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TRANSDISCIPLINARES
REVISTA N° 2 . OCTUBRE 2022
MIRADAS
1
PRESENTACIÓN
La revista Miradas Transdisciplinares en su segundo número formula continuar
el análisis académico basado en investigación y a la vez mantener y sostener
el proceso de formación de nuevos investigadores. Así, las redes generadas en
la autoría de estudiantes y los vínculos establecidos con los colegas docentes
propician una mirada de circulación de saberes y un compromiso para poder
establecer redes y comunidades académicas cada vez más sólidas.
En el presente número, contamos con trabajos que cuestionan las condiciones
de seguridad e inseguridad en el espacio público de un barrio de la ciudad de La
Paz; la recuperación del conocimiento de construcción con tierra y sus aportes a
la arquitectura, además de eventos académicos realizados en torno al tema; la
relación del territorio y la sociedad en la pluralidad cultural y la comprensión de
otras cosmovisiones, partiendo de un análisis ontológico; el proceso del boom
de crecimiento de propiedad horizontal y grandes desarrollos inmobiliarios,
repensando críticamente la función social de la vivienda; las modificaciones de la
vivienda y los modos de habitar en el centro histórico de la ciudad de La Paz; la
revista también con una reseña de un libro sobre arquitectura y sustentabilidad
y una entrevista académica que, desde la sociología urbana, deja líneas y vetas
de análisis para repensar críticamente los procesos de cambios socioculturales y
urbanos de las ciudades de La Paz y El Alto.
Creemos firmemente que la apertura del campo de la arquitectura a otras
líneas y vetas de conocimiento posibilita generar no solamente una perspectiva
compleja de los contextos en los que nos desenvolvemos. Como dice Molina
(2018): “Una investigación transdisciplinaria entonces estudia los fenómenos que
UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN ANDRÉS
FACULTAD DE ARQUITECTURA, ARTES, DISEÑO Y URBANISMO
Carrera de Arquitectura
Ámbito Transdisciplinar
DECANO
MSc. Julio Lopez Barrón
VICEDECANO
Arq. Freddy Sandoval Miranda
COORDINACIÓN REVISTA
Arq. René Neyrot (Coordinador ámbito transdisciplinar – primer semestre,
gestión 2022)
Ph. D. Marianela Diaz Carrasco
MSc. Arq. Mayra Portillo Miranda
MSc. Arq. Leonor Cuevas Verduguez
MSc. Arq. Paola Carvallo Elvira
DIRECTOR CARRERA DE ARQUITECTURA
Arq. Víctor Ramos Sánchez
DIRECTOR DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN
Arq. Humberto Candia Goytia
EDICIÓN
Miguel Aramayo
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
Mayra Rodriguez Rodas
FOTO DE PORTADA
Colectivo de Fotógrafos - FAADU
AJUSTES Y ADAPTACIONES DE LA ESTRUCTURA Y NORMAS
EDITORIALES REALIZADAS
Ph. D. Marianela Diaz Carrasco
MSc. Arq. Leonor Cuevas Verduguez
La revista se realiza sobre la base del proyecto ganador del
Concurso sobre Planificación de Revistas Académica desarrollado
en el marco del Diplomado de Investigación Cualitativa y
Publicaciones académicas, coordinado por la Ph. D. Marianela
Diaz en la Facultad de Ciencias Sociales el año 2017. Las autoras:
Lic. Eveline E. Colín Doníz
Lic. Viviana Astorga Tapia
Lic. Wanda Mirtha Calderón Gutiérrez
Lic. Stefani Tina Gutiérrez Fuentes
Lic. Yanet Guarachi Condori
CRÉDITOS
Y
EDICIÓN
3
2
se proyectan desde siempre en múltiples niveles de realidad. […] Aquella donde
diversos investigadores de distintas disciplinas unen sus esfuerzos para el estudio
y la solución de algún tipo de problema, y una investigación transdisciplinaria
es la que observa objetos/cosas/situaciones/procesos que atraviesan todas las
disciplinas, tales como el cambio, el tiempo, las redes/interacciones, etc.”
Es así que vamos caminando fuera de los marcos disciplinares, los cuales, si bien
generan niveles de especialización, pueden operar como límites en la generación
de un conocimiento mucho más integral sobre realidades diversas y cambiantes.
Nos comprometemos a seguir caminando en rutas de investigación que se
proyecten a prácticas inter y transdisciplinarias.
Arq. René Neyrot
Ex Coordinador del
Ámbito Transdisciplinar
COLECTIVO
FOTóGRAFOS
FAADU
El colectivo inició actividades el año 2012; actualmente cuenta con 10 años de
trayectoria. Está constituido por estudiantes de distintos años de la Carrera de
Arquitectura.
Comprendemos que la fotografía puede capturar y mostrarnos aspectos más
alládelosuperficial.Esporelloque,dentrodelurbanismo,lafotografíapuede
jugar un papel muy importante, ya que actúa como elemento de exploración
delfenómenourbanoynospermite,portanto,describirrealidadesdel“espacio
vivido”. A través de la fotografía, podemos comprender y conocer mucho más
de los territorios, de la ciudad, de sus habitantes, de las características de cada
contextoydecómotodosestoselementosserelacionanentresí.
Lafotografía,enelcampodelaarquitectura,seencargadecapturarlosespacios
creados producidos por los sujetos sociales al tiempo que permite entender el
espaciocomoelementosustantivodelasrelacionessociopolíticas,económicas
e históricas. Es fundamental conocer los elementos y detalles que convierten
esaobraenobjetodeanálisisvisual.
Como objetivo final, buscamos que se integre la materia de Fotografía dentro
de la carrera de Arquitectura, dado que es fundamental no solo como registro
visual,sinotambiéncomounaformadeconocereinvestigarennuestrocampo.
“Todos podemos mirar, pero, cuando verdaderamente aprendes a ver con una
cámara, se abre un mundo de detalles extraordinarios y miradas prolongadas
que despiertan tus sentimientos; y, de pronto, descubres belleza en todo tu
alrededor”.
CharleneMusic
Integrantes:
YassenAlejandraCalleChuyma		 2.ºaño
ArturoLeviAlmanzaMoya			 1.ºaño
JoselinPeñarandaRamírez			 1.ºaño
CristhianEdgarMirandaAlegría		 1.ºaño
ElizabethChuraQuiroz			 1.ºaño
RudyBrayanQuirozLayme			 2.ºaño
SaraBelenChuquimiaMayta			 3.ºaño
GabrielaKarinaVega				 3.ºaño
AlexBrayanColqueCondori			 3.ºaño
5
4
COMUNIDAD CIENTÍFICA
(ARTÍCULOS Y ENSAYOS)
Esta sección registra artículos y/o ensayos de investiga-
ción, de autoría individual o de co-autorías, realizados
entre dos colegas docentes – investigadores o entre un
docente y un o una estudiante. Esto para promover la
producción científica colaborativa.
MAESTROS Y LEGADOS
(ENTREVISTA ACADÉMICA)
Es una sección dedicada a la difusión de perspectivas y
experiencias de docentes e investigadores, cuya trayec-
toria cuenta con reconocida producción intelectual en
el país o en otros. Se profundizan obras que aportan al
conocimiento científico en el campo del diseño, la arqui-
tectura y el urbanismo desde el enfoque transdisciplinar.
PRIMEROS PASOS
(NUEVOS INVESTIGADORES)
En este espacio de Miradas Transdisciplinares se visibili-
zan las primeras experiencias de nuevos investigadores
de la comunidad universitaria, especialmente de las y los
estudiantes.
Secciones
Secciones
EL LIBRERO
(RESEÑA DE LIBRO)
Es la sección enfocada al análisis y recomendación de
nuevas publicaciones académicas que puedan aportar a
los procesos de investigación. Además, tiene la intención
de promover la lectura de las mismas en la comunidad
universitaria.
ENERGÍA A PUERTA ABIERTA
(SISTEMATIZACIÓN DE EXPERIENCIAS Y PROYECTOS)
En Miradas Transdisciplinares consideramos que la ener-
gía tiene que ver con acción y movimiento, con la habili-
dad de transformar algo. Esta sección está destinada a la
sistematización de experiencias y proyectos pedagógicos
que han desarrollado docentes con las y los universita-
rios, dentro o fuera del aula.
7
6
LA SEGURIDAD CIUDADANA EN EL BARRIO
DE SOPOCACHI. UN ANALISIS PERCEPTUAL Y
CARTOGRÁFICO
RESEÑA: INFRAESTRUCTURA VERDE Y
SOLUCIONES BASADAS EN LA NATURALEZA:
PARA LA ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO.
PRÁCTICAS INSPIRADORAS EN CIUDADES DE
PERÚ, CHILE Y ARGENTINA
CONSTRUCCIÓN CON TIERRA EN LA
FACULTAD DE ARQUITECTURA
EL DEVENIR DE LOS URUS-QOTZUÑI DEL LAGO
POOPÓ. UN AFLUENTE DE VIDA Y REFLEJO
ENTRE AGENCIA Y PODER
LA EVOLUCIÓN DEL CENTRO HISTÓRICO.
UNA MIRADA A LOS MODOS DE HABITAR
USO Y ABUSO DE LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA
PROPIEDAD URBANA EN LA CIUDAD DE LA PAZ
LA PAZ EN EL TORBELLINO DEL PROGRESO.
TRANSFORMACIONES URBANAS EN LA ERA DEL
CAMBIO EN BOLIVIA
9
20
31
43
Pacha Yapucha Yampara Blanco
Leonor Cuevas Verduguez
Gabriela Belén Vargas Saavedra
ÍNDICE
Grover Pozo Ledo
52
68
75
Carvallo Elvira, Choque Ticona y Fernández Aliaga
ÍNDICE
Stephani Tórrez Viricochea
Jeanneth Maribel Galvez Surculento
9
8
1
Proceso del nacimiento y desarrollo de un objeto; en que llega a ser. La idea del
devenirfuelanzadaporprimeravezporHeráclitomediantelaexpresión“todofluye”.
Hegel profundizó la teoría del devenir; concebía el devenir de las ideas y no de la
Naturalezaymateria.
2
La denominación históricamente instalada de uru-muratos fue rechazada y
empezaronaautodefinirseurus-del-Poopó,conloquereivindicaronladenominación
qotzuñi,quesignifica“gentedelagua”.
3
Agenciaentantoquecapacidaddelosindividuosparaactuarindependientemente.
El agente es socializado en un ‘campo’, un conjunto dinámico de posiciones y
relacionesenundominiosocial,dondevariasformasde‘capitales’,comoelprestigio
olosrecursoseconómicos,entranenjuego.Cuandoelagenteseadaptaasuposición
y relaciones en el contexto, el agente interioriza relaciones y expectativas, formas de
relaciónqueformanconeltiempoelhabitus.
4
El poder en este artículo tiene un enfoque de relación asimétrica entre lo humano
estatal y lo no humano subalterno, como se pretende ver al agua. “Es importante
entenderelpoderdelaguaenelsentidomásliteral:comosucapacidaddeproducir
cambios en el ambiente y la sociedad reconociendo esta cualidad mediante el
conceptodeagencia”.(Camargo,A.yCamacho,J.,2019,p.14).
5
Elpresenteartículosurgeapartirdelensayofinaldelmódulo“AntropologíaPolítica”
delDoctoradoMultidisciplinarioenPolítica,SociedadyCulturaCIDES-UMSA.
El devenir1
de los urus qotzuñi2
del
lago Poopó. Un afluente de vida y
reflejo entre agencia3
y poder4 5
COMUNIDAD
CIENTÍFICA
(ARTÍCULOS
Y
ENSAYOS)
Leonor Cuevas Verduguez
El artículo trabaja una concepción ontológica sobre el
territorio y la sociedad uru en Bolivia, presenta cuatro
componentes, en los que el agua y los urus del Poopó son
los hilos navegantes. Inicialmente, se analiza el agua como
cosmopraxis y atencionalidad; el segundo aspecto abarca
la territorialidad; el tercer enfoque presenta testimonios
acerca de las relaciones de parentesco entre los uru-
qotzuñi y el lago Poopó; y el cuarto componente aborda la
intencionalidad y atencionalidad.
Palabras clave: agencia, cosmopraxis, atencionalidad,
ontología, animismo, pluriverso, devenir, poder,
cosmopolítica.
The article works on an ontological conception about the
territory and the Uru society in Bolivia, it presents four
components, wherein the water and the Urus of the Poopó
are the navigating threads. Initially, water is analyzed
as cosmopraxis and attention; the second aspect covers
territoriality; the third approach presents testimonies about
the kinship relationships between the Uru Qotzuñi and Lake
Poopó; and the fourth component engages intentionality
and attention.
Keywords: agency, cosmopraxis, attention, ontology,
animism, pluriverse, becoming, power, cosmopolitics.
RESUMEN ABSTRACT
11
10
El oikos está intrínsecamente relacionado con el agua como
territorio desde la “cosmopraxis”7
uru qotzuñi, cuya fuente,
el lago Poopó, es la cola de un sistema hídrico de baja
profundidad (seis metros), lo cual hace que sea altamente
vulnerable. La cosmopraxis constituye la comunidad de
prácticas, lo que no quiere decir que, en o por sí mismos,
estén dotados de una agencia ‘propia’, sino también de
ánimo o energía. “Todos estos integrantes surgen a lo largo
de determinadas líneas de vida, invitan a los seres humanos
a estar atentos, haciendo que participen, a su vez, ‘activa-y-
pasivamente’, de lo que Ingold llamó una vez una ‘danza de
animidad’” (De Munter, p. 143). Asimismo, “… la agencia
de los que participan en la cosmopraxis necesariamente
siempre implica también un entregarse a, un someterse a
todas estas otras líneas de vida con las que entramos en
contacto y co-respondamos”. (De Munter, p. 148)
Finalmente, entonces vivir es siempre un devenir en
relación con otros.
En Bolivia, la Constitución Política del Estado (CPE)
dictamina que el agua es un derecho fundamental6
, empero
las actuaciones no han considerado dentro de sus políticas
planes, programas y proyectos que atiendan la demanda
histórica del lago Poopó, donde habitan históricamente los
urus. Es necesario comprender este concepto en relación
con lo social/natural, en la construcción de identidad y,
por ende, en la agencia independiente que le caracteriza:
“El agua no es solo el objeto de las relaciones sociales,
o simplemente un recurso natural […] se le atribuyen
significados y conflictos políticos estallan sobre él” (Krause
&Strang,2016,p.633).Espartedeunprocesomultifacético
con un continuo campo de relacionalidad. Para Krause y
Strang (2016), se trata de: “Pensar las relaciones a través
del agua nos ayuda a navegar por esta área y articula sus
dimensiones políticas y éticas”. (p. 635) (Krause & Strang,
2016, p. 635) Podríamos decir que el agua es donde se
despliegan relaciones económicas, sociales y ecológicas
entre seres humanos y no humanos.
“El agua es un elemento complejo y fascinante que
nos recuerda constantemente nuestra dependencia
de ella y la fragilidad de nuestra existencia […] no
como un componente adicional del paisaje o como
un objeto de manipulación humana, sino como una
protagonista activa, multidimensional y polivalente
en historias y procesos sociales contemporáneos”
(Camargo & Camacho, 2019, pp. 7-8).
Por ende, es preciso reflexionar acerca no solamente de su
presencia/existencia, sino también de las tensiones que se dan
en torno al agua:
“… lo que está en juego […] no es solo la disponibilidad
hídrica, ni un conjunto de prácticas culturales
simplemente asociadas al lago, sino la sobrevivencia
mismadetodaestamalladevida,enunsentidoamplio
y relacional. Esto pues, desde una antropología de
la vida, sobrevivir presupone siempre un convivir en
reciprocidad, que puede pensarse —incluso en sus
dimensiones político-jurídicas— en términos de la
atencionalidad”. (De Munter et al., 2019, p. 20)
Desde esta perspectiva, atencionalidad es con-vivir bien,
plenamente, no solo con humanos, sino con otros seres y
presencias del estando-vivo, es decir, trascender y relacionarse
recíprocamente entre ser/espacio y agua:
“[…] nos proponemos pensar la socialidad humana
de maneras menos centradas en la agencia humana
—vista, en su concepción dominante, como una
capacidad intencional de relacionarnos con y controlar
el oikos en el que vivimos— y mucho más enfocadas
en la correspondencia humana como una habilidad
para movernos atentamente en medio de esta
malla […] la vida social se desenvuelve y potencia
fundamentalmente en constante correspondencia con
losdemásprocesosdevida,noseenfrentaconellos,no
se sitúa fuera de ellos”. (De Munter et al., 2019, p. 22)
6
“CAPÍTULO SEGUNDO - Derechos Fundamentalísimos
Artículo 16 I. Toda persona tiene derecho al agua […]. Artículo 20 I. Toda
persona tiene derecho al acceso universal y equitativo a los servicios básicos
de agua potable […]. III. El agua y alcantarillado constituyen derechos
humanos […].
CAPÍTULO QUINTO - Recursos Hídricos.
Artículo 373 I. El agua constituye un derecho fundamentalísimo para la vida
7
“[…] no preferimos hablar de cosmovisión —paradigma según el cual las
ideas o estructuras mentales dirigirían la acción—, sino de cosmopraxis. […] no
se trata tanto de contrastar diferentes ontologías, sino más bien de considerar
cuidadosamente cómo la cosmopraxis qotzuñi es una manera dinámica y
específica de corresponder, que nos sirve para entender mejor, en términos
generales y críticos, cómo todos los grupos humanos de alguna forma u otra
nos relacionamos con el mundo, a lo largo de una malla de vida abierta. [...] el
grupo uru-qotzuñi ha logrado convivir en este mundo relacional mediante una
cosmopraxis regida por la atencionalidad […]. Nos referimos a cómo tanto en
prácticas cotidianas (pesca, navegación, crianza, viviendas) como a través de
[…]. Artículo 374 I. El Estado protegerá y garantizará el uso prioritario del
agua para la vida. […] Artículo 375 I. Es deber del Estado desarrollar planes
de uso, conservación, manejo y aprovechamiento sustentable de las cuencas
hidrográficas. II. El Estado regulará el manejo y gestión sustentable de los
recursos hídricos […]. Artículo 376. Los recursos hídricos de los ríos, lagos y
lagunas que conforman las cuencas hidrográficas, […], se consideran recursos
estratégicos para el desarrollo y la soberanía boliviana […]” (CPE, 2009).
instancias más rituales o políticas-sociales, se aprendía y se aprende a convivir
atentamente con la correspondencia humana, sintiéndose parte de ella…”. (De
Munter et al., 2019, p. 23)
8
Ontología “no se refiere a cierto tipo de nivel o campo sustancial de los
fenómenos –uno que se distinguiría de otros niveles o campos (social, cultural,
político, moral, estético, económico, mental, biológico, afectivo) por ser más
‘profundo’ o más ‘fundamental’ que ellos. […] Al contrario, si algo es profundo en
el giro ontológico cuando se lo compara con formas estándar de la reflexividad
social, cultural, política o de otro tipo es precisamente la manera en que pone en
escena la llamada a la reflexividad misma”. (Holbraad, 2014, p. 133)
RITUALIDAD EN LAS FORMAS DE TERRITORIALIZACIÓN
La nación indígena originaria uru está reconocida por la
CPE de Bolivia.
“Se le suele considerar como uno de los pueblos
más antiguos de las Américas, el más discriminado
en la escala del racismo colonial y poscolonial, e
incluso son discriminados entre diferentes grupos
indígenas […] los iruhito, que viven cerca del río
Desaguadero; los uru-chipaya, que habitan cerca
de la frontera con Chile, en las proximidades del
salar de Coipasa; y por último […] los uru del Poopó,
también conocidos como uru-murato o uru-qotzuñi
(‘gente del agua’)”. (De Munter et al., 2019, p. 25)
Cada grupo tiene sus propias características, los urus
del Poopó, desde su existencia y huella hídrica del río
Desaguadero, se conectan al Lago Titicaca y al lago Poopó
no solo en cuanto recurso natural de agua, sino como
fuente y reflejo de vida. Su existencia depende en un
90% del río Desaguadero, ambos lagos, con los salares de
Coipasa y Uyuni, forman un sistema endorreico (sin salida
al mar) mayor.
Se reflexionará acerca de los conceptos y argumentos
desde una perspectiva ontológica8
. ¿Cómo es que la
EL AGUA Y LA COSMOPRAXIS URU
13
12
desertificación del lago Poopó afecta en el territorio?
Es necesario entender que territorio no es una vista
aérea delimitada por polígonos; desde la vida, hablar de
territorio es hablar de tierra que da vida.
