Diana se encontró con un sapo que podía hablar y se asustó. El sapo le pidió que no tuviera miedo y que viajaran juntos hasta que Diana se disculpara. Llegaron a un pantano donde un cocodrilo los ayudó a que los sapos, incluida Diana que se había convertido en uno, volvieran a su forma humana. Diana y el sapo se casaron y vivieron felices para siempre.