Ramiro Francisco Helmeyer Quevedo - La biometría aplicada a los eventos es una de las evoluciones que más promete (y quizás que más asusta). Con ella se acaban los sondeos y votaciones que mucha gente “se olvida de responder”.
2. Ramiro Francisco Helmeyer Quevedo
La biometría aplicada a los eventos es una de las evoluciones que más promete (y quizás
que más asusta). Con ella se acaban los sondeos y votaciones que mucha gente “se olvida
de responder”. Esto se debe a que la biometría analiza las reacciones corporales de los
asistentes: su ritmo cardíaco, la reacción de su piel, de su cara, de su mirada, y te dice lo
que piensan, mejor que cualquier cuestionario.
3. La biometría tiene múltiples usos, pero principalmente viene aplicada a la identificación de
rasgos únicos en cada individuo para medidas de seguridad; desde los casos más
analógicos como las huellas dactilares marcadas en tinta o la firma con nuestro nombre,
hasta la biometría más tecnológica para desbloquear el móvil con el dedo o abrir una
puerta con el iris. Los biométricos conductuales son aquellos que se soportan sobre
características de las conductas del ser humano tales como: pulsaciones del teclado,
discurso, dinámica de la firma, etc.
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4. Aunque los medios de biometría no son infalibles, sí que han mejorado lo bastante para
ser una herramienta eficaz en tus eventos y en el reconocimiento de las personas, por lo
que su implantación en sistemas de seguridad de empresas y diversas entidades e
instituciones cada vez es mayor. Ya es posible hacer pagos con la huella digital, pero
podríamos aplicarlo a nuestro evento. La persona se crea una cuenta en la que ingresa la
cantidad de dinero que prevea gastar, no necesitará volver a sacar la cartera si no es para
recargar su cuenta, ésta se asociaría a su huella y de esta forma podría pagar con el dedo
cada vez.
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5. Por ejemplo, si se tratase de una feria que dura una semana, gracias al reconocimiento
facial, las puertas automáticas se podrían abrir sin necesidad de sacar la acreditación cada
vez. O con el reconocimiento del iris, más exacto y seguro que el facial. Con tal sistema,
podríamos asegurarnos de quién entra a una presentación de un producto muy exclusivo.
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