El territorio no es un espacio geográfico;
“puede ser entendido en forma simultánea o
alternativa, en términos de la formación de una
criatura, en términos de la conformación de
una colectividad de personas, o en términos de
la creación del mundo […]. El resultado de ese
procesamiento lo atestiguamos ahora como
persona, como colectividad, como mundo
ordenado”. (Echeverri, 2000, p. 175)
Por ende, la territorialidad:
“se define por señales: marcas de ocupación,
reacciones frente a los intrusos, combates reales o
ritualizados. Los ‘territorios’ así definidos pueden
estar delimitados, pero una o más especies
pueden definir diferentes territorialidades sobre
una misma área, generando bien sea competencia
por los mismos recursos, coexistencia cuando
ocupan nichos diferentes o relaciones de
complementariedad”. (Echeverri, 2004, p. 260)
La noción de territorio uru adquiere significados múltiples:
agua, tierra, humedales y suelo, que quedan descubiertos
cada vez que el lago se seca.
“[…] la situación se volvió particularmente
dramática luego de la gran sequía de diciembre
de 2015 —anunciada, en cierto sentido, un año
antes por una masiva mortandad de peces y otra
fauna de indicadores ecológicos […] la vida de los
uru durante mucho tiempo se ha desenvuelto en
tensión, no solamente con el ambiente adverso
en lo ecológico y con las acciones antrópicas
desarrolladas, sino además con el entorno social
y cultural. […] su referente de identidad principal
es el lago, ya que, junto a él, con la qucha mama
(“madre del agua”), lograron tejer su historia: allí
nacieron, crecieron, se criaron y aprendieron a
hacerse uru sometiéndose proactivamente a los
ritmos de aguas, vientos y sequías”. (De Munter et
al., 2019, p. 26)
Otro factor relacional al territorio es el tiempo,
“una experiencia de tiempo percibida no
cronológicamente sino ‘kairológicamente’; se
sitúa, no en la sucesión de eventos, sino en el
afinamiento de la atención y la respuesta a las
relaciones rítmicas […] pese a los períodos de
sequía, los uru del Poopó han mantenido un
fuerte vínculo con su lago-oikos. Toda su tradición
cultural, como dinámica educacional, se ha ido
construyendo en estrecha relación con el lago y sus
líneas de vida: las aguas y, con ellas, parihuanas,
patos, otras aves, peces, pero también los vientos
y las totoras, cultivos en tierras circunlacustres
y lugares sagrados donde brota o desaparece
mágicamente el agua. Ese relacionarse múltiple
se ha mantenido incluso en su aparente ausencia,
aunque la intensidad de la correspondencia
haya disminuido y a pesar de que el recambio
generacional no está asegurado, especialmente si
el agua no vuelve pronto”. (De Munter et al., 2019,
pp. 26-27).
LAS LÍNEAS DE PARENTESCO CON EL LAGO:
PADRE Y MADRE
ViveirosdeCastrorefierequeelgiroontológicoenantropología
nodeberíaestarenfunciónalobservadoryeltrabajoexistencial
del observado. “El arte de la antropología radicaría, siguiendo
a Marilyn Strathern, en identificar los problemas específicos y
únicos planteados por cada grupo humano […] haciendo de la
antropología una ‘filosofía con la gente dentro’” (Ingold, 2012,
p. 105).
Descola entiende que existe una relación entre animismo9
y
agencia, donde el atributo e intención forman parte de algo
más.
“… la antropología simétrica equipara actantes y
contempla la hibridación de objetos y personas en
redes de relaciones; las actualizaciones animistas
reconocen la personeidad de animales, cosas y
fenómenos en otras realidades, que diluyen la frontera
entre lo humano y lo no-humano”. (González & Carro,
2016, p. 116)
De acuerdo con Tim Ingold, existen trabajos etnográficos
que constituyen a una persona en tanto que agencia, estos
estudios corresponden a Descola y Palsson (1996), Viveiros de
Castro(1998),BirdDavid(1999),yGrim(2001).Sedesarrollóla
“noción de ‘multinaturalismo’ […] en oposición
al paradigma moderno ‘multiculturalista’,
de acuerdo al cual existimos en un mundo
(ciertamente atravesado por relaciones de poder)
de una naturaleza (o ‘mundo real’) y muchas
perspectivas culturales acerca de esa naturaleza,
la ontología política opera dentro del paradigma
‘multinaturalista’ de que hay muchas clases de
‘naturalezas’”. (González & Carro, 2016, p.83)
Se trata del reconocimiento de la noción del pluriverso10
,
donde existen agencias de todo tipo: animales, insectos,
piedras, montañas, ríos, cosas, etc. Por su parte, Escobar se
adscribe a la fenomenología, desde la cual
“la vida sucede en el encuentro con el mundo en
el cual moramos; antes de cualquier objetivación,
percibimos el mundo porque actuamos en él, y
similarmente descubrimos objetos significativos en
el ambiente al movernos alrededor de él. De esta
manera, las cosas no son ni ‘naturalmente dadas’
ni ‘socialmente construidas’ sino resultado de un
proceso de co-construcción”. (Escobar, 2010, p. 4)
En el pluriverso, entendido bajo el criterio de co-relación,
se vincula
“laidentificacióndelanaturalezaconlaPachamama,
y el hecho de que está dotada de ‘derechos’ va
9
“El término ‘animismo’ fue acuñado por E. B. Tylor (1981 [1871]) para
referirse al estadio primigenio de religión en el que aparece la idea de alma,
extendido luego para hacer alusión a la creencia según la cual determinados
pueblos otorgan intencionalidad, subjetividad y, por tanto, personeidad
a seres o entidades no humanas. […] En Más allá de naturaleza y cultura
(2012), Descola defiende la co-existencia de cuatro ontologías o modos
de identificación con la naturaleza: animismo, totemismo, naturalismo y
analogismo”. (González & Carro, 2016, pp. 106-107)
10
Pluriverso se refiere a los estudios que “surgen del afán de la academia
crítica de acompañar las luchas de aquellos mundos que buscan perseverar,
en medio de las intensas arremetidas unimundistas de la globalización
neoliberal” (Escobar, 2014).
15
14
más allá de un ambientalismo políticamente
correcto, dado que la Pachamama no puede
encajar fácilmente en la estructura filosófica de
la constitución moderna, en la cual la naturaleza
es vista como un objeto inerte para que los seres
humanos se la apropien”. (Escobar, 2012, p. 49)
Bajo este criterio, ¿cómo es el pluriverso de los uru
del Poopó11
? La ontología relacional nos indica que los
seres que ocupan el mundo y lo habitan entrelazan sus
caminos a través de mallas y tejidos co-constitutivos y
en evolución. “Dentro del mundo relacional, la defensa
del territorio, de la vida y de la tierra comunitaria es
una misma causa. […] —el pluriverso—, un mundo
donde quepan muchos mundos” (Escobar, 2016, p. 20).
De esta manera, nada preexiste por sí mismo, no hay
una preexistencia de seres humanos y no humanos,
sino que se dan a partir de la existencia de otros y
su relación; no estamos en un universo, sino en un
pluriverso, del cual se desprenden múltiples sociedades
y culturas, perspectivas de seres y representaciones
subjetivas entre ellos. “En la perspectiva pluriversal,
existen múltiples veracidades, pero no se pretende
‘corregir’ la visión de ninguna de ellas como si hubiese
una forma superior de definir la ‘realidad’” (Escobar,
2016, p. 22).
11
“¿Cómo es posible que 3.000 kilómetros cuadrados del lago Poopó se
hayan esfumado? ¿Acaso son los efectos del cambio climático? Situado a
más de 3.600 metros de altitud, este lago ocupa una vasta depresión que
recoge las aguas del departamento de Oruro, una árida meseta andina
encaramada en la cordillera que separa a Bolivia de Perú. ¿Cómo se secó
el Poopó, el segundo lago más grande de Bolivia? A lo largo del siglo XX el
Poopó estuvo completamente seco entre 1939 y 1944 y entre 1994 y 1997,
mientras que entre 1969 y 1973 quedó reducido a unos cuantos charcos
salados. Pero el lago ha vuelto todas las veces: regresó en los 40, volvió en
los 70 y a principios de 2017.
El Poopó está destinado a convertirse en un salar. Los modelos
matemáticos de los expertos apuntan a que la desaparición natural del
Poopó acontecerá dentro de entre 1.500 y 2.000 años. Aunque según
aseguran varios científicos, el cambio climático, los efectos de la Oscilación
Meridional de El Niño y la actividad humana están acortando su vida”.
(Attanasio, 2018)
12
Centro de Ecología y Pueblos Andinos (CEPA) y la Coordinadora en Defensa del Río
Desaguadero,loslagosdeUruUruyPoopó(Coridup).
13
“[…] los devenires humanos […] movimiento que he llamado en otro lugar
‘vagabundeo’[wayfairing],unmovimientoquebuscanoconectarpuntosoterritorios
predeterminados, sino más bien, en cada momento, seguir andando [keep on going].
(Ingold, 2012, p. 46) “Conocer es devenir, cada académico es un vagabundo, y cada
formadeconocimientoesunalíneaquecorre,nocruzandoyentredospuntos,sinoa
travésyalolargo”(p.49).
14
“[…] tienes una primera intención, llevas adelante esa intención y, por sus efectos,
afectas a otras personas. […] El problema con la noción de agencia, en mi opinión, es
que está tratando todo el tiempo de tomar esos movimientos, corrientes y flujos que
tienenlugarenelmundoytratarloscomoefectosdeotracosa,deunacausa,porloque
tenemosquedecirqueelvientosopladebidoalaagenciadelviento,oeltruenotruena
debido a la agencia del trueno. Es como tomar una acción y tratar esa acción como el
efectodeunacausaprevia.[…]Siemprequevemosalgopasando,queremospensarlo
como un efecto, y queremos construir una relación causa-efecto, y esto significa tener
queidentificarunacausa.Portanto,cuandovemosaalguienhaciendoalgopensamos
quelacausadetalaccióndebesituarsedentrodelapersona”.(Ingold,2012,pp.78-79).
Un testimonio permite entender el parentesco Uru
del Poopó, la vida del lago con una connotación
femenina, por su dar vida, toda vez que se relaciona
con rituales a la qucha mama o madre del agua como
eje de cosmopraxis, pluriverso y animismo. “Somos
gente de agua, el lago Poopó es padre y madre,
estamos como huérfanos, no hay pescados, aves…”
(Entrevista a Genaro Inti Inti, miembro del Consejo
Educativo Control Social, marzo de 2018).
Posteriormente, afirma que “[u]n pueblo sin tierra
es un pueblo condenado a desaparecer. Y la tierra
de los urus es el lago”. ¿Cómo se puede preservar
la identidad cultural? Pablo, como mallkuqota
encargado de realizar rituales para que llueva y
vuelvan las aguas al Poopó, refiere:
“Desde que el Poopó se secó, los urus somos
huérfanos. El lago nos daba la vida. […] Antes, entre
marzo y octubre sacábamos unos seis quintales de
pescado día por medio. Ahora, nada. […] Nuestro
creador nos escuchó y tres días después llovió.
Nuestra esperanza es que este año, con la estación
de lluvias, volveremos a comer pejerrey”. (Attanasio,
2018, entrevistado por Pablo Flores)
Para Munter et al. (2019), “lo que a la mayoría de los uru le
preocupa es tener acceso a tierras y un agua mucho menos
contaminada, podría sonar ingenuo si no fuera porque estos
asuntos claramente son nudos críticos en las agendas de
lucha y asesoría de CEPA-Coridup12
” (p. 34).
Podemos comprender que, para los urus del Poopó, si bien
existe una relación íntima de parentesco con el lago por la
vida, es necesario que estos lazos y energías anímicas se
refuercen y renueven por medio de la ritualidad:
“… el rito no es un acontecimiento masivo, pero
es una instancia intensa y emotiva: se va a recoger
cuidadosamente un poco de agua en los pocos
lugares remotos donde todavía queda agua, se trae
esa agua en algún tipo de contenedor y se les hace
una ch’alla de agradecimiento en medio de esa
planicie arenosa. Es la ‘comunicación con el lago’, que
se mencionó supra: se atiende al lago, se lo espera,
se anhela que vuelva”. (De Munter et al., 2019, p. 36)
Así, la agencia del lago es subordinada a la vida atenta
con-memorando las dimensiones cotidianas y rituales
que se permean constantemente, fomentando una
conciencia hacia la relación de estar vivo en co-presencia:
“Quchallawampunitiyayku” / “Nosotros desde siempre
vivimos del y con el lago”.
INTENCIONALIDAD Y ATENCIONALIDAD COMO
DEVENIR
Ingold (2012) expone argumentos críticos como la
improvisación de ambientes mediados por la experiencia
y de la antropología con su método etnográfico en tanto
devenir13
. Si bien los humanos “somos muy importantes
en la transformación y devenir del mundo, no estamos
solos en dicha empresa […] si partimos de la idea de que
las cosas están inherentemente activas, entonces no
necesitamos invocar una propiedad llamada ‘agencia’ de
la cual esa actividad es una consecuencia” (p. 57). Para
el autor, la consecuencia de una actividad determina
intencionalidad14
: “[…] yo soy lo que estoy haciendo, eso
soy yo. No es que lo que estoy haciendo, es la expresión
de alguna cosa que está dentro de mí, de la cual mi acción
es la consecuencia” (p. 76). Blaser (2009) coincide con
Ingold y argumenta que “… los agentes de las acciones
no son humanos per se, sino conjuntos heterogéneos
que nosotros conceptualmente purificamos y actuamos
como humanos y no humanos, junto con un trastorno
asimétrico asociado contribución de la agencia” (p. 92).
Lo que somos, entonces, o lo que podemos ser, no viene
ya hecho.
Tenemos que, perpetua e interminablemente, estar
haciéndonos, los humanos no son seres sino devenires,
17
16
“… cada uno instanciado como una cierta forma de
vida en el mundo —o más bien, como una forma de
estar vivo hacia el mundo— entendido no como un
corpus de tradición recibida sino como una senda
que recorrer, junto a la cual uno puede continuar
andando, y que otros seguirán a su turno”. (Ingold,
2012, p. 43)
Blaser aporta con la categoría de “juntariedad”15
, acciones
y conjunto de interacciones, devenires que aún no son, es
decir, sendas y procesos que no tienen cierre, clausura o
finalidad. Bajo esta premisa, los urus del Poopó se reflejan
en el lago y esperan su renovación cuando el agua se
esconde.
De Munter et al. (2019) explica con respecto a la
atencionalidad:
“Caminamos —navegamos— y actuamos
sometiéndonosatentamentealosmúltiplesprocesos
de crecimiento que nos rodean, correspondiendo
de esta manera con esas otras líneas de vida. El
wayfaring humano, siempre vulnerable, lleno de
aprendizajes, improvisaciones y anhelos, es el
motor mismo de la correspondencia humana, vista
desde un paradigma de atencionalidad”. (p. 28-29)
Entre los qotzuñi, no hay formas unívocas de interpretar su
hacerse un camino en medio de la malla de vida del Poopó:
“Es un wayfaring que se ha vuelto cada vez más
tenso […] los aprendizajes llenos de improvisación
y diferentes tipos de anhelos que caracterizan el
wayfaring de los qotzuñi tienen que ver tanto con
esa habilidad de corresponder con los cambiantes
o incluso nuevos entornos de vida como con la
responsabilidad de revitalizar los principios de
atencionalidad construidos a lo largo de los caminos
(ríos, lagos) ya recorridos en la malla de vida del
Poopó”. (De Munter et al., 2019, pp. 31-32)
Cabe recordar que cuando Ingold (2012) sustituye
“lanocióndeagenciaporladeatencionalidad,lohace
justamente para escapar de su carga intencionalista,
que impide ver la condición profundamente
relacional de nuestra correspondencia humana […]
esto desmonta los cuestionamientos al apoyo del
recuperado rito al lago, en nombre de una defensa
pragmática y racional de la ‘sobrevivencia’ del
grupo qotzuñi y de su entorno” (p. 31-32).
El devenir de los urus del Poopó no solo se enfrentará a la
desertificación del lago cuando el nivel del Titicaca caiga
por debajo de los 3.810 metros, el flujo que alimenta el
Desaguadero se interrumpa y el lago no pueda compensar
la pérdida masiva de agua debido a la evaporación de la
superficie, sino a otros factores que se relacionan entre sí,
como el aumento de temperatura. Estos factores influyen
15
“[…] el principio de juntariedad. […] las líneas de devenir se tejen en el
mismo tapiz. La juntariedad entrelaza los devenires, mientras se mueven
a través o a lo largo, en un tipo de respuesta mutua […] correspondencia”
(Blaser, 2013, p. 47).
de manera decisiva en la evaporación de las aguas. También
están las sequías cada vez más frecuentes y largas —en las
últimas dos décadas, la sequía se repitió cada tres años— o
el viento entre agosto y septiembre, que barre sin piedad
la superficie del lago y lo inunda con millones de toneladas
de sedimentos del desierto de Atacama.
Debe reflexionarse acerca del río Desaguadero que
es afectado por la producción agropecuaria16
y las
consecuencias de la actividad minera17
en la zona, por
tanto, el devenir tenso y cambiante del agua, evidencia que
los urus del Poopó son refugiados climáticos y sociales.
Finalmente, la atencionalidad en términos de Ingold es:
“Atender a […] tiene que ver con estar atentos
al clima, con cuidar a los seres y presencias que
habitan y rodean al lago, con saber esperar y
anhelar para que regresen las aguas dadoras
de vida, para poder retomar las prácticas de
correspondencia o reciprocidad con ellas. Es en
esta correspondencia humana, en estos gestos
y movimientos educacionales cotidianos, donde
radica una importante dimensión política y ética.
[…] una política del morar: si los uru han logrado
devenir siempre de nuevo lo que son, es porque han
logrado ‘hacerse (co)responsables’ a través de sus
constantes, y a veces dificultosas, correspondencias
con entornos y líneas de vida y participando de la
malla de vida. Morar en y alrededor del Poopó
16
“En la última década, el boom mundial de la quinua representó un
salvavidas para la economía local. El 80% de las exportaciones bolivianas de
quinua tienen su origen en el departamento de Oruro, en particular en la
orilla occidental del Poopó. Esto significa un mayor uso de recursos hídricos.
¿Cuáles? Los que resultan de la canalización del río Desaguadero, con la
consecuencia que éste disminuyó aún más su caudal hacia el Poopó. Los
‘regantes’ culpan a su vez a los responsables peruanos de las compuertas
del Titicaca, que cierran el flujo aguas arriba. De esta forma, el ciclo del
Poopó se cierra en el punto de partida, dejando irresuelta la pregunta sobre
su supervivencia”. (Attanasio, 2018)
17
El lago Poopó ha sido y es el dique de cola de la minería en Oruro. Fuente
de contaminación (muerte y enfermedad) desde la colonia hasta hoy, pero
eso no implica que el Estado sea inoperante, pues el estado de conservación
del Lago es parte de las competencias que debe asumir.
“Las culpas apuntan en tres direcciones: las minas de Kori
Chaca y Kori Kollo (de la empresa privada Inti Raymi, que ya no
opera, pero sigue manteniendo sus enormes diques de cola), la
empresa de propiedad pública Huanuni, que da trabajo a unas 4
mil personas, y las más de 80 pequeñas y medianas cooperativas
locales reunidas en la Fedecomin”. (Attanasio, 2018)
equivale a devenir Poopó-qotzuñi, cada vez de
nuevo. Para los uru-qotzuñi, su historia de vida, en
un sentido muchísimo más amplio que el que se le
da usualmente en etnografía, es el lago Poopó —y
no solo transcurre en—, con sus aves, sus peces,
sus totoras altas, sus aires revoltosos, con los gritos
nocturnos que van emitiendo los mismos uru para
identificarse como ‘gente del agua’”. (De Munter et
al., 2019, p. 29).
ARGUMENTOS CONCLUSIVOS
VerónicaStrang(2005)postulaque:
“El agua tiene muchos significados complejos en las
sociedades aborígenes […] la regeneración se encuentra
en las actividades generativas de las fuerzas ancestrales,
y con la expectativa de que al manifestar y replicar esta
creatividad, las personas regenerarán las poblaciones
humanas, así como las especies vegetales y animales, y
otrosrecursosambientales”.(p.369)
Tambiénañadeque:
“Sin embargo, incluso en estos términos, las personas
tienen un agudo sentido del agua como fuente vital de
vida, común a todas las criaturas vivientes, y crucial para
la supervivencia de cualquier sistema ecológico. […] el
poder regenerativo del agua se demuestra anualmente,
19
18
sinembargo,susformulacionesdeloqueelaguadebería
estar generando, y su parte en esta ecuación, son
bastantediversos”. (p.372)
En nuestro contexto, ¿cómo podrían llevarse a cabo cambios
radicales para el entendimiento del agua? La superposición
territorial hace que el agua como derecho fundamental de vida
puedaserdisfrutadaportodos,peroquedasiendoresponsabilidad
de ninguno. En esa difuminación de competencias, las mallas de
vidaylaatencionalidadrecaenúnicamenteenlosurusdelPoopó.
