La encriptación biométrica permite reemplazar el uso de claves y contraseñas para acceder a información personal mediante el uso de rasgos biométricos únicos como las huellas dactilares, el iris o la voz. Aunque la identificación por huellas dactilares se usa desde el siglo XIX, su uso generalizado para autenticación solo se ha dado en el siglo XXI. Existen preocupaciones sobre la seguridad de los datos biométricos y su capacidad de cambiar, pero las empresas han encontrado en esta tecnología una forma de re