En este documento, Walter Benjamin expresa su confianza en la juventud para construir el futuro de la humanidad. Benjamin cree que la juventud tiene la capacidad de apreciar lo irracional y de autoeducarse trabajando día a día para tomarse a sí misma en serio. Este documento proviene de dos ensayos de Benjamin publicados en 1912 y 1913 que fueron compilados posteriormente en su libro "La metafísica de la juventud".