Si bien la agencia es absorbida por la cultura material que la
controlayutilizademanerahegemónica,
“Esta hegemonía a menudo ha subsumido más arreglos
colectivos y yo diría que, al hacerlo, sistemáticamente
ha privado de sus derechos a la mayoría de los seres
humanos y no humanos, colocando el control del agua
y el poder en menos y menos manos”. (Strang, 2016, p.
293)
Paralaautora,
“[e]l vínculo entre el agua y el poder es una expresión
de las relaciones materiales. Ningún ejercicio de poder
es posible a menos que se pueda expresar en forma
material, en este caso a través del control físico de
cuerpos de agua o la capacidad de determinar, cuyos
intereses se beneficiarán del flujo de agua. Sin embargo,
las relaciones materiales no son solo entre personas. […]
El control está influenciado por las propiedades físicas
del agua y sus comportamientos específicos. La fluidez
del agua, la dificultad de capturarla y contenerla, y la
variabilidad en los flujos hidrológicos inevitablemente
desafíanlascertezasdepropiedadycontrol”(p.295)
El control del agua es una forma más de poder sobre las
agencias e identidades culturales urus del Poopó que con-viven
relacionalmenteconotrosseres.Lastimosamente,lagobernanza
delaguasiempreestuvodominadaporloshumanos.
“Lapriorizacióndelohumano,interesesylapromociónde
formasneoliberalesdepropiedadygobernanzadelagua,
abrieronelcaminohaciaunalógicadeinstrumentalismo
en el que el agua y otros recursos, así como no
humanos especies, podrían verse principalmente para
proporcionar ‘servicios ecosistémicos’ a la humanidad
o, más específicamente, a algunos grupos humanos”. (p.
298)
Si el agua es propiedad de Estado, ¿quién es el propietario del
Estado? Y la respuesta abstracta es el pueblo y las múltiples
agenciasquecreanrelacioneshumanasynohumanasentejidos
complejos,hayformasdeposeeryapropiarsedelagua,asícomo
degenerarnuevoscanalesdecontrol,administraciónygestión.
ANEXO 1
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InstitutodeEstudiosAvanzados-UniversidaddeDurham.Durham,Reino
Unido.
Imagen 1. Comparación del lago Poopó durante período de tres años.
Fuente: Attanasio Angelo, 2018.
21
20
1
LaPazfuefundadasobreotraciudadllamadaChuqiyapumarka,otroraaglutinadora
de ayllus ancestrales de origen aymara y quechua, principalmente. Los actuales
nombresdemuchosbarriosozonasdeestaurbeaúnestánenaymarayquechua,a
pesar de la castellanización; por ejemplo, Calacoto o Qalaqutu, que significa “pila de
piedras”,oMunaypata,quesignifica“lomadelamor”enquechua,sonunamuestra
detodaesagranriquezacitadinaeinterculturaldelpasado(Ticona,2017).
2
LaRecopilacióndelasLeyesdelosReinosdelasIndiasestádisponibleen:http://
www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-93485.html
La evolución del centro histórico:
una mirada a los modos de habitar
COMUNIDAD
CIENTÍFICA
(ARTÍCULOS
Y
ENSAYOS)
Paola Lizett Carvallo Elvira
Karen Elynor Choque Ticona
Fátima Andrea Fernández Aliaga
El presente ensayo está centrado en el centro histórico
de la ciudad de La Paz y analiza los procesos de
transformación del paisaje urbano a partir de dos ejes
focales, los modos de ocupación de la vivienda y el
espacio público de acuerdo con las demandas sociales,
económicas, funcionales y políticas originadas en los
años 60 hasta los años 80, realizando una revisión
documental bibliográfica del periodo de mayor
transformación que ha sufrido el centro histórico de la
ciudad. Plasma mediante relatos históricos el modo de
habitar las viviendas en el centro histórico, los cambios
que ha sufrido el paisaje a través de los perfiles urbanos
y el reconocer las actuaciones pasadas mediante el
modo de habitar y entender este espacio histórico tan
relevante para la ciudad de La Paz.
Palabras clave: procesos de transformación urbana,
modos de habitar, centro histórico.
This essay focuses on the historic center of the city of
La Paz, analyzing the processes of transformation of
the urban landscape from two focal axes, the modes
of occupation of housing and public space according
to social, economic and social demands, functional and
political originated in the 60s to the 80s, carrying out
a bibliographic documentary review of the period of
greatest transformation that the historic center of the
city has undergone. It captures through historical stories
the way of inhabiting the houses of the historic center,
the changes that the landscape has undergone through
urban profiles and the recognition of past actions
through the way of inhabiting and understanding this
historical space so relevant for peace from the city.
Keywords: urban transformation processes, ways of
living, historic downtown.
RESUMEN ABSTRACT
INTRODUCCIÓN
La ciudad de La Paz, actual sede de gobierno del Estado
Plurinacional de Bolivia, fue fundada un 20 de octubre de
1548 por el capitán Alonso de Mendoza, en la localidad
de Laja, como parte del territorio del Corregimiento de
La Paz. Tres días después, fue trasladada al valle llamado
ChuquiagoMarka1
,dondefungiríacomopuntodedescanso
para las caravanas que trasportaban minerales y productos
agrícolas en la ruta comercial entre Potosí y Cuzco.
Asentada en las riberas del río Choqueyapu, la ciudad
española fue planificada de acuerdo con las Leyes de
Indias2
. El centro histórico fue trazado basándose en las
serranías, las cuales brindaron un aspecto no tan común
a este centro urbano, conformándose de esa manera la
hoyada como es conocida al día de hoy.
Centrándonos en las décadas de los años 60 y 80,
observarnos un centro histórico en proceso de
transformación, en los modos de habitar la vivienda y el
espacio público, influenciados por una modernidad, que
rompe los esquemas tradicionales empleados hasta ese
momento. Adicionalmente, las migraciones campo-ciudad
originaron un cambio trascendental en el paisaje urbano,
en la planificación territorial y sobre todo en el espacio
público. Pero, para entender las transformaciones en
los modos de habitar el centro histórico en este periodo
en particular, tenemos que entender, primeramente, el
concepto de habitar y su relación con el espacio público.
El habitar es la consecuencia de “formulaciones teóricas y
prácticas” realizadas por planificadores urbanistas, a partir de
las cuales se hacen todo tipo de asociaciones y relaciones con
“morar” y “ocupar” en el sentido simple de “ocupación del
espacio”. Pero entenderlo de esta manera trae consecuencias
negativasalastrasformacionesurbanas. Siseabordaestetema
desde el punto de vista social y antropológico, se plantea una
visión más acertada del “habitar”, comenzando por los usos y
experiencias en el espacio, las expresiones estéticas, sociales
y artísticas, las vivencias, etc. Entendido de esta otra manera,
el significado evoluciona hacia una “construcción” simbólica,
física,comunicativayestética,dondeunacomúnpreocupación
es el “sentimiento de arraigo”, el de las formas de pertenencia,
apego y contingencia del hombre con el lugar en el que habita
como parte de una identidad y apropiación del ser humano en
el universo físico y sociocultural (Yory, 1999, p. 13).
Analizaremos también el significado de “modos de
habitar”, lo que se puede entender como un modo de
comportamiento. La arquitectura no puede deducir la
conducta del hombre, solo englobar comportamientos más
habituales, como: hábitos de estudio, de reposo, de aseo,
de restauración, de convivencia de los sujetos en cuestión,
así lo afirma Jorge Sarquis en su artículo Arquitectura
y modos de habitar. Ahora, si entendemos “modos de
habitar” en un contexto urbano histórico, vemos que no
solo basta en construir un territorio o espacio para ser
habitable, ya que la acción de habitar no solo se basa
en permanecer en el espacio construido, también hace
referencia a la cultura y el sentido de la vida misma, con
respecto a la diversidad que enriquece el espacio, sea
23
22
público o habitacional, haciendo de la arquitectura solo un
soporte para el desarrollo de estos modos de habitar, de
acuerdo con Alberto Saldarriaga Roa (2019) en su artículo
¿Cómo se habita el hábitat? Los modos de habitar.
Por otro lado, la relación de la vivienda con el espacio
públiconosinvitaalanálisisdelpaisajeurbano,enelsentido
de que el espacio público forma parte de este paisaje y se
convierte en un espacio para habitar, un lugar donde los
ciudadanos comparten su cotidianidad con la ciudad y su
entorno. Debemos tener en claro que el paisaje urbano
es completamente creado por el ser humano, ya que este
realiza construcciones alterando el paisaje natural por uno
artificial. Como lo afirman Valencia y Raposo (2004): el
paisaje urbano no se presenta solo como
“la manifestación formal del proceso de producción
del espacio de la ciudad, sino también como una
intención consciente de incorporar órdenes de
significación en tal manifestación. El concepto de
paisaje urbano comprende entonces un propósito
deliberado en la producción de sentido, a ser
dispuesto en el plano de lo aparente visible. Habría
entonces una producción de paisaje urbano en
cuanto acto de estetización de la política llevado
a la dimensión de lo real. El paisaje urbano llega a
constituirse, así, como representación de relaciones
sociales generadas en el transcurso del devenir de
la sociedad”. (Rodríguez, 2007, p.30)
El hombre ha modificado los procesos naturales a través
de los últimos milenios desde las actividades sociales, las
cuales llevaron a cambios importantes sobre el paisaje,
los territorios, su medio social, su medio ambiente y sus
interconexiones (De Sousa, 2003; Portney, 2003; Etter et al.,
2011, p. 144). En los años 60 y 80, el urbanismo acompañó
a los procesos culturales, tecnológicos y sociales causados
por las crisis económicas (Magalhaes, 2001, p.88), por ello
se introdujeron nuevos modelos de urbanismo, primando
las nuevas tecnologías en edificaciones, así como la
disposición de los mismos en las ciudades, frente al trazado
histórico y las vías tradicionales que se venían aplicando en
los centros históricos (Benévolo, 2005, p. 73).
Enelcasodelcentrohistóricopaceño,estastrasformaciones
empezaron como parte de la modernidad que trajeron
las décadas de los años 60 hasta los 80. Así, las nuevas
actividades económicas, culturales y sociales en el centro
histórico fueron el inicio de un proceso de adaptación a
nuevos conceptos urbanos, el entender y analizar el cambio
que existió en el espacio público, así como en la forma
de habitar la vivienda. Todo esto le permite al ciudadano
construir una memoria como individuo, pero a su vez como
un conjunto social, ya que la ciudad se va conformando
por capas evolutivas tanto sociales, culturales, políticas,
territoriales, económicas como identitarias.
Por otra parte, Fernand Braudel (1949) nos señala que “el
paisaje urbano muestra una gran inestabilidad en todo el
proceso de consolidación urbana”. En el caso del centro
históricodelaciudaddeLaPaz,elcualtuvoetapasestables—
sobre todo en la época fundacional— y tuvo etapas fugaces,
marcadas a partir de la década de los años 60, cuando sufrió
transformaciones permanentes al ser renovados edificios
completos y/o mudando solo las fachadas al ritmo de los
cambios estilísticos, mientras se modificaban o sustituían
los elementos de equipamiento urbano de las plazas y de las
calles. En todo este proceso, es la estructura urbana de La
Paz la que le da su “aliento más sostenido”; citando a Braudel
(1949), “es la capa de la historia lenta que la totalidad de
la historia puede (hacer repensar toda la historia) como a
partir de una infraestructura” (pp. 726-753).
Asimismo, Lynch en su libro La buena forma de la ciudad
(1960),plantealaimagendelaciudadapartirdelaidentidad,
estructura y su significado, desde su reconocimiento como
entidad individual y en relación con el ciudadano, a partir
del significado que tenga su entorno para él. Así, el paisaje
urbano está relacionado directamente con el habitante
y su entorno, el cual lo va transformando con el tiempo,
adaptándolo a sus necesidades y a los sucesos sociales que
lo rodean (pp. 17-19).
Estos procesos de trasformación en los periodos de los años
60 hasta los años 80 son los que nos llevaron a cambios
sin precedente en el paisaje urbano del centro histórico
paceño, transformaciones en la manera de habitar la
vivienda y la manera de habitar el espacio público. La
migración a la ciudad de La Paz ocasionó una tendencia de
sobrepoblación en el centro histórico; como consecuencia
de ello, la localización de los servicios y de los puestos de
trabajo,en esemomento,llevó a la ocupación de inmuebles
históricos, que cumplían una vocación residencial, a
una nueva función. El auge económico y social crea una
dinámica edilicia y empresarial que fuerza a la honorable
Alcaldía de La Paz, que transforma las fachadas, demuele
inmuebles y construye nuevos edificios, los cuales
responderían a las “nuevas necesidades”, transformando
así el paisaje urbano de una manera agresiva y sin control,
cosa que llevó a la Alcaldía de La Paz a la formulación de
políticas urbanas radicales (Consultoría de nueva visión y
plan de manejo del centro histórico)3
que plantearon en
su momento “congelar” el centro histórico para que no se
sigan demoliendo casas históricas. Esto en medio de un
ambiente de falta de consideración hacia el espacio público
y las maneras de habitar la vivienda en el centro histórico,
espacio tan importante para los paceños.
DE LOS 60 A LOS 80: TRANSFORMACIONES EN LAS
EDIFICACIONES Y EL PAISAJE URBANO DEL CENTRO
HISTÓRICO PACEÑO.
Analizamos entonces las transformaciones de los modos de
habitar en el centro histórico de la ciudad de La Paz desde
una visión social y de reflexión hacia un espacio de vital
importancia para la ciudad como lo es el centro histórico.
Debemos entender el modo de habitar la vivienda y el
espacio público, en este espacio en particular por ser el
centro primigenio, la ciudad española. Esta empezó con su
traza a partir de un vacío que fue la Plaza de armas, espacio
público,quefuefieltestigodeloscambiospolíticosysociales
de la ciudad. En su entorno se observa construcciones
dedicadas al ámbito del poder, residenciales y comerciales,
las cuales influyeron en las transformaciones urbanas del
centro histórico en los años 60 hasta finales de los 80.
El centro histórico hasta este periodo respondía a una
manera de vivir, en el entendido del entorno en el cual nos
encontramos es habitable y nosotros somos los habitantes,
como indica Illich (1988), “procede de una época en la que
el mundo era habitable y los hombres habitantes” (pp.
47-50). Allí se fue generando una transformación en el
paisaje urbano y en sus modos de habitar, llegando a que
las edificaciones históricas ya no sean punto de atención
debido a los sujetos sociales por su modo de habitar, es
3
La consultoría de Nueva visión, realizada por el Arq. Gustavo Medeiros
en 1977 para la honorable Alcaldía de La Paz, plantea un plan
de manejo para el centro histórico con la delimitación del
área histórica y la protección de los inmuebles identificados
como patrimoniales, debido al auge de nuevas construcciones
modernas y la demolición de bienes inmuebles de gran valor
histórico.
25
24
decir, estos sujetos sociales ya sean habitantes del espacio,
comerciantes, políticos o peatones, entre otros, buscan y
tienen el deseo de una mejoría en el espacio que habitan.
Por ello, la mayor transformación urbana se da por las
construcciones de carácter político que buscan ser el
centro de atención, abusando de la escala de sus proyectos
y opacando de este modo las construcciones históricas del
lugar, en esto también tienen influencia los sujetos sociales
informales como ser el comercio informal, o peatones, que
debido a sus comportamientos (asentamiento informales,
vandalismo) van en contra de la normas establecidas para
la conservación de patrimonio, dejando de lado el deseo
de conservar las edificaciones históricas, un problema que
lo podemos seguir percibiendo en la actualidad.
Cada vez es más difícil establecer estas áreas y delimitarlas
o categorizarlas para que puedan ser valoradas, ya que por
unapartesetratadeconservarpormedioderestauraciones
y rehabilitaciones los monumentos arquitectónicos, pero
existe una contraposición de querer un desarrollo pleno
del centro histórico que da paso a la transformación
Imagen 1. Paseo del Prado en La Paz.
Fuente: Paperblog, Revista Latina.
Imagen 2. Foto del Prado, La Paz.
Fuente: Caleidoscopic.
urbana sobreponiéndose a la conservación del
carácter histórico de la ciudad. Estos mismos factores
para el desarrollo del centro urbano son los sujetos
habitantes, quienes no perciben en su totalidad
que, con las transformaciones, el centro histórico va
perdiendo su identidad y la atracción turística, lo cual
por consecuencia va alterando constantemente al
modo de habitar.
En la década de los años 60, el grupo de arquitectos
conocidos como el Team X analizó los cambios urbanos,
que consideró como problemas fundamentales de
las ciudades, como ser la pérdida de especificidades
formales y espaciales del pasado, la falta de
identificación entre la ciudad y sus pobladores debido
a su crecimiento incontrolado. Es en este sentido que
Mercedes Urioste nos indica que: “La interminable
contraposición se basa en ¿Cuál elegimos? ¿Una
edificación patrimonial o la posibilidad de que más
personas vivan “cómodamente” en lugares céntricos
de la ciudad? No es tan sencillo” (Abal, 2019).
A partir de esta mirada, se pueden entender dos aspectos
con relación a lo mencionado, a la vida que se lleva
dentro de estos inmuebles en kilómetro cero y cerca
de él, como también a la vida que se desarrolla fuera
de estos inmuebles. Como ejemplo de ello, ponemos a
consideración el siguiente relato extraído de los relatos
de la ciudad de La Paz entre los años 50 y 80, con el
cual podemos notar cómo la vida se desarrolla en estos
inmuebles y qué cambios sufre en el transcurso del
tiempo.
“En El Prado yo vivía en una casa que era de
(Mariano) Melgarejo, una casa colonial que
después se desmontó para hacer un edificio. Esa
casa, que era de mi abuela, tenía unos espacios
que eran caballerizas, que eran unos arcos de
piedra —era una mampostería de piedra—,
encima venía la casa y la abuela había hecho de
la parte de abajo tiendas que alquilaba.
Tenía área de animales, las caballerizas en
las que había burros, entrada de pongos,
de alimentos, grandes alacenas, grandes
despensas, mucho espacio para el personal de
servicio, nunca había una empleada, siempre
había siete u ocho. Es decir, había más gente
en la mesa de la cocina que en la mesa de la
casa. Los cuartos eran inmensos, los techos
eran altísimos, el salón estaba todo el tiempo
oscuro, por la cortina de terciopelo grueso que
teníamos, pero, además, las ventanas estaban
cerradas con ventanillas de madera. Ahora me
doy cuenta de que era porque el sol de La Paz
destroza todo y que se tenía que abrir el salón
cuando se iba a usar, en lo posible de noche.
Después, vivimos en una casa en la avenida
6 de agosto que era también muy grande,
pero con unas modernizaciones. El comedor
en El Prado era una mesa para 24 personas.
En el comedor de la 6 de Agosto, la mesa
era solo para 14 personas, 16 si la estirabas,
pero había un comedor de diario para la
familia en la cocina, ya no había espacio
para caballos. Sin embargo, había una gran
alacena, cuatro habitaciones para la gente de
servicio. Nosotros éramos una familia grande,
entonces teníamos una niñera, teníamos una
‘a la mano’ (persona que hace todo lo que se
necesita), teníamos una empleada, un mozo y
un jardinero.
Todos ellos vivían en la casa, entonces había
una habitación para cada uno, algunos vivían
con su esposa o con toda su familia. Era un
regimiento de gente, por lo que también
se necesitaba una cocina muy amplia, en
la que podías preparar comida si tenías
invitados. En esa casa ya había un living de
paso, una sala de estar, un cuarto de piano
y un salón, pero ya no un salón como en la
casa colonial. Posteriormente, nos fuimos
a un departamento que era un piso de un
edificio de la calle Guachalla y Ecuador.
Todo había cambiado, el factor económico
había cambiado. Entonces, ya no teníamos
una ‘a la mano’, ya no teníamos una niñera,
planchadora, lavandera, etc.”. (M. Urioste,
entrevistada por Abal en 2019)
27
26
Imagen 3. El Prado en los años 60.
Fuente: Miguel Irigoyen.
Claramente, en el relato nos damos cuenta de
cómo las formas de habitar la vivienda fueron
cambiando de acuerdo con las necesidades que los
habitantes tenían y también como estos se vieron
afectados por la situación económica; si bien no se
sabe a ciencia exacta cómo la economía afectó a los
inmuebles en el casco urbano central, con el ingreso
al poder del expresidente Víctor Paz Estenssoro, las
políticas urbanas dieron prioridad a la educación y la
economía, reactivando de esta manera las actividades
comerciales, las cuales afectaron de manera directa
al centro paceño. A partir de la década de los 60,
el centro histórico empezó con una modernidad sin
precedente, cambiando su paisaje urbano. El hecho
de solo habitar los inmuebles, convirtiéndolos en
fuentes de ingreso cambió la esencia y el espíritu de la
zona, una evolución que transformó el espacio, de un
lugar familiar a un lugar de tránsito entre comercio,
trabajo de oficina y el poder político.
