La abuela testigo respondió con franqueza a las preguntas de los abogados en el juicio, exponiendo los defectos de carácter y conducta que conocía de ellos desde la infancia. Sus respuestas dejaron perplejos y avergonzados a los abogados, especialmente cuando reveló detalles íntimos sobre sus vidas personales y relaciones familiares. El juez intervino advirtiendo a los abogados que no preguntaran si la abuela también lo conocía a él.