La madre de Martín está preocupada porque él solo quiere jugar con la computadora y no otra cosa. Una amiga le sugiere mostrarle juegos que ella jugaba de niña, antes de la era digital. La madre decide enseñarle a Martín el juego de la rayuela, un juego tradicional que estoy segura que le gustará y que también podrá enseñar a sus amigos.