DE LOS 60 A LOS 80: CAMBIOS EN EL ESPACIO
PÚBLICO, COMO PARTE DEL PAISAJE URBANO DEL
CENTRO HISTÓRICO PACEÑO
Si damos una mirada al espacio público, vemos que la
transformación de las calles se lleva a cabo gracias al
proceso social, económico, político y de comunicación
permanente con los ciudadanos, lo que da como resultado
las constantes evoluciones en la ciudad, tanto urbanas
como económicas, por lo que debemos hacer referencia
con énfasis a los principales personajes, los ciudadanos,
y cómo vivían el espacio público desde su punto de vista.
Según Borja (2003), “El espacio público define la calidad de
la ciudad, porque indica la calidad de vida de la gente y la
calidad de la ciudadanía de sus habitantes”.
A partir de la década de los años 60, el comercio informal
empezó a forma parte del paisaje urbano y apropiarse del
espacio público cada vez con mayor fuerza, convirtiéndose
en uno de los problemas de mayor importancia para toda
la sociedad, debido a que muestra intereses contrapuestos
entre el sustento familiar —de una parte, importante de la
población—ylatransformaciónquesufreelespaciopúblico
y sobre todo el entorno edificado, como mencionamos en
el punto anterior.
Este fenómeno tuvo lugar a finales de la década de los
años 60 e inicios de los años 70, cuando grandes grupos
migratorios permitieron el asentamiento del comercio
en las calles, de zonas populares, las cuales se volvieron
estratégicas con el pasar del tiempo. Para mediados de
los años 70, se consolida la ampliación de las áreas con
vocación al comercio, siendo los indígenas los que se
localizaron en zonas como ser El Tejar y San Pedro, que hoy
en día se han vuelto puntos estratégicos en los que abunda
el comercio informal.
Imagen 4. Zona del Obelisco, 1969.
Fuente: Página Siete.
Así vemos, por ejemplo, en el barrio de San Pedro,
el cual hasta la década de los años 60 era un barrio
de poetas y cantantes, pasa a tener gran relevancia
el mercado Rodríguez y todo el comercio informal,
ocupando las calles itinerantemente, como lo indica
el grupo Teca (2020):
“Este tradicional centro de abasto lleva el
nombre de la calle donde se ubica, en el
corazón de San Pedro. La calle antiguamente
denominada del Carbón surgió en 1800,
sobre una antigua carretera que se unía al
Camino a Potosí, sobre ésta se encontraba
el Tambo del Carbón, el que mediante
Ordenanza Municipal de 1937 se expropió
para formar parte del mercado seccional N.
º 4. La Ordenanza Municipal de 7 de junio
de 1950 establece que el nombre fuese
“Mercado Pedro Rodríguez” en homenaje al
patriota de la Revolución del 16 de julio de
1809.
Este mercado se extiende más allá del recinto
que lo cobija, articulándose con toda la
zona de mercados y tambos a su alrededor,
constituyéndose en el centro de abasto más
importante de la ciudad”.
Según Cabronetto (1985), en su trabajo sobre la
economía informal de los países andinos muestra que
los llamados “informales” conquistan en su accionar
diario espacios físicos y económicos, así como los
vacíos de poder dejados por el aparato oficial. De
esta manera, los espacios así ocupados son luego
moldeados según su propia racionalidad en función
de sus intereses y de la percepción del cambio social
que ellos poseen (Cabronetto, 1985, pp. 47-68).
Por otra parte, el centro histórico de La Paz, el cual
tiene un alto valor patrimonial, arquitectónico y
urbano, también salió afectado con el pasar de los
años, la grave crisis de la década de los años 80
fue el punto sin retorno para la trasformación del
paisaje urbano, la crisis económica y los altos índices
de desempleo en La Paz, que promocionaron con
mayor fuerza la vida del comercio informal, como
un mecanismo de autoempleo que proporcionó una
alternativa para satisfacer las necesidades básicas de
la población en este periodo. Además de sus variables
condicionantes, el impacto en la densificación de
la construcción de edificaciones en su entorno ha
provocado continuamente la perdida de la identidad
como centro histórico.
29
28
Imagen 5. Foto del paseo del Prado y la Plaza del Estudiante, 1975.
Fuente: Miguel Irigoyen. Recuperado de: Fotos antiguas de La Paz
(Facebook).
CONCLUSIONES
Los centros históricos —y en especial el centro histórico
paceño— nos hablan de la vida de sus habitantes, del
modo de interactuar de sus habitantes con la ciudad y
sobre todo con su identidad, su historia, puesto que es un
espacio complejo heredado y sobre todo vivo, lo que nos
lleva a continuas trasformaciones en las que la población
se adueña del paisaje urbano, de los espacios públicos y
sobre todo de la forma del espacio.
El paisaje urbano del centro paceño ha evolucionado
con el paso del tiempo, respondiendo a las necesidades
que iban surgiendo de las ideologías y las políticas en
rigor, que trataban de resolver las problemáticas sociales
del momento, las cuales marcaron significativamente al
imaginario espacial y morfológico del centro histórico.
Ante ello, vemos que este espacio en particular toma un
giro dramático en los años 60 y 70, llevándolo al estado en
que lo conocemos actualmente.
Sobre la base de los análisis y ópticas señalados en párrafos
anteriores, podemos aseverar que la trasformación del
centro histórico sigue un proceso de apropiación por parte
del ciudadano, que sus actividades son fundamentales
para el paisaje urbano y que es importante contar su
historia como parte fundamental de la memoria de la
ciudad, la cual es la base para la resolución de problemas
actuales. El conocer el pasado nos facilita el entender el
presente, permitiendo una mejor planificación de nuestro
futuro, integrando todos los elementos urbanos, sociales,
económicos y políticos podremos convertir centro histórico
paceño en áreas habitadas que respeten la vivienda
y el paisaje urbano del espacio público en espacios
integradores, en herramientas clave para el progreso de
nuestra amada ciudad.
Los deterioros que ha sufrido el centro histórico, las
soluciones a las nuevas demandas —según la necesidad
de la población— o del contexto social en la década de los
años 60 hasta los años 80 no han sido las más certeras,
ya que, en la búsqueda de “progreso y modernidad”,
las intervenciones que han sido realizadas en el centro
histórico paceño fueron de alguna manera agresoras con
los modos de habitar; la incorporación de edificios en
altura que no responden a un perfil urbano histórico y que
al contrario ocasionaron conos de sombra, perjudicando
el hábitat residencial y los espacios públicos, llevaron a
políticas urbanas que dejaron de lado la restauración y
preservación de los hechos arquitectónicos de carácter
patrimonial. Este factor está centrado, por una parte, en
la concientización y sensibilización de la población y por
otra, en la conservación, restauración, revitalización y
recuperación de la identidad, apropiación y uso de los
espacios públicos y residenciales.
Por último y a manera de reflexión citamos a Carrión,
quien nos señala que “[l]a renovación urbana partirá del
centro: o, mejor dicho, la crisis urbana se solventará desde
los centros urbanos e históricos, porque actuar sobre ellos
implica replantear el concepto, esencia y desarrollo global
de la ciudad” (Carrión, 2001). En el caso del centro histórico
de la ciudad de La Paz, esto implica el no abandono de este
espacio que forma parte de la ciudad, que se ve afectado
continuamente por la falta de apropiación del paisaje
urbano y del modo de habitar el centro histórico por parte
de la población paceña, la cual no se ve identificada con
el centro histórico a través de sus experiencias y hábitos
cotidianos, llevando a la perdida de muchos inmuebles
patrimoniales.
31
30
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Uso y abuso de la función social de la
propiedad urbana en la ciudad de La Paz
Jeanneth Maribel Galvez Surculento
The social function of urban property is a poorly developed
concept in the legislative field in the national context, its
most recurrent interpretation is related to the right and
access to housing. However, this interpretation is currently
being used by real estate companies to justify questionable
projects in the city of La Paz, where there is a qualitative
and quantitative housing deficit. In this sense, the state
has left the solution to these problems in the hands of the
market and has chosen to promote the regularization of
constructions that do not comply with current regulations.
This paper aims to analyze to what extent the principle of
social function is being used by operators in the real estate
market in the city of La Paz.
Keywords: social function, housing, regularization, vertical
informality
RESUMEN ABSTRACT
COMUNIDAD
CIENTÍFICA
(ARTÍCULOS
Y
ENSAYOS)
La función social de la propiedad urbana es un concepto
poco desarrollado en el ámbito legislativo en el contexto
nacional, su interpretación más recurrente está relacionada
con el derecho y acceso a la vivienda. Sin embargo, en la
actualidad esta interpretación está siendo utilizada por
empresas inmobiliarias para justificar cuestionados proyectos
en la ciudad de La Paz donde existe un déficit de vivienda
cualitativo y cuantitativo. En ese sentido, el Estado ha dejado
en manos del mercado la solución de estos problemas y ha
optado por promover la regularización de construcciones
fuera de norma sobre la normativa vigente. El presente
trabajo pretende analizar en qué medida el principio de
función social está siendo aprovechado por operadores en el
mercado inmobiliario en la ciudad de La Paz.
Palabras clave: función social, vivienda, regularización,
informalidad vertical
33
32
INTRODUCCIÓN
Actualmente, más del 55% de la población mundial
vive en las ciudades y se proyecta que para el año
2050 incremente a un 68%; complementariamente,
América Latina y el Caribe es la segunda región
más urbanizada, con un 81%. Esta es una tendencia
mundial y Bolivia no queda al margen, ya que se
proyecta que para 2050 un 80,8% de su población
total vivirá en las ciudades (UN DESA, 2018). En Bolivia
“el crecimiento de la población urbana no responde
únicamente a los procesos migratorios, sino también
al crecimiento vegetativo de las localidades” (PNUD,
2015, p. 54). La población del municipio de La Paz
para la gestión 2016 fue de 925.376 habitantes y
alrededor del 93% se asentaba en el área urbana,
mientras el otro 7% en el área rural (GAMLP, 2017).
A consecuencia de este crecimiento poblacional
en área urbana de La Paz, se puede evidenciar,
por un lado, un déficit habitacional cuantitativo
(39%) y cualitativo (24%) (GAMLP, 2020), provocado
por los altos precios de la vivienda, que se sitúan
por encima de las posibilidades de acceso de las
familias en el mercado formal (Vargas, 2018).
Por otro lado, ha favorecido al auge del sector
inmobiliario, en los últimos años caracterizado por
un incremento continuo en el nivel de precios de
estos activos (Escalera & Córdova, 2016). Según
Bedregal (Chuquimia, 2018), “la construcción en
altura se convierte en una necesidad por la falta de
áreas de expansión. El costo de la tierra en La Paz es
caro y cualquier terreno por más pequeño que sea
se convierte en codiciado porque se pueden hacer
edificios enormes”.
Dado que existe un déficit habitacional en las ciudades
y siendo que el acceso a la vivienda está reconocido
como un derecho por la Nueva Constitución Política
del Estado (NCPE), resulta implícito relacionarlo con
la función social de la propiedad, para Zapotocka
(2007):
“La función social está referida al destino
socialmente útil del bien objeto del derecho
de propiedad; es decir a un destino que,
además de satisfacer la necesidad y el interés
individual del propietario, debe contribuir
también a la satisfacción de las necesidades
de la colectividad”. (p. 260)
Sin embargo, en la ciudad de La Paz algunas empresas
inmobiliarias han comenzado a infringir la Ley de Uso
de Suelos Urbanos (LUSU) (2012), en la construcción
de edificios de viviendas, amparándose en la consigna
de cumplimiento de una función social. Frente a esta
vulneración, el Estado en su nivel municipal muestra
una pasividad que ha derivado en la promulgación
de leyes de regularizaciones de construcciones fuera
de norma.
En ese contexto, este trabajo analiza desde lo
teórico hasta lo concreto mediante cinco puntos
fundamentalesafindecomprenderestaproblemática:
primero, la función social de la propiedad urbana;
segundo, la vivienda como función social; tercero,
el mercado inmobiliario; cuarto, de la informalidad
horizontal a la informalidad vertical; y quinto, la
regularización a la medida.
FUNCIÓN SOCIAL DE LA PROPIEDAD URBANA
Cabrera (2018), señala tres momentos importantes
del derecho urbano cuando se comenzó a considerar
la función social de la propiedad: el primer momento,
con la vigencia del constitucionalismo social en las
primeras décadas del siglo XX, el cual cuestionaba la
posición del individuo en la sociedad y la necesidad
de una función social de la propiedad1
; el segundo
momento, en la década de 1930, cuando por
influencia de León Duguit se promovió en América
Latina la transformación del derecho privado hacia
uno más colectivo relacionando la doctrina de la
función de la propiedad; el tercer momento, entre
1950 y 1960, cuando se establecen gobiernos
nacionalistas-liberales que impulsaron leyes a favor
de los derechos colectivos, como, por ejemplo, leyes
de reforma agraria y urbana cuyo énfasis estaba
dirigido al cumplimiento de la función social del
suelo con la operativización de la misma por medio
de la expropiación.
En Bolivia, la Constitución de 1938 inaugura la
necesidad de la función social como condición
indispensable de la propiedad. Sin embargo, esta
noción de función social de la propiedad se ha
limitado el alcance del derecho de propiedad
privada y el libre juego del mercado (Achi, 2011). A
partir de ese momento, todas constituciones y las
reformas constitucionales llevan la función social
relacionada con la propiedad. En ese marco, la NCPE
(2009) también la incorpora en el artículo 56, donde
establece en su parágrafo I que “toda persona tiene
derecho a la propiedad privada individual o colectiva,
siempre que ésta cumpla una función social”.
En lo referido a la función social de la propiedad
urbana, la legislación boliviana ha desarrollado
poco lo que conlleva esta, una de esas leyes es la
Ley de Reforma Urbana de 19542
, que consideraba
que grandes propiedades periurbanas no cumplían
la función social, puesto que no se realizaban
edificaciones en ellas, pretensión especulativa para
su venta por la plusvalía urbana y obstaculización a
la solución del problema de la vivienda (Zapotocka,
2007).
La definición de la función social de la propiedad
puede resultar abstracta y amplia. Con lo visto hasta
el momento, se puede obtener algunas nociones para
concretizar la función social de la propiedad urbana;
por un lado, se muestra que está íntimamente
relacionada con la edificación y el acceso a la
vivienda, por otro lado, se introduce el rol del Estado
para el cumplimiento de la función social con la
expropiación y vestigios sobre la recuperación de
plusvalía de la propiedad. Complementariamente, se
puede aportar tres dimensiones de la función social
de la propiedad urbana: la oportunidad de la oferta,
la calidad del suelo y la seguridad de la tenencia
(Achi, 2011).
1
Entendiendo la propiedad como la capacidad jurídica que otorga un estado a una
personanaturalojurídicaparaejercerunniveldedominiosobreunacosa,instalando
lascapacidadesdeusar,gozarydisponer(peronomásabusar)delacosa.
2
Estaba dirigida a dar cumplimiento a la función social de la propiedad urbana
regulando las propiedades no edificadas mayores a 10000 m2 dentro de los radios
urbanos con la expropiación a favor del estado para transferir en venta, en forma de
lotes para la construcción de viviendas, a obreros y personas que no poseían bienes
inmuebles.
35
34
LA VIVIENDA COMO FUNCIÓN SOCIAL
La NCPE reconoce en su artículo 19, parágrafo I, que toda
persona tiene derecho a un hábitat y vivienda adecuada,
que dignifiquen la vida familiar y comunitaria. Esta
incorporación constituye un avance en la definición legal
de la función social de la propiedad urbana, pues “su
finalidad debería corresponder a los requisitos de una
vivienda adecuada: un suelo económico, seguro (con título
de propiedad), servido (con servicios e infraestructura
urbana) y oportuno (disponible para las necesidades de
hoy y no las de mañana)” (Achi, 2011, p. 117).
Al ser la vivienda la unidad mínima de la ciudad y objeto
de protección del Estado, el acceso a este bien es el
objeto fundamental de este régimen urbanístico debido a
su relación indispensable con el bienestar, con la ciudad
y la propiedad (Cabrera, 2018). También, el derecho a la
vivienda tiene un papel importante en la planificación y
gestión de las ciudades por sus impactos de mediano y
largo plazo sobre la sostenibilidad y la calidad de vida de
la población (GAMLP, 2020). Por lo tanto, “el rol social que
cumple la vivienda se articula a la reproducción del capital
de forma ordenada y coherente en los asentamientos
humanos que llegaran a consolidar el carácter de identidad
de las diversas zonas del municipio” (p. 63).
Sinembargo,existenobstáculosparaquelaviviendacumpla
como función social de la propiedad urbana, como son el
crecimiento de la población urbana, el déficit habitacional,
la escasez de suelo urbano, el encarecimiento de la
vivienda y la falta de políticas estructurales que garanticen
el acceso a la vivienda. Por lo que en varias ocasiones la
población misma busca formas de ejercer ese derecho con
los asentamientos informales o las construcciones fuera de
norma.
Siendolaviviendaunafunciónsocialdelapropiedadurbana
garantizada y reconocida por la NCPE, resulta conveniente
para empresas inmobiliarias adjudicarse esta función social
en vista que el Estado no puede resolver de forma efectiva
el déficit de la vivienda; es más, este último se desvincula de
sus responsabilidades dejando a las lógicas del mercado la
organización de la estructura urbana (Cabrera J. E., 2022a).
En ese sentido, es importante aclarar que el fin principal
de una empresa es la ganancia económica, por lo que
usar como eslogan la función social es solo un medio para
alcanzar ese fin, al igual que la vulneración de las normas
de construcción que son un obstáculo para sus intereses.
Un claro ejemplo de esto lo constituye la empresa
inmobiliaria Las Loritas, que recalca en su página web:
“Nuestra misión como empresa constructora es
colaborarenelcrecimientoydesarrollo denuestropaís,
coadyuvando en la crisis de políticas de viviendas de la
población. Desarrollando proyectos y construcciones
innovadores con los más altos estándares de calidad,
seguridad y tecnología. Nuestra visión es llegar a
ser la empresa líder en el rubro de la construcción,
implementando tecnologías innovadoras de punta,
consolidándonos como una empresa confiable,
responsable y líder en el área de la construcción a nivel
nacional”. (Las Loritas, 2022)
Rescatando las dimensiones de la función social de la
propiedad urbana referidas a la vivienda que propone
Achi (2011), con respecto al caso de Las Loritas podemos
considerar tres aspectos. Primero, la oportunidad,
relacionada con la disponibilidad para subsanar las
necesidades habitacionales a precio accesible; se puede
decir que aparentemente se cumple con esta dimensión,
puestoquelosdepartamentosqueseofertansonaccesibles
para muchas familias. Seguidamente, los servicios, en ese
sentido, aparentemente también se cumple con el acceso
a todos los servicios; más aún, se ofertan departamentos
de alta calidad en cuanto a materiales, tecnología y
seguridad, entre otros. Y, por último, la seguridad de la
tenencia, referida a la obtención de títulos de propiedad,
teniendo en cuenta las vulneraciones a la LUSU de parte
de esta empresa, esta dimensión estaría condicionada a la
regularización, para acceder al fraccionamiento técnico y
legal.
EL MERCADO INMOBILIARIO
ParaCabrerayCabrera(2017),losmercadosinmobiliariosse
destacan por dos aspectos. El primero, el comportamiento
de las rentas que el suelo produce en relación con sus
características; principalmente la localización se constituye
en el principal factor de valorización del suelo debido a las
preferencias de los consumidores. El segundo, el impacto
de estas dinámicas en la configuración urbana, basado en
la teoría de Von Thürnen, indica que la renta del suelo varía
con respecto a la distancia de este con el mercado con un
nodo generador de valor.
Otro aspecto importante de resaltar es el papel de los
promotores en el mercado inmobiliario. Estos actores
realizan inversiones, orientan a sectores de activación
de mercado e influyen en la demanda derivada de suelo.
Tambiénsedesempeñancomocompradores,constructores
y vendedores de inmuebles, por lo que ejercen influencia
en la determinación de los precios (Cabrera & Cabrera,
2017).
Con respecto a las rentas de suelo relacionado con la
localización, están: la renta de uso residencial, que hace
referencia a la ubicación de la vivienda, preferentemente
el centro de la ciudad, el cual tiene una renta mayor, pero
es compensada por el menor gasto de transporte; la renta
y la calidad del suelo relacionado con mayor posibilidad
de contractibilidad; el estado y rentas, que por medio
de políticas modifica las condiciones del suelo respecto
a su aprovechamiento derivan en rentas del suelo y son
aprovechadas por privados.
Los mercados inmobiliarios en América Latina se
caracterizan por ser formales e informales, en ambos casos
rige la oferta y la demanda. Ante el encarecimiento de la
vivienda, muchas familias optan por adquirir una vivienda
en el mercado informal, lo cual no garantiza la propiedad
de esta. “En otras palabras, el mercado informal de suelo
es resultado del acto de intercambiar mercantilmente
tierra o un inmueble al margen del Estado y sus reglas,
hecho que deviene en un conjunto de irregularidades
urbanísticas, constructivas y de derecho de propiedad”
(Cabrera, Quintanilla & Cabrera, 2022, p. 14).
