La película Paranormal Activity, filmada con un bajo presupuesto de 11.000€ por un director novato, triunfó en festivales y llamó la atención de Steven Spielberg, quien compró los derechos para realizar una nueva versión con mayor presupuesto que finalmente no se materializó. Su estrategia de marketing, que incluyó estrenos limitados y canales de redes sociales, fue exitosa y la película terminó recaudando 200 millones de euros.