El autor describe haber tenido una madre estricta que les enseñó buenos hábitos alimenticios y les impuso reglas estrictas sobre su comportamiento y amistades durante su infancia y adolescencia. Aunque al principio pensaba que su madre era demasiado estricta, ahora agradece que le enseñó valores como la honestidad, el respeto y la responsabilidad que le han ayudado a él y a sus hermanos a construir vidas productivas y libres de problemas.