS DE UN ESCRITOR
LORENZO ALBA
bajadores del municipio. El
olor del chapopote era insopor-
table y podía ver como de las
entrañas de aquel dragón salía
fuego. —A ver si ya dejan dor-
mir— vociferé amodorrado, por
lo que no se me entendió nada.
Los trabajadores echaron a reír,
se burlaron de mi facha. El dra-
gón continuó ignorándome.
—Ya viejito —me dijeron—
no se enoje que se arruga más.
Vayase a la cama que ya se le
pasó la hora.
Blandí de nuevo mi escoba
como señal de mi amenaza.
Ellos cerraron filas alrededor de
la bestia y blandieron sus palas
en señal de la suya. Desistí al
verme inferior en número.
Regresé a la casa vencido co-
mo un niño asustado. Ya ni dije
nada más, no los fuera a hacer
enojar. “Pinches montoneros”,
pensé mientras me tapaba la ca-
beza con la almohada tratando
de ahogar el ruido.
Pero aún así continué escu-
chando el rugido enchapopota-
do de aquella bestia municipal,
y los “pip, pip” de los camio-
nes, y las risas de los trabajado-
res del municipio que todavía
me llamaban “loquito”. Maldi-
ta sea, estoy seguro de que San
Jorge nunca tuvo que lidiar con
nada como esto.
ESPECIAL