La arquitectura puede estimular los cinco sentidos: la vista a través de las imágenes que produce, el oído mediante los ritmos y secuencias que pueden crear, el tacto ya que los diferentes materiales transmiten sensaciones como lo áspero o lo suave, el olfato porque puede evocar olores como la tierra mojada u otros presentes en los jardines y espacios verdes, e incluso el gusto ya que ciertos espacios arquitectónicos pueden recordarnos sabores como los de una cocina o comedor. La arquitect