Un abogado interrogó a una anciana testigo en la corte, preguntándole si lo conocía a él y al abogado de la defensa. La anciana respondió con sinceridad, criticando duramente a ambos abogados por sus defectos de carácter y conductas inapropiadas. El juez intervino advirtiendo a los abogados que no preguntaran si la anciana lo conocía a él, o enfrentarían graves consecuencias.