2. La Operación Cólera de
Dios1 (en hebreo
Mivtsá Zaam Hael)
también conocida como
Operación Bayoneta,2 fue
una operación encubierta
de los servicios secretos
israelíes, el Mosad,
encaminada a asesinar a los
individuos que según Israel
participaron, de forma
directa o indirecta, en la
masacre de Múnich de
1972, en la que perecieron
11 atletas de ese país.
3. Sus objetivos incluían a militantes del grupo terrorista
palestino Septiembre Negro, responsable del ataque de
Múnich, y a aquellos miembros de la Organización para la
Liberación de Palestina (OLP) acusados por Israel de estar
involucrados. La operación fue autorizada por Golda
Meir, primera ministra de Israel, en el otoño de 1972 y pudo
haber continuado durante 20 años.
Durante la operación, unidades de agentes israelíes
mataron a docenas de palestinos y árabes en varias regiones
de Europa, incluyendo el asesinato por error de un
camarero en Lillehammer, Noruega, de nombre Ahmed
Bouchiki. Además, se lanzó un ataque militar adicional en
el interior de Líbano destinado a matar a importantes
objetivos palestinos.
4. Esta serie de muertes espoleó actos de represalia por parte
de Septiembre Negro contra miembros e intereses del
gobierno israelí en todo el mundo. También se
desencadenaron críticas a Israel relativas a los objetivos
seleccionados, a las tácticas de asesinato empleadas y a la
efectividad de la operación. Debido al carácter secreto de
las acciones, algunos detalles no se pueden verificar más
que a partir de una única fuente, entre las que se incluye el
relato de un israelí que afirma haber dirigido uno de los
comandos.
La operación fue representada en una película del canal
americano HBO (en el año 1986) y en la película de Steven
Spielberg Múnich (2005).
5. La masacre de once atletas en los Juegos Olímpicos de 1972
por parte del grupo terrorista Septiembre Negro llevó a
Israel a plantearse medidas para evitar que se produjesen
acciones similares en el futuro. Poco después del
atentado, la primera ministra Golda Meir creó el "Comité
X", un pequeño grupo de funcionarios del gobierno que
tenía la tarea de estudiar cuál sería la respuesta israelí. La
propia Meir y su ministro de Defensa, Moshé
Dayán, estaban al frente del mismo. También nombró al
general Aharon Yariv como su consejero en la lucha contra
el terrorismo; éste, junto con el director del Mossad Zvi
Zamir, desempeñaría un papel principal en la dirección de
la operación.
6. El comité llegó a la conclusión de que, para evitar futuros
ataques terroristas contra Israel, era necesario eliminar a
aquellos que habían apoyado o llevado a cabo la matanza
de Múnich, y hacerlo de manera que causara el suficiente
impacto como para disuadir a Septiembre Negro de realizar
otras acciones parecidas. Presionada por la opinión pública
israelí y por los altos cargos de los servicios de
inteligencia, Meir autorizó con cierta reticencia el inicio de
la campaña de asesinatos.8 No obstante, todas sus dudas
desaparecerían pocos meses después, cuando los tres
autores de la matanza que todavía seguían con vida fueron
liberados por Alemania Occidental, en cumplimiento con
las exigencias de los secuestradores de un avión de la
compañía Lufthansa
7. La inesperada capitulación de este país a las demandas
terroristas ha levantado desde entonces la sospecha de que
ese secuestro fuese simplemente un montaje organizado a
fin de liberar al país del riesgo de más represalias en el
futuro.10
El primer encargo que el comité encomendó a la
inteligencia israelí consistió en la preparación de una lista
de objetivos en la que figurasen todos aquellos individuos
involucrados en los sucesos de Múnich. Esto se llevó a cabo
con la ayuda de espías infiltrados en la OLP que trabajaban
para el Mosad y con información proporcionada por
agencias europeas aliadas.
8. Aunque se desconoce el contenido de la lista completa, algunos
informes señalan que el número final de objetivos era de entre 20
y 35, incluyendo tanto miembros de Septiembre Negro como de
la OLP. Una vez que se completó la tarea, se le encargó al Mosad
que localizase a los individuos y los asesinase.
La idea de la "negativa plausible" fue uno de los conceptos clave
que se acordaron. Consistía en que debería ser imposible probar
alguna conexión entre las muertes y el Estado de Israel.
Además, se pretendía que las operaciones despertasen un
sentimiento de pánico general entre los terroristas palestinos. De
acuerdo con David Kimche, antiguo número dos del Mosad, "el
móvil no era la venganza, sino el atemorizar a los terroristas
palestinos. Queríamos hacerles mirar por encima del hombro y
que sintiesen que estábamos encima de ellos"
9. Se han dado diferentes versiones
acerca de la formación de los
comandos del Mosad que
llevaron a cabo la campaña de
matanzas. Es posible que se
constituyesen varios
grupos, cada uno de ellos con
objetivos diferentes, y que éstos
conviviesen en el mismo periodo
o en etapas diferentes, lo que
podría explicar la diversidad de
informes existentes. En
realidad, sólo existe una
certidumbre completa acerca de
los asesinatos que se
cometieron, ya que toda
información adicional ha sido
proporcionada por fuentes
limitadas.
10. Uno de los equipos de cobertura fue descubierto
tras el atentado de Lillehamer, cuando seis
miembros de la unidad fueron arrestados por las
autoridades noruegas. Harari escapó a Israel y es
posible que otros agentes hiciesen lo propio. Un
artículo publicado en la revista Time tras el
asesinato afirmaba que los miembros de la unidad
eran 15, cifra que coincide con las demás fuentes
mencionadas en esta sección.
11. Una versión muy diferente la da Yuval Aviv
en su libro Vengeance ("Venganza"), donde
afirma que el Mosad articuló una unidad de
cinco hombres de los servicios de
inteligencia que fue introducida en Europa.
Aviv también dice que el equipo trabajó sin
el control gubernamental y que mantuvo sus
únicas comunicaciones con Harari