Arnaldo Otegi, líder del partido político Batasuna, intenta confesarse con varias autoridades eclesiásticas pero es rechazado debido a la gravedad de sus acciones políticas. Finalmente se confiesa frente a una cruz enorme en una capilla junto al Vaticano, donde Jesús le dice que solo de gracias a los romanos por haberlo crucificado, de lo contrario lo sacaría a golpes por ser un "hijo de puta".