El proceso de Slobodan Milosevic ante el Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia se ha convertido en un juicio controvertido. La acusación de que Milosevic planeó la limpieza étnica y el genocidio en los Balcanes se ha debilitado a medida que testigos han desmontado las acusaciones. Los tres jueces parecen perplejos sobre de qué exactamente declarar culpable a Milosevic. El tribunal ha sido criticado por su parcialidad y por haber sido establecido por los Estados Unidos para justificar sus acciones en la
1. :: portada :: Mundo ::
21-09-2005
Milosevic en La Haya: a medida que aumenta el interés,
disminuye la información
Diana Johnstone
Le Manifeste
La acusación, que culpa a Milosevic de todos los crímenes cometidos durante las guerras de desintegración d
El proceso de Slodoban Milosevic en La Haya ante el "Tribunal Penal Internacional para la ex
Yugoslavia" (TPIY) se anunció como un momento cumbre de la justicia internacional. Tres años más
tarde, ha conseguido hacerse un sitio en la historia judicial. Sin duda alguna tendrá que figurar
entre los procesos más célebres, como el de Sócrates, Juana de Arco, el capitán Dreyfus o Bukarin,
que deben su notoriedad a los flagrantes abusos de los derechos elementales de la defensa.
Al principio, parecía que la televisión y los periódicos nos ofrecerían regularmente los episodios del
proceso-espectáculo de aquel al que habían denominado "el carnicero de los Balcanes". Pero la
pertinencia y la solidez de la defensa ejercida por el mismo Milosevic hicieron callar rápidamente a
los medios de comunicación. Actualmente, el juicio se celebra prácticamente a puerta cerrada. Y
con razón.
La acusación, que culpa a Milosevic de todos los crímenes cometidos durante las guerras de
desintegración de Yugoslavia como líder de un supuesto "plan criminal colectivo" para crear "la
Gran Serbia", se deshace aún más rápido que el glaciar ártico. El 25 de agosto, el fiscal adjunto
Geoffrey Nice tuvo que admitir la evidencia: el presidente Milosevic no intentó crear una "Gran
Serbia". En efecto, Vojislav Seselj había mantenido durante varios días de declaración minuciosa
que su propio partido, el Partido Radical Serbio, era el único en defender la "Gran Serbia" y que
Milosevic y el Partido Socialista se habían opuesto constantemente a ella. Esto solo venía a
confirmar los testimonios que, desde hace más de un año, desmontan sistemáticamente la
acusación lanzada contra Milosevic en mayo de 1999, en pleno bombardeo de su país por parte de
la OTAN.
Los tres jueces no podían ocultar su perplejidad. Su misión es la de declarar culpable a Milosevic,
pero empiezan a preguntarse ¿de qué?
Afortunadamente los medios de comunicación se ocupan de no informar de su apurada situación.
Seguramente comparten su malestar. Es posible que para Le Monde, de forma especial, una
sentencia de "inocente" en el proceso de Milosevic sea una catástrofe aún peor que el "no" en el
referéndum del 29 de mayo. Ya a principios de los años 90, Florence Hartmann, como corresponsal
de Le Monde en Belgrado, acusó a Milosevic de todos los males, antes de convertirse en la portavoz
de la fiscal del TPIY, Carla del Ponte.
page 1 / 4
2. Este supuesto "tribunal del Naciones Unidas" se creó a iniciativa de Washington para facilitar la
reestructuración de la antigua Yugoslavia apartando, gracias a las inculpaciones, a los dirigentes
serbios recalcitrantes. El TPIY está financiado primeramente por el gobierno de Estados Unidos y
por aportaciones de particulares como George Soros, al igual que por países de la OTAN. El
personal ha sido "prestado" por algunos ministerios de Estados Unidos (los dos tercios) y de sus
aliados. La Ministra de Asuntos Exteriores de Clinton, Madeleine Albright, responsable en su mayor
parte de la guerra contra Yugoslavia en 1999, seleccionó personalmente, entre otros, a:
- Louise Arbour, la fiscal que tuvo la delicadeza de lanzar la prematura acusación contra Milosevic
durante los bombardeos, basándose únicamente en las informaciones proporcionadas por los
servicios americano y británico. Su recompensa fue un puesto en el Tribunal Supremo de Canadá
antes de ser nombrada Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
- Gabrielle Kirk McDonald, juez de Texas, Presidenta del Tribunal en el momento de la inculpación
de Milosevic, que llama a Serbia un "Estado gamberro".
