Los reality shows televisivos involucran a actores no profesionales compitiendo entre sí en concursos físicos e intelectuales mientras son grabados por cámaras, con el formato más popular siendo un concurso de competencia entre grupos mixtos. Estos programas se centran en los concursos y juegos entre los participantes para ganar puntos o premios, a menudo exponiendo también aspectos personales de sus vidas, lo que los hace populares especialmente entre la audiencia juvenil.