La temporada 2010-2011 del Real Betis Balompié fue complicada debido a problemas con la directiva y cinco derrotas consecutivas que pusieron en peligro el ascenso. Sin embargo, el equipo logró superar estas dificultades y ascender gracias al empuje de los jugadores y los aficionados, especialmente después de la enfermedad de Miki Roqué.