Este poema prohíbe llorar sin aprender, tener miedo a la vida y sus compromisos, y no vivir cada día como si fuera el último. También prohíbe olvidar a la gente que te quiere, no intentar comprender a las personas, y no crear tu propia historia. En resumen, el poema insta al lector a enfrentar la vida con valentía y gratitud, a aprender de las experiencias, y a valorar a los demás.