El documento describe la tradición de quemar muñecos llamados "Año Viejo" en la medianoche del 31 de diciembre en varios países latinoamericanos para representar el año que termina. La costumbre es más popular en Ecuador, Colombia, el sur de México y partes de Venezuela, donde se construyen muñecos con ropa y materiales viejos rellenos de paja o aserrín, a menudo con fuegos artificiales, para quemarlos y decir adiós al año pasado.