El cuento narra las visitas de un cura, un gurú budista y un rabino a una peluquería. Cada uno se corta el pelo y pregunta cuánto debe, a lo que el peluquero responde que como son hombres sagios no les cobrará. Al día siguiente encuentra una ofrenda en la puerta: el cura dejó 12 monedas de oro, el gurú 12 piedras preciosas y el rabino hizo que vinieran 12 colegas suyos al local.