Los cazas de quinta generación se caracterizan por estar diseñados desde el principio para operar en un entorno de batalla centrado en redes, ofrecer firmas extremadamente bajas utilizando técnicas avanzadas y disponer de radares AESA multifunción con gran ancho de banda y baja probabilidad de interceptación. Estos cazas también cuentan con sensores IRST fusionados que rastrean constantemente objetivos y los muestran al piloto, así como con aviónica avanzada que pretende proporcionar la capacidad de ver, disparar