“En Bolivia el mercado inmobiliario ha crecido sólida
y continuamente en la última década, tendiendo a
una recesión en 2020, con una bajada del 10% en
precios de venta y 30% en alquiler. En 2022, casi se
han recuperado los precios prepandemia, y hasta
2025, se prevé un crecimiento continuo y sólido”.
(Casas en Bolivia, 2022)
De un tiempo a esta parte, en la ciudad de La Paz se puede
apreciar la construcción de grandes edificios de viviendas.
Tal es el caso de los edificios Las Loritas:
“Las Loritas son el boom de la construcción.
Han revolucionado el rubro inmobiliario con la
edificación y venta de departamentos de lujo, con
37
36
tecnología de punta y a precios bajos. Es una
oferta que cautiva sobre todo a la población
joven y que promete ser la solución al problema
habitacional de la urbe”. (Chuquimia, 2022)
En cuatro años, esta empresa ha levantado cerca de
una decena de construcciones de gran magnitud en
La Paz, con una inversión estimada de 10 millones
de dólares, trabajando con un capital que sale de las
preventas de los departamentos que edifica (Página
Siete, 2022).
En 2020, la empresa fue reconocida con el premio
Maya como Mejor solución habitacional, por los bajos
precios y calidad, mientras que en el año 2021 obtuvo
el premio de Mejor empresa constructora del país,
por el crecimiento a nivel nacional y responsabilidad
social (Jaldin, 2021).
DE LA INFORMALIDAD HORIZONTAL A LA
INFORMALIDAD VERTICAL
Para De Soto (1987), lo informal se constituye
mediante los hechos o actividades de los individuos;
se trata de una zona de penumbra que tiene una amplia
frontera con el mundo legal, donde los individuos
se refugian cuando los costos de cumplir las leyes
exceden a sus beneficios. En lo que respecta a los
asentamientos informales, estos son una respuesta al
elevado costo de la vivienda, en medio del constante
desarrollo de las urbes y el movimiento de personas
del campo a la ciudad, lo cual ha desencadenado un
mercado para la compra informal, hecho que agrava
la situación de precariedad en la calidad habitacional
(Biderman, Smolka & Sant’Anna, 2010). Según De
Soto (1987), los informales ocupan primero el lote,
después construyen, luego habilitan y solo al final
obtienen la propiedad del terreno. Exactamente
a la inversa de lo que sucede en el mundo formal.
Este proceso de expansión improvisada de las áreas
urbanas suele ser poco amigable con la naturaleza,
pueden constatarse desbalances del entorno natural,
como el ciclo hídrico o el daño a zonas de fragilidad
ecológica, entre otros (Achi, 2011). Según Pérez et
al. (2018):
“La expansión urbana y la necesidad de
erigir más y más edificaciones sin tomar
en cuenta la regulación urbanística es
resultado principalmente de un escenario de
especulación que reduce totalmente el interés
por el bien colectivo y responde solamente
al mercado. Los bienes inmuebles en este
escenario resultan el principal repositorio de
capital económico que incentiva la habilitación
de suelo y la multiplicación de inmuebles
previendo el máximo aprovechamiento
posible”.
La urbanización en Bolivia es de carácter
predominantemente informal, resultado de
fenómenos como la ocupación ilegal por
avasallamiento de tierras, procesos de lotificación
informal, incumplimiento de la función social de la
propiedad y la ausencia de planes urbanos y códigos
actualizados que guíen el proceso de urbanización
(Cabrera, 2022b). Los agentes que dinamizan este
mercado informal son los denominados “loteadores”,
quienes se encargan del fraccionamiento y venta
de lotes sin documentación. Muchos de ellos son
dirigentes o tienen vinculación con los gobiernos
municipales (Achi, 2011). Su principal interés es el
rédito económico y tienen capacidad de imponer
precios, porque la relación se desarrolla en un
contexto de asimetría de información, donde los
atributos específicos de los inmuebles, tanto físicos,
legales y de localización, son conocidos con precisión
por el vendedor y no así por el comprador (Vargas,
Soto & Félix, 2003).
Si bien la propiedad urbana está relacionada con
el suelo, es importante también destacar que
se reconoce también la propiedad horizontal en
edificios. La Ley del 30 de diciembre de 1949 pone
en vigencia la propiedad horizontal en edificios,
estableciendo en su artículo 1: “Los diversos pisos
de un edificio y los departamentos en que se divida
cada piso podrán pertenecer a distintos propietarios,
de acuerdo con las disposiciones de esta ley”. Para
la inscripción en Derechos Reales el interesado
debe presentar documentos técnicos, como el
certificado catastral, la tabla de fraccionamiento,
los planos individuales aprobados y los planos de
fraccionamiento y construcción aprobados, entre
otros (Consejo de la magistratura, 2022). De la
misma forma, para acceder a un crédito de vivienda,
los documentos inscritos en Derechos Reales son un
requisito exigido por las entidades bancarias.
En ese sentido, la informalidad no solamente puede
darse en una dimensión horizontal con el suelo, sino
también en una dimensión vertical con los edificios.
Al respecto, la informalidad vertical es un asunto poco
estudiado en este contexto, el caso más cercano lo
encontramos en Brasil, con la ocupación de edificios
de departamentos por parte de familias de escasos
recursos (Gutiérrez, 2019). Sin embargo, en el marco
de este trabajo, la informalidad vertical resulta
promovida por empresas inmobiliarias que vulneran
las normas de construcción vigentes y aun así venden
departamentos a sabiendas de que los compradores
difícilmente podrán acceder a una titulación de
propiedad horizontal sin el fraccionamiento técnico
y legal autorizado. La venta de estos departamentos
se realiza de forma privada, a precios económicos y
con el compromiso de que en un futuro se obtendrá
una titulación.
Uno de los casos más comentados es el de Las
Loritas. En medio del cambio de autoridades, en abril
de 2021, la gestión saliente emitió un comunicado
mediante sus cuentas oficiales de redes sociales, en
el que advertía que las construcciones realizadas por
esta empresa estaban fuera de norma y no podían
acogerse a ningún proceso de regularización, pues
estaban en proceso de fiscalización. Tras la entrada
de las nuevas autoridades, el comunicado fue borrado
sin mayores explicaciones (Chuquimia, 2022).
En la Tabla 1 se puede ver una descripción de la
ubicación de los edificios, zona, área de riesgo, cartilla
LUSU, altura máxima de fachada (AMF) permitida,
plantas construidas o proyectadas y el excedente de
plantas. Esta descripción muestra que 9 de los 11
proyectos exceden la AMF y sobrepasan lo permitido
por la normativa, con un exceso que va de las 4 a las
20 plantas. Cabe aclarar que los edificios Las Loritas
1 y 2 se encuentran terminados y entregados (Las
Loritas, 2022), mientras que Las Loritas 3, 4, 7, 8, 9,
10 y 11 se encuentran aún en construcción. Llama la
atención el caso de Las Loritas 7, que excede con 15
plantas la normativa dentro de un área de riesgo alto
en la zona de Següencoma.
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  • 1. TRANSDISCIPLINARES REVISTA N° 2 . OCTUBRE 2022 MIRADAS
  • 2. 1 PRESENTACIÓN La revista Miradas Transdisciplinares en su segundo número formula continuar el análisis académico basado en investigación y a la vez mantener y sostener el proceso de formación de nuevos investigadores. Así, las redes generadas en la autoría de estudiantes y los vínculos establecidos con los colegas docentes propician una mirada de circulación de saberes y un compromiso para poder establecer redes y comunidades académicas cada vez más sólidas. En el presente número, contamos con trabajos que cuestionan las condiciones de seguridad e inseguridad en el espacio público de un barrio de la ciudad de La Paz; la recuperación del conocimiento de construcción con tierra y sus aportes a la arquitectura, además de eventos académicos realizados en torno al tema; la relación del territorio y la sociedad en la pluralidad cultural y la comprensión de otras cosmovisiones, partiendo de un análisis ontológico; el proceso del boom de crecimiento de propiedad horizontal y grandes desarrollos inmobiliarios, repensando críticamente la función social de la vivienda; las modificaciones de la vivienda y los modos de habitar en el centro histórico de la ciudad de La Paz; la revista también con una reseña de un libro sobre arquitectura y sustentabilidad y una entrevista académica que, desde la sociología urbana, deja líneas y vetas de análisis para repensar críticamente los procesos de cambios socioculturales y urbanos de las ciudades de La Paz y El Alto. Creemos firmemente que la apertura del campo de la arquitectura a otras líneas y vetas de conocimiento posibilita generar no solamente una perspectiva compleja de los contextos en los que nos desenvolvemos. Como dice Molina (2018): “Una investigación transdisciplinaria entonces estudia los fenómenos que UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN ANDRÉS FACULTAD DE ARQUITECTURA, ARTES, DISEÑO Y URBANISMO Carrera de Arquitectura Ámbito Transdisciplinar DECANO MSc. Julio Lopez Barrón VICEDECANO Arq. Freddy Sandoval Miranda COORDINACIÓN REVISTA Arq. René Neyrot (Coordinador ámbito transdisciplinar – primer semestre, gestión 2022) Ph. D. Marianela Diaz Carrasco MSc. Arq. Mayra Portillo Miranda MSc. Arq. Leonor Cuevas Verduguez MSc. Arq. Paola Carvallo Elvira DIRECTOR CARRERA DE ARQUITECTURA Arq. Víctor Ramos Sánchez DIRECTOR DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN Arq. Humberto Candia Goytia EDICIÓN Miguel Aramayo DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Mayra Rodriguez Rodas FOTO DE PORTADA Colectivo de Fotógrafos - FAADU AJUSTES Y ADAPTACIONES DE LA ESTRUCTURA Y NORMAS EDITORIALES REALIZADAS Ph. D. Marianela Diaz Carrasco MSc. Arq. Leonor Cuevas Verduguez La revista se realiza sobre la base del proyecto ganador del Concurso sobre Planificación de Revistas Académica desarrollado en el marco del Diplomado de Investigación Cualitativa y Publicaciones académicas, coordinado por la Ph. D. Marianela Diaz en la Facultad de Ciencias Sociales el año 2017. Las autoras: Lic. Eveline E. Colín Doníz Lic. Viviana Astorga Tapia Lic. Wanda Mirtha Calderón Gutiérrez Lic. Stefani Tina Gutiérrez Fuentes Lic. Yanet Guarachi Condori CRÉDITOS Y EDICIÓN
  • 3. 3 2 se proyectan desde siempre en múltiples niveles de realidad. […] Aquella donde diversos investigadores de distintas disciplinas unen sus esfuerzos para el estudio y la solución de algún tipo de problema, y una investigación transdisciplinaria es la que observa objetos/cosas/situaciones/procesos que atraviesan todas las disciplinas, tales como el cambio, el tiempo, las redes/interacciones, etc.” Es así que vamos caminando fuera de los marcos disciplinares, los cuales, si bien generan niveles de especialización, pueden operar como límites en la generación de un conocimiento mucho más integral sobre realidades diversas y cambiantes. Nos comprometemos a seguir caminando en rutas de investigación que se proyecten a prácticas inter y transdisciplinarias. Arq. René Neyrot Ex Coordinador del Ámbito Transdisciplinar COLECTIVO FOTóGRAFOS FAADU El colectivo inició actividades el año 2012; actualmente cuenta con 10 años de trayectoria. Está constituido por estudiantes de distintos años de la Carrera de Arquitectura. Comprendemos que la fotografía puede capturar y mostrarnos aspectos más alládelosuperficial.Esporelloque,dentrodelurbanismo,lafotografíapuede jugar un papel muy importante, ya que actúa como elemento de exploración delfenómenourbanoynospermite,portanto,describirrealidadesdel“espacio vivido”. A través de la fotografía, podemos comprender y conocer mucho más de los territorios, de la ciudad, de sus habitantes, de las características de cada contextoydecómotodosestoselementosserelacionanentresí. Lafotografía,enelcampodelaarquitectura,seencargadecapturarlosespacios creados producidos por los sujetos sociales al tiempo que permite entender el espaciocomoelementosustantivodelasrelacionessociopolíticas,económicas e históricas. Es fundamental conocer los elementos y detalles que convierten esaobraenobjetodeanálisisvisual. Como objetivo final, buscamos que se integre la materia de Fotografía dentro de la carrera de Arquitectura, dado que es fundamental no solo como registro visual,sinotambiéncomounaformadeconocereinvestigarennuestrocampo. “Todos podemos mirar, pero, cuando verdaderamente aprendes a ver con una cámara, se abre un mundo de detalles extraordinarios y miradas prolongadas que despiertan tus sentimientos; y, de pronto, descubres belleza en todo tu alrededor”. CharleneMusic Integrantes: YassenAlejandraCalleChuyma 2.ºaño ArturoLeviAlmanzaMoya 1.ºaño JoselinPeñarandaRamírez 1.ºaño CristhianEdgarMirandaAlegría 1.ºaño ElizabethChuraQuiroz 1.ºaño RudyBrayanQuirozLayme 2.ºaño SaraBelenChuquimiaMayta 3.ºaño GabrielaKarinaVega 3.ºaño AlexBrayanColqueCondori 3.ºaño
  • 4. 5 4 COMUNIDAD CIENTÍFICA (ARTÍCULOS Y ENSAYOS) Esta sección registra artículos y/o ensayos de investiga- ción, de autoría individual o de co-autorías, realizados entre dos colegas docentes – investigadores o entre un docente y un o una estudiante. Esto para promover la producción científica colaborativa. MAESTROS Y LEGADOS (ENTREVISTA ACADÉMICA) Es una sección dedicada a la difusión de perspectivas y experiencias de docentes e investigadores, cuya trayec- toria cuenta con reconocida producción intelectual en el país o en otros. Se profundizan obras que aportan al conocimiento científico en el campo del diseño, la arqui- tectura y el urbanismo desde el enfoque transdisciplinar. PRIMEROS PASOS (NUEVOS INVESTIGADORES) En este espacio de Miradas Transdisciplinares se visibili- zan las primeras experiencias de nuevos investigadores de la comunidad universitaria, especialmente de las y los estudiantes. Secciones Secciones EL LIBRERO (RESEÑA DE LIBRO) Es la sección enfocada al análisis y recomendación de nuevas publicaciones académicas que puedan aportar a los procesos de investigación. Además, tiene la intención de promover la lectura de las mismas en la comunidad universitaria. ENERGÍA A PUERTA ABIERTA (SISTEMATIZACIÓN DE EXPERIENCIAS Y PROYECTOS) En Miradas Transdisciplinares consideramos que la ener- gía tiene que ver con acción y movimiento, con la habili- dad de transformar algo. Esta sección está destinada a la sistematización de experiencias y proyectos pedagógicos que han desarrollado docentes con las y los universita- rios, dentro o fuera del aula.
