El poema describe la invitación del mar a adentrarse en sus aguas, pero el narrador se siente inseguro de zarpar debido al pequeño tamaño de su barca y su falta de fuerza. Aunque desea ser amigo del mar, prefiere quedarse en la orilla recibiendo la luz de la tarde. Finalmente le pide al mar que corte las cuerdas que lo atan para poder navegar juntos.