Ramón y Cajal escribió sus memorias para contar sus métodos de trabajo y los desafíos que enfrentó para lograr su posición como maestro. También buscó influir en las personas para enseñarles a perdonar a sus oponentes. Entregó el manuscrito poco antes de morir para inspirar a las nuevas generaciones a superarse a sí mismas, como su último legado a sus alumnos.