  • 5. 7 6 LA SEGURIDAD CIUDADANA EN EL BARRIO DE SOPOCACHI. UN ANALISIS PERCEPTUAL Y CARTOGRÁFICO RESEÑA: INFRAESTRUCTURA VERDE Y SOLUCIONES BASADAS EN LA NATURALEZA: PARA LA ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO. PRÁCTICAS INSPIRADORAS EN CIUDADES DE PERÚ, CHILE Y ARGENTINA CONSTRUCCIÓN CON TIERRA EN LA FACULTAD DE ARQUITECTURA EL DEVENIR DE LOS URUS-QOTZUÑI DEL LAGO POOPÓ. UN AFLUENTE DE VIDA Y REFLEJO ENTRE AGENCIA Y PODER LA EVOLUCIÓN DEL CENTRO HISTÓRICO. UNA MIRADA A LOS MODOS DE HABITAR USO Y ABUSO DE LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA PROPIEDAD URBANA EN LA CIUDAD DE LA PAZ LA PAZ EN EL TORBELLINO DEL PROGRESO. TRANSFORMACIONES URBANAS EN LA ERA DEL CAMBIO EN BOLIVIA 9 20 31 43 Pacha Yapucha Yampara Blanco Leonor Cuevas Verduguez Gabriela Belén Vargas Saavedra ÍNDICE Grover Pozo Ledo 52 68 75 Carvallo Elvira, Choque Ticona y Fernández Aliaga ÍNDICE Stephani Tórrez Viricochea Jeanneth Maribel Galvez Surculento
  • 6. 9 8 1 Proceso del nacimiento y desarrollo de un objeto; en que llega a ser. La idea del devenirfuelanzadaporprimeravezporHeráclitomediantelaexpresión“todofluye”. Hegel profundizó la teoría del devenir; concebía el devenir de las ideas y no de la Naturalezaymateria. 2 La denominación históricamente instalada de uru-muratos fue rechazada y empezaronaautodefinirseurus-del-Poopó,conloquereivindicaronladenominación qotzuñi,quesignifica“gentedelagua”. 3 Agenciaentantoquecapacidaddelosindividuosparaactuarindependientemente. El agente es socializado en un ‘campo’, un conjunto dinámico de posiciones y relacionesenundominiosocial,dondevariasformasde‘capitales’,comoelprestigio olosrecursoseconómicos,entranenjuego.Cuandoelagenteseadaptaasuposición y relaciones en el contexto, el agente interioriza relaciones y expectativas, formas de relaciónqueformanconeltiempoelhabitus. 4 El poder en este artículo tiene un enfoque de relación asimétrica entre lo humano estatal y lo no humano subalterno, como se pretende ver al agua. “Es importante entenderelpoderdelaguaenelsentidomásliteral:comosucapacidaddeproducir cambios en el ambiente y la sociedad reconociendo esta cualidad mediante el conceptodeagencia”.(Camargo,A.yCamacho,J.,2019,p.14). 5 Elpresenteartículosurgeapartirdelensayofinaldelmódulo“AntropologíaPolítica” delDoctoradoMultidisciplinarioenPolítica,SociedadyCulturaCIDES-UMSA. El devenir1 de los urus qotzuñi2 del lago Poopó. Un afluente de vida y reflejo entre agencia3 y poder4 5 COMUNIDAD CIENTÍFICA (ARTÍCULOS Y ENSAYOS) Leonor Cuevas Verduguez El artículo trabaja una concepción ontológica sobre el territorio y la sociedad uru en Bolivia, presenta cuatro componentes, en los que el agua y los urus del Poopó son los hilos navegantes. Inicialmente, se analiza el agua como cosmopraxis y atencionalidad; el segundo aspecto abarca la territorialidad; el tercer enfoque presenta testimonios acerca de las relaciones de parentesco entre los uru- qotzuñi y el lago Poopó; y el cuarto componente aborda la intencionalidad y atencionalidad. Palabras clave: agencia, cosmopraxis, atencionalidad, ontología, animismo, pluriverso, devenir, poder, cosmopolítica. The article works on an ontological conception about the territory and the Uru society in Bolivia, it presents four components, wherein the water and the Urus of the Poopó are the navigating threads. Initially, water is analyzed as cosmopraxis and attention; the second aspect covers territoriality; the third approach presents testimonies about the kinship relationships between the Uru Qotzuñi and Lake Poopó; and the fourth component engages intentionality and attention. Keywords: agency, cosmopraxis, attention, ontology, animism, pluriverse, becoming, power, cosmopolitics. RESUMEN ABSTRACT
  • 7. 11 10 El oikos está intrínsecamente relacionado con el agua como territorio desde la “cosmopraxis”7 uru qotzuñi, cuya fuente, el lago Poopó, es la cola de un sistema hídrico de baja profundidad (seis metros), lo cual hace que sea altamente vulnerable. La cosmopraxis constituye la comunidad de prácticas, lo que no quiere decir que, en o por sí mismos, estén dotados de una agencia ‘propia’, sino también de ánimo o energía. “Todos estos integrantes surgen a lo largo de determinadas líneas de vida, invitan a los seres humanos a estar atentos, haciendo que participen, a su vez, ‘activa-y- pasivamente’, de lo que Ingold llamó una vez una ‘danza de animidad’” (De Munter, p. 143). Asimismo, “… la agencia de los que participan en la cosmopraxis necesariamente siempre implica también un entregarse a, un someterse a todas estas otras líneas de vida con las que entramos en contacto y co-respondamos”. (De Munter, p. 148) Finalmente, entonces vivir es siempre un devenir en relación con otros. En Bolivia, la Constitución Política del Estado (CPE) dictamina que el agua es un derecho fundamental6 , empero las actuaciones no han considerado dentro de sus políticas planes, programas y proyectos que atiendan la demanda histórica del lago Poopó, donde habitan históricamente los urus. Es necesario comprender este concepto en relación con lo social/natural, en la construcción de identidad y, por ende, en la agencia independiente que le caracteriza: “El agua no es solo el objeto de las relaciones sociales, o simplemente un recurso natural […] se le atribuyen significados y conflictos políticos estallan sobre él” (Krause &Strang,2016,p.633).Espartedeunprocesomultifacético con un continuo campo de relacionalidad. Para Krause y Strang (2016), se trata de: “Pensar las relaciones a través del agua nos ayuda a navegar por esta área y articula sus dimensiones políticas y éticas”. (p. 635) (Krause & Strang, 2016, p. 635) Podríamos decir que el agua es donde se despliegan relaciones económicas, sociales y ecológicas entre seres humanos y no humanos. “El agua es un elemento complejo y fascinante que nos recuerda constantemente nuestra dependencia de ella y la fragilidad de nuestra existencia […] no como un componente adicional del paisaje o como un objeto de manipulación humana, sino como una protagonista activa, multidimensional y polivalente en historias y procesos sociales contemporáneos” (Camargo & Camacho, 2019, pp. 7-8). Por ende, es preciso reflexionar acerca no solamente de su presencia/existencia, sino también de las tensiones que se dan en torno al agua: “… lo que está en juego […] no es solo la disponibilidad hídrica, ni un conjunto de prácticas culturales simplemente asociadas al lago, sino la sobrevivencia mismadetodaestamalladevida,enunsentidoamplio y relacional. Esto pues, desde una antropología de la vida, sobrevivir presupone siempre un convivir en reciprocidad, que puede pensarse —incluso en sus dimensiones político-jurídicas— en términos de la atencionalidad”. (De Munter et al., 2019, p. 20) Desde esta perspectiva, atencionalidad es con-vivir bien, plenamente, no solo con humanos, sino con otros seres y presencias del estando-vivo, es decir, trascender y relacionarse recíprocamente entre ser/espacio y agua: “[…] nos proponemos pensar la socialidad humana de maneras menos centradas en la agencia humana —vista, en su concepción dominante, como una capacidad intencional de relacionarnos con y controlar el oikos en el que vivimos— y mucho más enfocadas en la correspondencia humana como una habilidad para movernos atentamente en medio de esta malla […] la vida social se desenvuelve y potencia fundamentalmente en constante correspondencia con losdemásprocesosdevida,noseenfrentaconellos,no se sitúa fuera de ellos”. (De Munter et al., 2019, p. 22) 6 “CAPÍTULO SEGUNDO - Derechos Fundamentalísimos Artículo 16 I. Toda persona tiene derecho al agua […]. Artículo 20 I. Toda persona tiene derecho al acceso universal y equitativo a los servicios básicos de agua potable […]. III. El agua y alcantarillado constituyen derechos humanos […]. CAPÍTULO QUINTO - Recursos Hídricos. Artículo 373 I. El agua constituye un derecho fundamentalísimo para la vida 7 “[…] no preferimos hablar de cosmovisión —paradigma según el cual las ideas o estructuras mentales dirigirían la acción—, sino de cosmopraxis. […] no se trata tanto de contrastar diferentes ontologías, sino más bien de considerar cuidadosamente cómo la cosmopraxis qotzuñi es una manera dinámica y específica de corresponder, que nos sirve para entender mejor, en términos generales y críticos, cómo todos los grupos humanos de alguna forma u otra nos relacionamos con el mundo, a lo largo de una malla de vida abierta. [...] el grupo uru-qotzuñi ha logrado convivir en este mundo relacional mediante una cosmopraxis regida por la atencionalidad […]. Nos referimos a cómo tanto en prácticas cotidianas (pesca, navegación, crianza, viviendas) como a través de […]. Artículo 374 I. El Estado protegerá y garantizará el uso prioritario del agua para la vida. […] Artículo 375 I. Es deber del Estado desarrollar planes de uso, conservación, manejo y aprovechamiento sustentable de las cuencas hidrográficas. II. El Estado regulará el manejo y gestión sustentable de los recursos hídricos […]. Artículo 376. Los recursos hídricos de los ríos, lagos y lagunas que conforman las cuencas hidrográficas, […], se consideran recursos estratégicos para el desarrollo y la soberanía boliviana […]” (CPE, 2009). instancias más rituales o políticas-sociales, se aprendía y se aprende a convivir atentamente con la correspondencia humana, sintiéndose parte de ella…”. (De Munter et al., 2019, p. 23) 8 Ontología “no se refiere a cierto tipo de nivel o campo sustancial de los fenómenos –uno que se distinguiría de otros niveles o campos (social, cultural, político, moral, estético, económico, mental, biológico, afectivo) por ser más ‘profundo’ o más ‘fundamental’ que ellos. […] Al contrario, si algo es profundo en el giro ontológico cuando se lo compara con formas estándar de la reflexividad social, cultural, política o de otro tipo es precisamente la manera en que pone en escena la llamada a la reflexividad misma”. (Holbraad, 2014, p. 133) RITUALIDAD EN LAS FORMAS DE TERRITORIALIZACIÓN La nación indígena originaria uru está reconocida por la CPE de Bolivia. “Se le suele considerar como uno de los pueblos más antiguos de las Américas, el más discriminado en la escala del racismo colonial y poscolonial, e incluso son discriminados entre diferentes grupos indígenas […] los iruhito, que viven cerca del río Desaguadero; los uru-chipaya, que habitan cerca de la frontera con Chile, en las proximidades del salar de Coipasa; y por último […] los uru del Poopó, también conocidos como uru-murato o uru-qotzuñi (‘gente del agua’)”. (De Munter et al., 2019, p. 25) Cada grupo tiene sus propias características, los urus del Poopó, desde su existencia y huella hídrica del río Desaguadero, se conectan al Lago Titicaca y al lago Poopó no solo en cuanto recurso natural de agua, sino como fuente y reflejo de vida. Su existencia depende en un 90% del río Desaguadero, ambos lagos, con los salares de Coipasa y Uyuni, forman un sistema endorreico (sin salida al mar) mayor. Se reflexionará acerca de los conceptos y argumentos desde una perspectiva ontológica8 . ¿Cómo es que la EL AGUA Y LA COSMOPRAXIS URU
  • 8. 13 12 desertificación del lago Poopó afecta en el territorio? Es necesario entender que territorio no es una vista aérea delimitada por polígonos; desde la vida, hablar de territorio es hablar de tierra que da vida. El territorio no es un espacio geográfico; “puede ser entendido en forma simultánea o alternativa, en términos de la formación de una criatura, en términos de la conformación de una colectividad de personas, o en términos de la creación del mundo […]. El resultado de ese procesamiento lo atestiguamos ahora como persona, como colectividad, como mundo ordenado”. (Echeverri, 2000, p. 175) Por ende, la territorialidad: “se define por señales: marcas de ocupación, reacciones frente a los intrusos, combates reales o ritualizados. Los ‘territorios’ así definidos pueden estar delimitados, pero una o más especies pueden definir diferentes territorialidades sobre una misma área, generando bien sea competencia por los mismos recursos, coexistencia cuando ocupan nichos diferentes o relaciones de complementariedad”. (Echeverri, 2004, p. 260) La noción de territorio uru adquiere significados múltiples: agua, tierra, humedales y suelo, que quedan descubiertos cada vez que el lago se seca. “[…] la situación se volvió particularmente dramática luego de la gran sequía de diciembre de 2015 —anunciada, en cierto sentido, un año antes por una masiva mortandad de peces y otra fauna de indicadores ecológicos […] la vida de los uru durante mucho tiempo se ha desenvuelto en tensión, no solamente con el ambiente adverso en lo ecológico y con las acciones antrópicas desarrolladas, sino además con el entorno social y cultural. […] su referente de identidad principal es el lago, ya que, junto a él, con la qucha mama (“madre del agua”), lograron tejer su historia: allí nacieron, crecieron, se criaron y aprendieron a hacerse uru sometiéndose proactivamente a los ritmos de aguas, vientos y sequías”. (De Munter et al., 2019, p. 26) Otro factor relacional al territorio es el tiempo, “una experiencia de tiempo percibida no cronológicamente sino ‘kairológicamente’; se sitúa, no en la sucesión de eventos, sino en el afinamiento de la atención y la respuesta a las relaciones rítmicas […] pese a los períodos de sequía, los uru del Poopó han mantenido un fuerte vínculo con su lago-oikos. Toda su tradición cultural, como dinámica educacional, se ha ido construyendo en estrecha relación con el lago y sus líneas de vida: las aguas y, con ellas, parihuanas, patos, otras aves, peces, pero también los vientos y las totoras, cultivos en tierras circunlacustres y lugares sagrados donde brota o desaparece mágicamente el agua. Ese relacionarse múltiple se ha mantenido incluso en su aparente ausencia, aunque la intensidad de la correspondencia haya disminuido y a pesar de que el recambio generacional no está asegurado, especialmente si el agua no vuelve pronto”. (De Munter et al., 2019, pp. 26-27). LAS LÍNEAS DE PARENTESCO CON EL LAGO: PADRE Y MADRE ViveirosdeCastrorefierequeelgiroontológicoenantropología nodeberíaestarenfunciónalobservadoryeltrabajoexistencial del observado. “El arte de la antropología radicaría, siguiendo a Marilyn Strathern, en identificar los problemas específicos y únicos planteados por cada grupo humano […] haciendo de la antropología una ‘filosofía con la gente dentro’” (Ingold, 2012, p. 105). Descola entiende que existe una relación entre animismo9 y agencia, donde el atributo e intención forman parte de algo más. “… la antropología simétrica equipara actantes y contempla la hibridación de objetos y personas en redes de relaciones; las actualizaciones animistas reconocen la personeidad de animales, cosas y fenómenos en otras realidades, que diluyen la frontera entre lo humano y lo no-humano”. (González & Carro, 2016, p. 116) De acuerdo con Tim Ingold, existen trabajos etnográficos que constituyen a una persona en tanto que agencia, estos estudios corresponden a Descola y Palsson (1996), Viveiros de Castro(1998),BirdDavid(1999),yGrim(2001).Sedesarrollóla “noción de ‘multinaturalismo’ […] en oposición al paradigma moderno ‘multiculturalista’, de acuerdo al cual existimos en un mundo (ciertamente atravesado por relaciones de poder) de una naturaleza (o ‘mundo real’) y muchas perspectivas culturales acerca de esa naturaleza, la ontología política opera dentro del paradigma ‘multinaturalista’ de que hay muchas clases de ‘naturalezas’”. (González & Carro, 2016, p.83) Se trata del reconocimiento de la noción del pluriverso10 , donde existen agencias de todo tipo: animales, insectos, piedras, montañas, ríos, cosas, etc. Por su parte, Escobar se adscribe a la fenomenología, desde la cual “la vida sucede en el encuentro con el mundo en el cual moramos; antes de cualquier objetivación, percibimos el mundo porque actuamos en él, y similarmente descubrimos objetos significativos en el ambiente al movernos alrededor de él. De esta manera, las cosas no son ni ‘naturalmente dadas’ ni ‘socialmente construidas’ sino resultado de un proceso de co-construcción”. (Escobar, 2010, p. 4) En el pluriverso, entendido bajo el criterio de co-relación, se vincula “laidentificacióndelanaturalezaconlaPachamama, y el hecho de que está dotada de ‘derechos’ va 9 “El término ‘animismo’ fue acuñado por E. B. Tylor (1981 [1871]) para referirse al estadio primigenio de religión en el que aparece la idea de alma, extendido luego para hacer alusión a la creencia según la cual determinados pueblos otorgan intencionalidad, subjetividad y, por tanto, personeidad a seres o entidades no humanas. […] En Más allá de naturaleza y cultura (2012), Descola defiende la co-existencia de cuatro ontologías o modos de identificación con la naturaleza: animismo, totemismo, naturalismo y analogismo”. (González & Carro, 2016, pp. 106-107) 10 Pluriverso se refiere a los estudios que “surgen del afán de la academia crítica de acompañar las luchas de aquellos mundos que buscan perseverar, en medio de las intensas arremetidas unimundistas de la globalización neoliberal” (Escobar, 2014).
  • 9. 15 14 más allá de un ambientalismo políticamente correcto, dado que la Pachamama no puede encajar fácilmente en la estructura filosófica de la constitución moderna, en la cual la naturaleza es vista como un objeto inerte para que los seres humanos se la apropien”. (Escobar, 2012, p. 49) Bajo este criterio, ¿cómo es el pluriverso de los uru del Poopó11 ? La ontología relacional nos indica que los seres que ocupan el mundo y lo habitan entrelazan sus caminos a través de mallas y tejidos co-constitutivos y en evolución. “Dentro del mundo relacional, la defensa del territorio, de la vida y de la tierra comunitaria es una misma causa. […] —el pluriverso—, un mundo donde quepan muchos mundos” (Escobar, 2016, p. 20). De esta manera, nada preexiste por sí mismo, no hay una preexistencia de seres humanos y no humanos, sino que se dan a partir de la existencia de otros y su relación; no estamos en un universo, sino en un pluriverso, del cual se desprenden múltiples sociedades y culturas, perspectivas de seres y representaciones subjetivas entre ellos. “En la perspectiva pluriversal, existen múltiples veracidades, pero no se pretende ‘corregir’ la visión de ninguna de ellas como si hubiese una forma superior de definir la ‘realidad’” (Escobar, 2016, p. 22). 11 “¿Cómo es posible que 3.000 kilómetros cuadrados del lago Poopó se hayan esfumado? ¿Acaso son los efectos del cambio climático? Situado a más de 3.600 metros de altitud, este lago ocupa una vasta depresión que recoge las aguas del departamento de Oruro, una árida meseta andina encaramada en la cordillera que separa a Bolivia de Perú. ¿Cómo se secó el Poopó, el segundo lago más grande de Bolivia? A lo largo del siglo XX el Poopó estuvo completamente seco entre 1939 y 1944 y entre 1994 y 1997, mientras que entre 1969 y 1973 quedó reducido a unos cuantos charcos salados. Pero el lago ha vuelto todas las veces: regresó en los 40, volvió en los 70 y a principios de 2017. El Poopó está destinado a convertirse en un salar. Los modelos matemáticos de los expertos apuntan a que la desaparición natural del Poopó acontecerá dentro de entre 1.500 y 2.000 años. Aunque según aseguran varios científicos, el cambio climático, los efectos de la Oscilación Meridional de El Niño y la actividad humana están acortando su vida”. (Attanasio, 2018) 12 Centro de Ecología y Pueblos Andinos (CEPA) y la Coordinadora en Defensa del Río Desaguadero,loslagosdeUruUruyPoopó(Coridup). 13 “[…] los devenires humanos […] movimiento que he llamado en otro lugar ‘vagabundeo’[wayfairing],unmovimientoquebuscanoconectarpuntosoterritorios predeterminados, sino más bien, en cada momento, seguir andando [keep on going]. (Ingold, 2012, p. 46) “Conocer es devenir, cada académico es un vagabundo, y cada formadeconocimientoesunalíneaquecorre,nocruzandoyentredospuntos,sinoa travésyalolargo”(p.49). 14 “[…] tienes una primera intención, llevas adelante esa intención y, por sus efectos, afectas a otras personas. […] El problema con la noción de agencia, en mi opinión, es que está tratando todo el tiempo de tomar esos movimientos, corrientes y flujos que tienenlugarenelmundoytratarloscomoefectosdeotracosa,deunacausa,porloque tenemosquedecirqueelvientosopladebidoalaagenciadelviento,oeltruenotruena debido a la agencia del trueno. Es como tomar una acción y tratar esa acción como el efectodeunacausaprevia.[…]Siemprequevemosalgopasando,queremospensarlo como un efecto, y queremos construir una relación causa-efecto, y esto significa tener queidentificarunacausa.Portanto,cuandovemosaalguienhaciendoalgopensamos quelacausadetalaccióndebesituarsedentrodelapersona”.(Ingold,2012,pp.78-79). Un testimonio permite entender el parentesco Uru del Poopó, la vida del lago con una connotación femenina, por su dar vida, toda vez que se relaciona con rituales a la qucha mama o madre del agua como eje de cosmopraxis, pluriverso y animismo. “Somos gente de agua, el lago Poopó es padre y madre, estamos como huérfanos, no hay pescados, aves…” (Entrevista a Genaro Inti Inti, miembro del Consejo Educativo Control Social, marzo de 2018). Posteriormente, afirma que “[u]n pueblo sin tierra es un pueblo condenado a desaparecer. Y la tierra de los urus es el lago”. ¿Cómo se puede preservar la identidad cultural? Pablo, como mallkuqota encargado de realizar rituales para que llueva y vuelvan las aguas al Poopó, refiere: “Desde que el Poopó se secó, los urus somos huérfanos. El lago nos daba la vida. […] Antes, entre marzo y octubre sacábamos unos seis quintales de pescado día por medio. Ahora, nada. […] Nuestro creador nos escuchó y tres días después llovió. Nuestra esperanza es que este año, con la estación de lluvias, volveremos a comer pejerrey”. (Attanasio, 2018, entrevistado por Pablo Flores) Para Munter et al. (2019), “lo que a la mayoría de los uru le preocupa es tener acceso a tierras y un agua mucho menos contaminada, podría sonar ingenuo si no fuera porque estos asuntos claramente son nudos críticos en las agendas de lucha y asesoría de CEPA-Coridup12 ” (p. 34). Podemos comprender que, para los urus del Poopó, si bien existe una relación íntima de parentesco con el lago por la vida, es necesario que estos lazos y energías anímicas se refuercen y renueven por medio de la ritualidad: “… el rito no es un acontecimiento masivo, pero es una instancia intensa y emotiva: se va a recoger cuidadosamente un poco de agua en los pocos lugares remotos donde todavía queda agua, se trae esa agua en algún tipo de contenedor y se les hace una ch’alla de agradecimiento en medio de esa planicie arenosa. Es la ‘comunicación con el lago’, que se mencionó supra: se atiende al lago, se lo espera, se anhela que vuelva”. (De Munter et al., 2019, p. 36) Así, la agencia del lago es subordinada a la vida atenta con-memorando las dimensiones cotidianas y rituales que se permean constantemente, fomentando una conciencia hacia la relación de estar vivo en co-presencia: “Quchallawampunitiyayku” / “Nosotros desde siempre vivimos del y con el lago”. INTENCIONALIDAD Y ATENCIONALIDAD COMO DEVENIR Ingold (2012) expone argumentos críticos como la improvisación de ambientes mediados por la experiencia y de la antropología con su método etnográfico en tanto devenir13 . Si bien los humanos “somos muy importantes en la transformación y devenir del mundo, no estamos solos en dicha empresa […] si partimos de la idea de que las cosas están inherentemente activas, entonces no necesitamos invocar una propiedad llamada ‘agencia’ de la cual esa actividad es una consecuencia” (p. 57). Para el autor, la consecuencia de una actividad determina intencionalidad14 : “[…] yo soy lo que estoy haciendo, eso soy yo. No es que lo que estoy haciendo, es la expresión de alguna cosa que está dentro de mí, de la cual mi acción es la consecuencia” (p. 76). Blaser (2009) coincide con Ingold y argumenta que “… los agentes de las acciones no son humanos per se, sino conjuntos heterogéneos que nosotros conceptualmente purificamos y actuamos como humanos y no humanos, junto con un trastorno asimétrico asociado contribución de la agencia” (p. 92). Lo que somos, entonces, o lo que podemos ser, no viene ya hecho. Tenemos que, perpetua e interminablemente, estar haciéndonos, los humanos no son seres sino devenires,