- Paul Risley, portavoz de Louise Arbour.
- Carla del Ponte, fiscal jefe en la actualidad.
Los tres jueces en el proceso de Milosevic proceden del Reino Unido, Jamaica y Corea del Sur. Todos
son del gusto de Estados Unidos. Dos de los tres serán suficientes para condenar al acusado; no
hay jurado, y el único Tribunal al que se puede apelar... es el propio TPIY.
Ante esta situación ¿para qué cansar al público con los detalles de un proceso de antemano
sentenciado ?
Solo lo más curiosos pueden enterarse de algo consultando el juicio verbal del TPIY en la página
http://www.un.org/icty/
De este modo, en ella, es difícil pero no imposible enterarse de que:
- El "dictador" Milosevic solo era en realidad un Jefe de Estado elegido tan democráticamente como
los demás, en un Estado más o menos como los demás, con leyes y jerarquías y tomas de
decisiones a veces desafortunadas pero conformes a la practica habitual de los Estados, como la de
acabar con un movimiento armado separatista que asesinaba policías y ciudadanos (la UCK, "el
ejército de liberación de Kosovo").
page 2 / 4
3. - Los oficiales y funcionarios de ese Estado, con la aportación de documentos, han demostrado
sistemáticamente que el presidente Milosevic no había planificado ni aprobado la "limpieza étnica"
de los albaneses de Kosovo, todavía menos el "genocidio" (que no se produjo). Por el contrario,
Milosevic insistió en la necesidad de proteger a la población civil, albanesa o de cualquier tipo.
- El numero de muertos en Kosovo durante la guerra liderada por la OTAN se sitúa entre 2500 y
4000, incluyendo todas las etnias y todas las causas de muerte.
- Las razones de la huida masiva de albaneses de Kosovo fueron múltiples - así como la huida de
otras etnias, ignorada por los medios de comunicación - entre las que se incluye el natural miedo a
los bombardeos y los combates entre los serbios y la UCK, así como las ordenes dadas por la UCK
de huir, acusando a los serbios, para justificar mejor la agresión de la OTAN.
- Ante la ausencia demasiado flagrante de "genocidio" en Kosovo, el TPIY amplió la inculpación
inicial para incluir los sucesos de Bosnia, con la esperanza de establecer un vinculo, por forzado
que fuera, entre Milosevic y la masacre de Srebrenica, calificada mediante argumentos
psico-sociológicos de un raro sofisma de "genocidio" (a pesar de que las mujeres, niños y ancianos
no se vieron afectados). En efecto el TPIY se permite cambiar las reglas del juego como le parece
para facilitar el trabajo de la fiscalía.
- La estrategia de la UCK, que consistía en provocar a los serbios para proporcionar el pretexto
"humanitario" a la agresión de la OTAN, en connivencia con los servicios anglo-americanos, ha
quedado solidamente demostrada por testigos presénciales y bien informados, tales como el
alemán Dietmar Hartwig, jefe de la Misión de Control Europeo en Kosovo entre noviembre de 1998
y marzo de 1999.
En un proceso más o menos normal cabría esperar la absolución del acusado por falta de pruebas.
Pero en un proceso "histórico", es decir concebido por las grandes potencias para justificar sus
actuaciones, un veredicto justo sería un milagro. Los prejuicios de los jueces son flagrantes, no
dejan de hostigar a los testigos de la defensa, tras haber tratado a los testigos de la acusación
menos creíbles con indulgencia. La condena de Milosevic es necesaria para justificar al mismo
tiempo a la OTAN y la segregación de la provincia de Kosovo de Serbia. En general, la guerra
humanitaria exige siempre un malvado, un "nuevo Hitler", que hay que condenar para preservar el
orden maniqueo del mundo.
Este Tribunal no se ha creado para hacer justicia. Sin embargo, a la larga, puede resultarle útil. La
audiencia oral de este extraño caso constituye un documento que podrá ser estudiado en el futuro
por investigadores auténticamente independientes, que descubrirán un escándalo judicial similar a
la condena de Dreyfus (mezcla de prejuicios y de "defensa del honor militar") pero a un nivel muy
superior y con implicaciones graves y múltiples.
page 3 / 4