La gráfica muestra la relación inversa entre el consumo anual de vino y el número de muertes por enfermedades cardíacas para diferentes países. Aunque hay dispersión, los datos sugieren que un consumo moderado de vino puede reducir las muertes cardíacas. No se debe consumir de manera exagerada, ya que el vino en grandes cantidades sí puede ser dañino.