  • 10. 17 16 “… cada uno instanciado como una cierta forma de vida en el mundo —o más bien, como una forma de estar vivo hacia el mundo— entendido no como un corpus de tradición recibida sino como una senda que recorrer, junto a la cual uno puede continuar andando, y que otros seguirán a su turno”. (Ingold, 2012, p. 43) Blaser aporta con la categoría de “juntariedad”15 , acciones y conjunto de interacciones, devenires que aún no son, es decir, sendas y procesos que no tienen cierre, clausura o finalidad. Bajo esta premisa, los urus del Poopó se reflejan en el lago y esperan su renovación cuando el agua se esconde. De Munter et al. (2019) explica con respecto a la atencionalidad: “Caminamos —navegamos— y actuamos sometiéndonosatentamentealosmúltiplesprocesos de crecimiento que nos rodean, correspondiendo de esta manera con esas otras líneas de vida. El wayfaring humano, siempre vulnerable, lleno de aprendizajes, improvisaciones y anhelos, es el motor mismo de la correspondencia humana, vista desde un paradigma de atencionalidad”. (p. 28-29) Entre los qotzuñi, no hay formas unívocas de interpretar su hacerse un camino en medio de la malla de vida del Poopó: “Es un wayfaring que se ha vuelto cada vez más tenso […] los aprendizajes llenos de improvisación y diferentes tipos de anhelos que caracterizan el wayfaring de los qotzuñi tienen que ver tanto con esa habilidad de corresponder con los cambiantes o incluso nuevos entornos de vida como con la responsabilidad de revitalizar los principios de atencionalidad construidos a lo largo de los caminos (ríos, lagos) ya recorridos en la malla de vida del Poopó”. (De Munter et al., 2019, pp. 31-32) Cabe recordar que cuando Ingold (2012) sustituye “lanocióndeagenciaporladeatencionalidad,lohace justamente para escapar de su carga intencionalista, que impide ver la condición profundamente relacional de nuestra correspondencia humana […] esto desmonta los cuestionamientos al apoyo del recuperado rito al lago, en nombre de una defensa pragmática y racional de la ‘sobrevivencia’ del grupo qotzuñi y de su entorno” (p. 31-32). El devenir de los urus del Poopó no solo se enfrentará a la desertificación del lago cuando el nivel del Titicaca caiga por debajo de los 3.810 metros, el flujo que alimenta el Desaguadero se interrumpa y el lago no pueda compensar la pérdida masiva de agua debido a la evaporación de la superficie, sino a otros factores que se relacionan entre sí, como el aumento de temperatura. Estos factores influyen 15 “[…] el principio de juntariedad. […] las líneas de devenir se tejen en el mismo tapiz. La juntariedad entrelaza los devenires, mientras se mueven a través o a lo largo, en un tipo de respuesta mutua […] correspondencia” (Blaser, 2013, p. 47). de manera decisiva en la evaporación de las aguas. También están las sequías cada vez más frecuentes y largas —en las últimas dos décadas, la sequía se repitió cada tres años— o el viento entre agosto y septiembre, que barre sin piedad la superficie del lago y lo inunda con millones de toneladas de sedimentos del desierto de Atacama. Debe reflexionarse acerca del río Desaguadero que es afectado por la producción agropecuaria16 y las consecuencias de la actividad minera17 en la zona, por tanto, el devenir tenso y cambiante del agua, evidencia que los urus del Poopó son refugiados climáticos y sociales. Finalmente, la atencionalidad en términos de Ingold es: “Atender a […] tiene que ver con estar atentos al clima, con cuidar a los seres y presencias que habitan y rodean al lago, con saber esperar y anhelar para que regresen las aguas dadoras de vida, para poder retomar las prácticas de correspondencia o reciprocidad con ellas. Es en esta correspondencia humana, en estos gestos y movimientos educacionales cotidianos, donde radica una importante dimensión política y ética. […] una política del morar: si los uru han logrado devenir siempre de nuevo lo que son, es porque han logrado ‘hacerse (co)responsables’ a través de sus constantes, y a veces dificultosas, correspondencias con entornos y líneas de vida y participando de la malla de vida. Morar en y alrededor del Poopó 16 “En la última década, el boom mundial de la quinua representó un salvavidas para la economía local. El 80% de las exportaciones bolivianas de quinua tienen su origen en el departamento de Oruro, en particular en la orilla occidental del Poopó. Esto significa un mayor uso de recursos hídricos. ¿Cuáles? Los que resultan de la canalización del río Desaguadero, con la consecuencia que éste disminuyó aún más su caudal hacia el Poopó. Los ‘regantes’ culpan a su vez a los responsables peruanos de las compuertas del Titicaca, que cierran el flujo aguas arriba. De esta forma, el ciclo del Poopó se cierra en el punto de partida, dejando irresuelta la pregunta sobre su supervivencia”. (Attanasio, 2018) 17 El lago Poopó ha sido y es el dique de cola de la minería en Oruro. Fuente de contaminación (muerte y enfermedad) desde la colonia hasta hoy, pero eso no implica que el Estado sea inoperante, pues el estado de conservación del Lago es parte de las competencias que debe asumir. “Las culpas apuntan en tres direcciones: las minas de Kori Chaca y Kori Kollo (de la empresa privada Inti Raymi, que ya no opera, pero sigue manteniendo sus enormes diques de cola), la empresa de propiedad pública Huanuni, que da trabajo a unas 4 mil personas, y las más de 80 pequeñas y medianas cooperativas locales reunidas en la Fedecomin”. (Attanasio, 2018) equivale a devenir Poopó-qotzuñi, cada vez de nuevo. Para los uru-qotzuñi, su historia de vida, en un sentido muchísimo más amplio que el que se le da usualmente en etnografía, es el lago Poopó —y no solo transcurre en—, con sus aves, sus peces, sus totoras altas, sus aires revoltosos, con los gritos nocturnos que van emitiendo los mismos uru para identificarse como ‘gente del agua’”. (De Munter et al., 2019, p. 29). ARGUMENTOS CONCLUSIVOS VerónicaStrang(2005)postulaque: “El agua tiene muchos significados complejos en las sociedades aborígenes […] la regeneración se encuentra en las actividades generativas de las fuerzas ancestrales, y con la expectativa de que al manifestar y replicar esta creatividad, las personas regenerarán las poblaciones humanas, así como las especies vegetales y animales, y otrosrecursosambientales”.(p.369) Tambiénañadeque: “Sin embargo, incluso en estos términos, las personas tienen un agudo sentido del agua como fuente vital de vida, común a todas las criaturas vivientes, y crucial para la supervivencia de cualquier sistema ecológico. […] el poder regenerativo del agua se demuestra anualmente,
  • 11. 19 18 sinembargo,susformulacionesdeloqueelaguadebería estar generando, y su parte en esta ecuación, son bastantediversos”. (p.372) En nuestro contexto, ¿cómo podrían llevarse a cabo cambios radicales para el entendimiento del agua? La superposición territorial hace que el agua como derecho fundamental de vida puedaserdisfrutadaportodos,peroquedasiendoresponsabilidad de ninguno. En esa difuminación de competencias, las mallas de vidaylaatencionalidadrecaenúnicamenteenlosurusdelPoopó. Si bien la agencia es absorbida por la cultura material que la controlayutilizademanerahegemónica, “Esta hegemonía a menudo ha subsumido más arreglos colectivos y yo diría que, al hacerlo, sistemáticamente ha privado de sus derechos a la mayoría de los seres humanos y no humanos, colocando el control del agua y el poder en menos y menos manos”. (Strang, 2016, p. 293) Paralaautora, “[e]l vínculo entre el agua y el poder es una expresión de las relaciones materiales. Ningún ejercicio de poder es posible a menos que se pueda expresar en forma material, en este caso a través del control físico de cuerpos de agua o la capacidad de determinar, cuyos intereses se beneficiarán del flujo de agua. Sin embargo, las relaciones materiales no son solo entre personas. […] El control está influenciado por las propiedades físicas del agua y sus comportamientos específicos. La fluidez del agua, la dificultad de capturarla y contenerla, y la variabilidad en los flujos hidrológicos inevitablemente desafíanlascertezasdepropiedadycontrol”(p.295) El control del agua es una forma más de poder sobre las agencias e identidades culturales urus del Poopó que con-viven relacionalmenteconotrosseres.Lastimosamente,lagobernanza delaguasiempreestuvodominadaporloshumanos. “Lapriorizacióndelohumano,interesesylapromociónde formasneoliberalesdepropiedadygobernanzadelagua, abrieronelcaminohaciaunalógicadeinstrumentalismo en el que el agua y otros recursos, así como no humanos especies, podrían verse principalmente para proporcionar ‘servicios ecosistémicos’ a la humanidad o, más específicamente, a algunos grupos humanos”. (p. 298) Si el agua es propiedad de Estado, ¿quién es el propietario del Estado? Y la respuesta abstracta es el pueblo y las múltiples agenciasquecreanrelacioneshumanasynohumanasentejidos complejos,hayformasdeposeeryapropiarsedelagua,asícomo degenerarnuevoscanalesdecontrol,administraciónygestión. ANEXO 1 BIBLIOGRAFÍA Attanasio, A. (2018, 11 de enero). Especial BBC Mundo: la paradoja del Poopó,ellagodeBoliviaqueapareceydesaparece.LaPatria. Blaser, M. (2009). La ontología política de un programa de caza sustentable.AmericanAnthropologist,111(1). Blaser, M. (2013). Ontological Conflicts and the Stories of Peoples in Spite of Europe Toward a Conversation on Political Ontology. Current Anthropology,54(5). Camargo, A. & Camacho, J. (2019). Convivir con el agua. Colombiana de Antropología,55(1). Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia [CPE]. 2009 (Bolivia). DeMunter,K.(2016).OntologíarelacionalycosmopraxisdesdelosAndes. Visitar y conmemorar entre familias aymara. Revista de Antropología chilena.Chungara. De Munter, K., Trujillo, F. & Rocha, R. (2019). 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(2016) Infrastructural relations: Water, political power and the rise of a new 'despotic regime'. Water Alternatives, 9(2): 292-318. InstitutodeEstudiosAvanzados-UniversidaddeDurham.Durham,Reino Unido. Imagen 1. Comparación del lago Poopó durante período de tres años. Fuente: Attanasio Angelo, 2018.
  • 12. 21 20 1 LaPazfuefundadasobreotraciudadllamadaChuqiyapumarka,otroraaglutinadora de ayllus ancestrales de origen aymara y quechua, principalmente. Los actuales nombresdemuchosbarriosozonasdeestaurbeaúnestánenaymarayquechua,a pesar de la castellanización; por ejemplo, Calacoto o Qalaqutu, que significa “pila de piedras”,oMunaypata,quesignifica“lomadelamor”enquechua,sonunamuestra detodaesagranriquezacitadinaeinterculturaldelpasado(Ticona,2017). 2 LaRecopilacióndelasLeyesdelosReinosdelasIndiasestádisponibleen:http:// www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-93485.html La evolución del centro histórico: una mirada a los modos de habitar COMUNIDAD CIENTÍFICA (ARTÍCULOS Y ENSAYOS) Paola Lizett Carvallo Elvira Karen Elynor Choque Ticona Fátima Andrea Fernández Aliaga El presente ensayo está centrado en el centro histórico de la ciudad de La Paz y analiza los procesos de transformación del paisaje urbano a partir de dos ejes focales, los modos de ocupación de la vivienda y el espacio público de acuerdo con las demandas sociales, económicas, funcionales y políticas originadas en los años 60 hasta los años 80, realizando una revisión documental bibliográfica del periodo de mayor transformación que ha sufrido el centro histórico de la ciudad. Plasma mediante relatos históricos el modo de habitar las viviendas en el centro histórico, los cambios que ha sufrido el paisaje a través de los perfiles urbanos y el reconocer las actuaciones pasadas mediante el modo de habitar y entender este espacio histórico tan relevante para la ciudad de La Paz. Palabras clave: procesos de transformación urbana, modos de habitar, centro histórico. This essay focuses on the historic center of the city of La Paz, analyzing the processes of transformation of the urban landscape from two focal axes, the modes of occupation of housing and public space according to social, economic and social demands, functional and political originated in the 60s to the 80s, carrying out a bibliographic documentary review of the period of greatest transformation that the historic center of the city has undergone. It captures through historical stories the way of inhabiting the houses of the historic center, the changes that the landscape has undergone through urban profiles and the recognition of past actions through the way of inhabiting and understanding this historical space so relevant for peace from the city. Keywords: urban transformation processes, ways of living, historic downtown. RESUMEN ABSTRACT INTRODUCCIÓN La ciudad de La Paz, actual sede de gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia, fue fundada un 20 de octubre de 1548 por el capitán Alonso de Mendoza, en la localidad de Laja, como parte del territorio del Corregimiento de La Paz. Tres días después, fue trasladada al valle llamado ChuquiagoMarka1 ,dondefungiríacomopuntodedescanso para las caravanas que trasportaban minerales y productos agrícolas en la ruta comercial entre Potosí y Cuzco. Asentada en las riberas del río Choqueyapu, la ciudad española fue planificada de acuerdo con las Leyes de Indias2 . El centro histórico fue trazado basándose en las serranías, las cuales brindaron un aspecto no tan común a este centro urbano, conformándose de esa manera la hoyada como es conocida al día de hoy. Centrándonos en las décadas de los años 60 y 80, observarnos un centro histórico en proceso de transformación, en los modos de habitar la vivienda y el espacio público, influenciados por una modernidad, que rompe los esquemas tradicionales empleados hasta ese momento. Adicionalmente, las migraciones campo-ciudad originaron un cambio trascendental en el paisaje urbano, en la planificación territorial y sobre todo en el espacio público. Pero, para entender las transformaciones en los modos de habitar el centro histórico en este periodo en particular, tenemos que entender, primeramente, el concepto de habitar y su relación con el espacio público. El habitar es la consecuencia de “formulaciones teóricas y prácticas” realizadas por planificadores urbanistas, a partir de las cuales se hacen todo tipo de asociaciones y relaciones con “morar” y “ocupar” en el sentido simple de “ocupación del espacio”. Pero entenderlo de esta manera trae consecuencias negativasalastrasformacionesurbanas. Siseabordaestetema desde el punto de vista social y antropológico, se plantea una visión más acertada del “habitar”, comenzando por los usos y experiencias en el espacio, las expresiones estéticas, sociales y artísticas, las vivencias, etc. Entendido de esta otra manera, el significado evoluciona hacia una “construcción” simbólica, física,comunicativayestética,dondeunacomúnpreocupación es el “sentimiento de arraigo”, el de las formas de pertenencia, apego y contingencia del hombre con el lugar en el que habita como parte de una identidad y apropiación del ser humano en el universo físico y sociocultural (Yory, 1999, p. 13). Analizaremos también el significado de “modos de habitar”, lo que se puede entender como un modo de comportamiento. La arquitectura no puede deducir la conducta del hombre, solo englobar comportamientos más habituales, como: hábitos de estudio, de reposo, de aseo, de restauración, de convivencia de los sujetos en cuestión, así lo afirma Jorge Sarquis en su artículo Arquitectura y modos de habitar. Ahora, si entendemos “modos de habitar” en un contexto urbano histórico, vemos que no solo basta en construir un territorio o espacio para ser habitable, ya que la acción de habitar no solo se basa en permanecer en el espacio construido, también hace referencia a la cultura y el sentido de la vida misma, con respecto a la diversidad que enriquece el espacio, sea
  • 13. 23 22 público o habitacional, haciendo de la arquitectura solo un soporte para el desarrollo de estos modos de habitar, de acuerdo con Alberto Saldarriaga Roa (2019) en su artículo ¿Cómo se habita el hábitat? Los modos de habitar. Por otro lado, la relación de la vivienda con el espacio públiconosinvitaalanálisisdelpaisajeurbano,enelsentido de que el espacio público forma parte de este paisaje y se convierte en un espacio para habitar, un lugar donde los ciudadanos comparten su cotidianidad con la ciudad y su entorno. Debemos tener en claro que el paisaje urbano es completamente creado por el ser humano, ya que este realiza construcciones alterando el paisaje natural por uno artificial. Como lo afirman Valencia y Raposo (2004): el paisaje urbano no se presenta solo como “la manifestación formal del proceso de producción del espacio de la ciudad, sino también como una intención consciente de incorporar órdenes de significación en tal manifestación. El concepto de paisaje urbano comprende entonces un propósito deliberado en la producción de sentido, a ser dispuesto en el plano de lo aparente visible. Habría entonces una producción de paisaje urbano en cuanto acto de estetización de la política llevado a la dimensión de lo real. El paisaje urbano llega a constituirse, así, como representación de relaciones sociales generadas en el transcurso del devenir de la sociedad”. (Rodríguez, 2007, p.30) El hombre ha modificado los procesos naturales a través de los últimos milenios desde las actividades sociales, las cuales llevaron a cambios importantes sobre el paisaje, los territorios, su medio social, su medio ambiente y sus interconexiones (De Sousa, 2003; Portney, 2003; Etter et al., 2011, p. 144). En los años 60 y 80, el urbanismo acompañó a los procesos culturales, tecnológicos y sociales causados por las crisis económicas (Magalhaes, 2001, p.88), por ello se introdujeron nuevos modelos de urbanismo, primando las nuevas tecnologías en edificaciones, así como la disposición de los mismos en las ciudades, frente al trazado histórico y las vías tradicionales que se venían aplicando en los centros históricos (Benévolo, 2005, p. 73). Enelcasodelcentrohistóricopaceño,estastrasformaciones empezaron como parte de la modernidad que trajeron las décadas de los años 60 hasta los 80. Así, las nuevas actividades económicas, culturales y sociales en el centro histórico fueron el inicio de un proceso de adaptación a nuevos conceptos urbanos, el entender y analizar el cambio que existió en el espacio público, así como en la forma de habitar la vivienda. Todo esto le permite al ciudadano construir una memoria como individuo, pero a su vez como un conjunto social, ya que la ciudad se va conformando por capas evolutivas tanto sociales, culturales, políticas, territoriales, económicas como identitarias. Por otra parte, Fernand Braudel (1949) nos señala que “el paisaje urbano muestra una gran inestabilidad en todo el proceso de consolidación urbana”. En el caso del centro históricodelaciudaddeLaPaz,elcualtuvoetapasestables— sobre todo en la época fundacional— y tuvo etapas fugaces, marcadas a partir de la década de los años 60, cuando sufrió transformaciones permanentes al ser renovados edificios completos y/o mudando solo las fachadas al ritmo de los cambios estilísticos, mientras se modificaban o sustituían los elementos de equipamiento urbano de las plazas y de las calles. En todo este proceso, es la estructura urbana de La Paz la que le da su “aliento más sostenido”; citando a Braudel (1949), “es la capa de la historia lenta que la totalidad de la historia puede (hacer repensar toda la historia) como a partir de una infraestructura” (pp. 726-753). Asimismo, Lynch en su libro La buena forma de la ciudad (1960),plantealaimagendelaciudadapartirdelaidentidad, estructura y su significado, desde su reconocimiento como entidad individual y en relación con el ciudadano, a partir del significado que tenga su entorno para él. Así, el paisaje urbano está relacionado directamente con el habitante y su entorno, el cual lo va transformando con el tiempo, adaptándolo a sus necesidades y a los sucesos sociales que lo rodean (pp. 17-19). Estos procesos de trasformación en los periodos de los años 60 hasta los años 80 son los que nos llevaron a cambios sin precedente en el paisaje urbano del centro histórico paceño, transformaciones en la manera de habitar la vivienda y la manera de habitar el espacio público. La migración a la ciudad de La Paz ocasionó una tendencia de sobrepoblación en el centro histórico; como consecuencia de ello, la localización de los servicios y de los puestos de trabajo,en esemomento,llevó a la ocupación de inmuebles históricos, que cumplían una vocación residencial, a una nueva función. El auge económico y social crea una dinámica edilicia y empresarial que fuerza a la honorable Alcaldía de La Paz, que transforma las fachadas, demuele inmuebles y construye nuevos edificios, los cuales responderían a las “nuevas necesidades”, transformando así el paisaje urbano de una manera agresiva y sin control, cosa que llevó a la Alcaldía de La Paz a la formulación de políticas urbanas radicales (Consultoría de nueva visión y plan de manejo del centro histórico)3 que plantearon en su momento “congelar” el centro histórico para que no se sigan demoliendo casas históricas. Esto en medio de un ambiente de falta de consideración hacia el espacio público y las maneras de habitar la vivienda en el centro histórico, espacio tan importante para los paceños. DE LOS 60 A LOS 80: TRANSFORMACIONES EN LAS EDIFICACIONES Y EL PAISAJE URBANO DEL CENTRO HISTÓRICO PACEÑO. Analizamos entonces las transformaciones de los modos de habitar en el centro histórico de la ciudad de La Paz desde una visión social y de reflexión hacia un espacio de vital importancia para la ciudad como lo es el centro histórico. Debemos entender el modo de habitar la vivienda y el espacio público, en este espacio en particular por ser el centro primigenio, la ciudad española. Esta empezó con su traza a partir de un vacío que fue la Plaza de armas, espacio público,quefuefieltestigodeloscambiospolíticosysociales de la ciudad. En su entorno se observa construcciones dedicadas al ámbito del poder, residenciales y comerciales, las cuales influyeron en las transformaciones urbanas del centro histórico en los años 60 hasta finales de los 80. El centro histórico hasta este periodo respondía a una manera de vivir, en el entendido del entorno en el cual nos encontramos es habitable y nosotros somos los habitantes, como indica Illich (1988), “procede de una época en la que el mundo era habitable y los hombres habitantes” (pp. 47-50). Allí se fue generando una transformación en el paisaje urbano y en sus modos de habitar, llegando a que las edificaciones históricas ya no sean punto de atención debido a los sujetos sociales por su modo de habitar, es 3 La consultoría de Nueva visión, realizada por el Arq. Gustavo Medeiros en 1977 para la honorable Alcaldía de La Paz, plantea un plan de manejo para el centro histórico con la delimitación del área histórica y la protección de los inmuebles identificados como patrimoniales, debido al auge de nuevas construcciones modernas y la demolición de bienes inmuebles de gran valor histórico.
  • 14. 25 24 decir, estos sujetos sociales ya sean habitantes del espacio, comerciantes, políticos o peatones, entre otros, buscan y tienen el deseo de una mejoría en el espacio que habitan. Por ello, la mayor transformación urbana se da por las construcciones de carácter político que buscan ser el centro de atención, abusando de la escala de sus proyectos y opacando de este modo las construcciones históricas del lugar, en esto también tienen influencia los sujetos sociales informales como ser el comercio informal, o peatones, que debido a sus comportamientos (asentamiento informales, vandalismo) van en contra de la normas establecidas para la conservación de patrimonio, dejando de lado el deseo de conservar las edificaciones históricas, un problema que lo podemos seguir percibiendo en la actualidad. Cada vez es más difícil establecer estas áreas y delimitarlas o categorizarlas para que puedan ser valoradas, ya que por unapartesetratadeconservarpormedioderestauraciones y rehabilitaciones los monumentos arquitectónicos, pero existe una contraposición de querer un desarrollo pleno del centro histórico que da paso a la transformación Imagen 1. Paseo del Prado en La Paz. Fuente: Paperblog, Revista Latina. Imagen 2. Foto del Prado, La Paz. Fuente: Caleidoscopic. urbana sobreponiéndose a la conservación del carácter histórico de la ciudad. Estos mismos factores para el desarrollo del centro urbano son los sujetos habitantes, quienes no perciben en su totalidad que, con las transformaciones, el centro histórico va perdiendo su identidad y la atracción turística, lo cual por consecuencia va alterando constantemente al modo de habitar. En la década de los años 60, el grupo de arquitectos conocidos como el Team X analizó los cambios urbanos, que consideró como problemas fundamentales de las ciudades, como ser la pérdida de especificidades formales y espaciales del pasado, la falta de identificación entre la ciudad y sus pobladores debido a su crecimiento incontrolado. Es en este sentido que Mercedes Urioste nos indica que: “La interminable contraposición se basa en ¿Cuál elegimos? ¿Una edificación patrimonial o la posibilidad de que más personas vivan “cómodamente” en lugares céntricos de la ciudad? No es tan sencillo” (Abal, 2019). A partir de esta mirada, se pueden entender dos aspectos con relación a lo mencionado, a la vida que se lleva dentro de estos inmuebles en kilómetro cero y cerca de él, como también a la vida que se desarrolla fuera de estos inmuebles. Como ejemplo de ello, ponemos a consideración el siguiente relato extraído de los relatos de la ciudad de La Paz entre los años 50 y 80, con el cual podemos notar cómo la vida se desarrolla en estos inmuebles y qué cambios sufre en el transcurso del tiempo. “En El Prado yo vivía en una casa que era de (Mariano) Melgarejo, una casa colonial que después se desmontó para hacer un edificio. Esa casa, que era de mi abuela, tenía unos espacios que eran caballerizas, que eran unos arcos de piedra —era una mampostería de piedra—, encima venía la casa y la abuela había hecho de la parte de abajo tiendas que alquilaba. Tenía área de animales, las caballerizas en las que había burros, entrada de pongos, de alimentos, grandes alacenas, grandes despensas, mucho espacio para el personal de servicio, nunca había una empleada, siempre había siete u ocho. Es decir, había más gente en la mesa de la cocina que en la mesa de la casa. Los cuartos eran inmensos, los techos eran altísimos, el salón estaba todo el tiempo oscuro, por la cortina de terciopelo grueso que teníamos, pero, además, las ventanas estaban cerradas con ventanillas de madera. Ahora me doy cuenta de que era porque el sol de La Paz destroza todo y que se tenía que abrir el salón cuando se iba a usar, en lo posible de noche. Después, vivimos en una casa en la avenida 6 de agosto que era también muy grande, pero con unas modernizaciones. El comedor en El Prado era una mesa para 24 personas. En el comedor de la 6 de Agosto, la mesa era solo para 14 personas, 16 si la estirabas, pero había un comedor de diario para la familia en la cocina, ya no había espacio para caballos. Sin embargo, había una gran alacena, cuatro habitaciones para la gente de servicio. Nosotros éramos una familia grande, entonces teníamos una niñera, teníamos una ‘a la mano’ (persona que hace todo lo que se necesita), teníamos una empleada, un mozo y un jardinero. Todos ellos vivían en la casa, entonces había una habitación para cada uno, algunos vivían con su esposa o con toda su familia. Era un regimiento de gente, por lo que también se necesitaba una cocina muy amplia, en la que podías preparar comida si tenías invitados. En esa casa ya había un living de paso, una sala de estar, un cuarto de piano y un salón, pero ya no un salón como en la casa colonial. Posteriormente, nos fuimos a un departamento que era un piso de un edificio de la calle Guachalla y Ecuador. Todo había cambiado, el factor económico había cambiado. Entonces, ya no teníamos una ‘a la mano’, ya no teníamos una niñera, planchadora, lavandera, etc.”. (M. Urioste, entrevistada por Abal en 2019)
  • 15. 27 26 Imagen 3. El Prado en los años 60. Fuente: Miguel Irigoyen. Claramente, en el relato nos damos cuenta de cómo las formas de habitar la vivienda fueron cambiando de acuerdo con las necesidades que los habitantes tenían y también como estos se vieron afectados por la situación económica; si bien no se sabe a ciencia exacta cómo la economía afectó a los inmuebles en el casco urbano central, con el ingreso al poder del expresidente Víctor Paz Estenssoro, las políticas urbanas dieron prioridad a la educación y la economía, reactivando de esta manera las actividades comerciales, las cuales afectaron de manera directa al centro paceño. A partir de la década de los 60, el centro histórico empezó con una modernidad sin precedente, cambiando su paisaje urbano. El hecho de solo habitar los inmuebles, convirtiéndolos en fuentes de ingreso cambió la esencia y el espíritu de la zona, una evolución que transformó el espacio, de un lugar familiar a un lugar de tránsito entre comercio, trabajo de oficina y el poder político. DE LOS 60 A LOS 80: CAMBIOS EN EL ESPACIO PÚBLICO, COMO PARTE DEL PAISAJE URBANO DEL CENTRO HISTÓRICO PACEÑO Si damos una mirada al espacio público, vemos que la transformación de las calles se lleva a cabo gracias al proceso social, económico, político y de comunicación permanente con los ciudadanos, lo que da como resultado las constantes evoluciones en la ciudad, tanto urbanas como económicas, por lo que debemos hacer referencia con énfasis a los principales personajes, los ciudadanos, y cómo vivían el espacio público desde su punto de vista. Según Borja (2003), “El espacio público define la calidad de la ciudad, porque indica la calidad de vida de la gente y la calidad de la ciudadanía de sus habitantes”. A partir de la década de los años 60, el comercio informal empezó a forma parte del paisaje urbano y apropiarse del espacio público cada vez con mayor fuerza, convirtiéndose en uno de los problemas de mayor importancia para toda la sociedad, debido a que muestra intereses contrapuestos entre el sustento familiar —de una parte, importante de la población—ylatransformaciónquesufreelespaciopúblico y sobre todo el entorno edificado, como mencionamos en el punto anterior. Este fenómeno tuvo lugar a finales de la década de los años 60 e inicios de los años 70, cuando grandes grupos migratorios permitieron el asentamiento del comercio en las calles, de zonas populares, las cuales se volvieron estratégicas con el pasar del tiempo. Para mediados de los años 70, se consolida la ampliación de las áreas con vocación al comercio, siendo los indígenas los que se localizaron en zonas como ser El Tejar y San Pedro, que hoy en día se han vuelto puntos estratégicos en los que abunda el comercio informal. Imagen 4. Zona del Obelisco, 1969. Fuente: Página Siete. Así vemos, por ejemplo, en el barrio de San Pedro, el cual hasta la década de los años 60 era un barrio de poetas y cantantes, pasa a tener gran relevancia el mercado Rodríguez y todo el comercio informal, ocupando las calles itinerantemente, como lo indica el grupo Teca (2020): “Este tradicional centro de abasto lleva el nombre de la calle donde se ubica, en el corazón de San Pedro. La calle antiguamente denominada del Carbón surgió en 1800, sobre una antigua carretera que se unía al Camino a Potosí, sobre ésta se encontraba el Tambo del Carbón, el que mediante Ordenanza Municipal de 1937 se expropió para formar parte del mercado seccional N. º 4. La Ordenanza Municipal de 7 de junio de 1950 establece que el nombre fuese “Mercado Pedro Rodríguez” en homenaje al patriota de la Revolución del 16 de julio de 1809. Este mercado se extiende más allá del recinto que lo cobija, articulándose con toda la zona de mercados y tambos a su alrededor, constituyéndose en el centro de abasto más importante de la ciudad”. Según Cabronetto (1985), en su trabajo sobre la economía informal de los países andinos muestra que los llamados “informales” conquistan en su accionar diario espacios físicos y económicos, así como los vacíos de poder dejados por el aparato oficial. De esta manera, los espacios así ocupados son luego moldeados según su propia racionalidad en función de sus intereses y de la percepción del cambio social que ellos poseen (Cabronetto, 1985, pp. 47-68). Por otra parte, el centro histórico de La Paz, el cual tiene un alto valor patrimonial, arquitectónico y urbano, también salió afectado con el pasar de los años, la grave crisis de la década de los años 80 fue el punto sin retorno para la trasformación del paisaje urbano, la crisis económica y los altos índices de desempleo en La Paz, que promocionaron con mayor fuerza la vida del comercio informal, como un mecanismo de autoempleo que proporcionó una alternativa para satisfacer las necesidades básicas de la población en este periodo. Además de sus variables condicionantes, el impacto en la densificación de la construcción de edificaciones en su entorno ha provocado continuamente la perdida de la identidad como centro histórico.
  • 16. 29 28 Imagen 5. Foto del paseo del Prado y la Plaza del Estudiante, 1975. Fuente: Miguel Irigoyen. Recuperado de: Fotos antiguas de La Paz (Facebook). CONCLUSIONES Los centros históricos —y en especial el centro histórico paceño— nos hablan de la vida de sus habitantes, del modo de interactuar de sus habitantes con la ciudad y sobre todo con su identidad, su historia, puesto que es un espacio complejo heredado y sobre todo vivo, lo que nos lleva a continuas trasformaciones en las que la población se adueña del paisaje urbano, de los espacios públicos y sobre todo de la forma del espacio. El paisaje urbano del centro paceño ha evolucionado con el paso del tiempo, respondiendo a las necesidades que iban surgiendo de las ideologías y las políticas en rigor, que trataban de resolver las problemáticas sociales del momento, las cuales marcaron significativamente al imaginario espacial y morfológico del centro histórico. Ante ello, vemos que este espacio en particular toma un giro dramático en los años 60 y 70, llevándolo al estado en que lo conocemos actualmente. Sobre la base de los análisis y ópticas señalados en párrafos anteriores, podemos aseverar que la trasformación del centro histórico sigue un proceso de apropiación por parte del ciudadano, que sus actividades son fundamentales para el paisaje urbano y que es importante contar su historia como parte fundamental de la memoria de la ciudad, la cual es la base para la resolución de problemas actuales. El conocer el pasado nos facilita el entender el presente, permitiendo una mejor planificación de nuestro futuro, integrando todos los elementos urbanos, sociales, económicos y políticos podremos convertir centro histórico paceño en áreas habitadas que respeten la vivienda y el paisaje urbano del espacio público en espacios integradores, en herramientas clave para el progreso de nuestra amada ciudad. Los deterioros que ha sufrido el centro histórico, las soluciones a las nuevas demandas —según la necesidad de la población— o del contexto social en la década de los años 60 hasta los años 80 no han sido las más certeras, ya que, en la búsqueda de “progreso y modernidad”, las intervenciones que han sido realizadas en el centro histórico paceño fueron de alguna manera agresoras con los modos de habitar; la incorporación de edificios en altura que no responden a un perfil urbano histórico y que al contrario ocasionaron conos de sombra, perjudicando el hábitat residencial y los espacios públicos, llevaron a políticas urbanas que dejaron de lado la restauración y preservación de los hechos arquitectónicos de carácter patrimonial. Este factor está centrado, por una parte, en la concientización y sensibilización de la población y por otra, en la conservación, restauración, revitalización y recuperación de la identidad, apropiación y uso de los espacios públicos y residenciales. Por último y a manera de reflexión citamos a Carrión, quien nos señala que “[l]a renovación urbana partirá del centro: o, mejor dicho, la crisis urbana se solventará desde los centros urbanos e históricos, porque actuar sobre ellos implica replantear el concepto, esencia y desarrollo global de la ciudad” (Carrión, 2001). En el caso del centro histórico de la ciudad de La Paz, esto implica el no abandono de este espacio que forma parte de la ciudad, que se ve afectado continuamente por la falta de apropiación del paisaje urbano y del modo de habitar el centro histórico por parte de la población paceña, la cual no se ve identificada con el centro histórico a través de sus experiencias y hábitos cotidianos, llevando a la perdida de muchos inmuebles patrimoniales.
  • 17. 31 30 BIBLIOGRAFÍA Abal, N. (2019,). Mercedes Urioste, relatos de la ciudad de la paz deentrelosaños50y80.PáginaSiete,secciónGente. Barragán,R.(2000).Ciudadysociedad.LaPazen1880.Bolivia. Benévolo, L. (2005). Le origini dell'urbanistica moderna. Editori Laterza,Roma. BoliviaTeca.(26denoviembrede2020).Brevehistoriadelbarrio de San Pedro en La Paz Bolivia. Bolivia Teca. https://boliviateca. com/2020/breve-historia-del-barrio-de-san-pedro-en-la- paz-bolivia/#:~:text=Mercado%20Rodr%C3%ADguez,el%20 coraz%C3%B3n%20de%20San%20Pedro. Braudel, F. (1949). El mediterráneo y el mundo mediterráneo en laépocadeFelipeII.París.ArmandColin. Cuadros,Á.(2003).LaPaz.Bolivia. Chateloin, F. (2008). El centro histórico, ¿concepto o criterio en desarrollo?,ArquitecturayUrbanismo,29(2-3),10-23. De Sousa, C. (2003). Turning brownfields into green space in the cityofToronto.Landscapeandurbanplanning,62(4),181-198. Etter, A., Mcalpine, C., Seabrook, L., & Wilson, K. (2011). Incorporatingtemporalityandbiophysicalvulnerabilitytoquantify thehumanfootprintonecosystems.Biologicconsevation,144. Fadigas, l. (2015). Urbanismo e território. As políticas públicas. EdiçõesSilabo. Jacobs,A.(1993).GreatStreets.CambridgeMITPress. Illich,I.(1988).Lareivindicacióndelacasa.PlanetaEditorial. Lynch,K.(1960).Laimagendelaciudad.EditorialGG. Portney,K.(20003).TakingSustainableCitiesSeriously;Economic Development, The Environment and Quality of Live in America Cities.AmericanandComparativeEnvironmentalPolicy. Raposo, M. (2001). Arquitectura paisagista. Morfologia e complexidade.Estampa. Ressano, J. M. (2000). Morfologia urbana e desenho da cidade. FundaçãoCalousteGulbenkian. Rodríguez, R. (2007). Un acercamiento al paisaje urbano. ArquitecturayUrbanismo,28(3),28-31.[Fechadeconsulta27de abrilde2022].Disponibleen: https://www.redalyc.org/articulo. oa?id=376839853006. Saldarriaga, A. (2019). ¿Cómo se habita el hábitat? Los modos de habitar. Procesos Urbanos, 6(6), 22-33. Recuperado a partir de: https://revistas.cecar.edu.co/index.php/procesos-urbanos/ article/view/454. Ticona,E.(17demayo,2022).CartaOrgánicadeLaPaz-Chuquiago Marka. La Razón. Disponible en: https://www.la-razon.com/ voces/2017/04/22/carta-organica-de-la-paz-chuquiago-marka/ Yory, C. (1999). Topofilia o la dimensión poética del habitar. PontificiaUniversidadJaveriana,Bogotá. Seccióna2. (2022). Arquitectos + habitantes del territorio. Arquitectura y Paisaje urbano. Seccióna2. https://www. secciona2.com/arquitectura/arquitectura-de-latinoamerica/ arquitectura-y-paisaje-urbano/ Uso y abuso de la función social de la propiedad urbana en la ciudad de La Paz Jeanneth Maribel Galvez Surculento The social function of urban property is a poorly developed concept in the legislative field in the national context, its most recurrent interpretation is related to the right and access to housing. However, this interpretation is currently being used by real estate companies to justify questionable projects in the city of La Paz, where there is a qualitative and quantitative housing deficit. In this sense, the state has left the solution to these problems in the hands of the market and has chosen to promote the regularization of constructions that do not comply with current regulations. This paper aims to analyze to what extent the principle of social function is being used by operators in the real estate market in the city of La Paz. Keywords: social function, housing, regularization, vertical informality RESUMEN ABSTRACT COMUNIDAD CIENTÍFICA (ARTÍCULOS Y ENSAYOS) La función social de la propiedad urbana es un concepto poco desarrollado en el ámbito legislativo en el contexto nacional, su interpretación más recurrente está relacionada con el derecho y acceso a la vivienda. Sin embargo, en la actualidad esta interpretación está siendo utilizada por empresas inmobiliarias para justificar cuestionados proyectos en la ciudad de La Paz donde existe un déficit de vivienda cualitativo y cuantitativo. En ese sentido, el Estado ha dejado en manos del mercado la solución de estos problemas y ha optado por promover la regularización de construcciones fuera de norma sobre la normativa vigente. El presente trabajo pretende analizar en qué medida el principio de función social está siendo aprovechado por operadores en el mercado inmobiliario en la ciudad de La Paz. Palabras clave: función social, vivienda, regularización, informalidad vertical
  • 18. 33 32 INTRODUCCIÓN Actualmente, más del 55% de la población mundial vive en las ciudades y se proyecta que para el año 2050 incremente a un 68%; complementariamente, América Latina y el Caribe es la segunda región más urbanizada, con un 81%. Esta es una tendencia mundial y Bolivia no queda al margen, ya que se proyecta que para 2050 un 80,8% de su población total vivirá en las ciudades (UN DESA, 2018). En Bolivia “el crecimiento de la población urbana no responde únicamente a los procesos migratorios, sino también al crecimiento vegetativo de las localidades” (PNUD, 2015, p. 54). La población del municipio de La Paz para la gestión 2016 fue de 925.376 habitantes y alrededor del 93% se asentaba en el área urbana, mientras el otro 7% en el área rural (GAMLP, 2017). A consecuencia de este crecimiento poblacional en área urbana de La Paz, se puede evidenciar, por un lado, un déficit habitacional cuantitativo (39%) y cualitativo (24%) (GAMLP, 2020), provocado por los altos precios de la vivienda, que se sitúan por encima de las posibilidades de acceso de las familias en el mercado formal (Vargas, 2018). Por otro lado, ha favorecido al auge del sector inmobiliario, en los últimos años caracterizado por un incremento continuo en el nivel de precios de estos activos (Escalera & Córdova, 2016). Según Bedregal (Chuquimia, 2018), “la construcción en altura se convierte en una necesidad por la falta de áreas de expansión. El costo de la tierra en La Paz es caro y cualquier terreno por más pequeño que sea se convierte en codiciado porque se pueden hacer edificios enormes”. Dado que existe un déficit habitacional en las ciudades y siendo que el acceso a la vivienda está reconocido como un derecho por la Nueva Constitución Política del Estado (NCPE), resulta implícito relacionarlo con la función social de la propiedad, para Zapotocka (2007): “La función social está referida al destino socialmente útil del bien objeto del derecho de propiedad; es decir a un destino que, además de satisfacer la necesidad y el interés individual del propietario, debe contribuir también a la satisfacción de las necesidades de la colectividad”. (p. 260) Sin embargo, en la ciudad de La Paz algunas empresas inmobiliarias han comenzado a infringir la Ley de Uso de Suelos Urbanos (LUSU) (2012), en la construcción de edificios de viviendas, amparándose en la consigna de cumplimiento de una función social. Frente a esta vulneración, el Estado en su nivel municipal muestra una pasividad que ha derivado en la promulgación de leyes de regularizaciones de construcciones fuera de norma. En ese contexto, este trabajo analiza desde lo teórico hasta lo concreto mediante cinco puntos fundamentalesafindecomprenderestaproblemática: primero, la función social de la propiedad urbana; segundo, la vivienda como función social; tercero, el mercado inmobiliario; cuarto, de la informalidad horizontal a la informalidad vertical; y quinto, la regularización a la medida. FUNCIÓN SOCIAL DE LA PROPIEDAD URBANA Cabrera (2018), señala tres momentos importantes del derecho urbano cuando se comenzó a considerar la función social de la propiedad: el primer momento, con la vigencia del constitucionalismo social en las primeras décadas del siglo XX, el cual cuestionaba la posición del individuo en la sociedad y la necesidad de una función social de la propiedad1 ; el segundo momento, en la década de 1930, cuando por influencia de León Duguit se promovió en América Latina la transformación del derecho privado hacia uno más colectivo relacionando la doctrina de la función de la propiedad; el tercer momento, entre 1950 y 1960, cuando se establecen gobiernos nacionalistas-liberales que impulsaron leyes a favor de los derechos colectivos, como, por ejemplo, leyes de reforma agraria y urbana cuyo énfasis estaba dirigido al cumplimiento de la función social del suelo con la operativización de la misma por medio de la expropiación. En Bolivia, la Constitución de 1938 inaugura la necesidad de la función social como condición indispensable de la propiedad. Sin embargo, esta noción de función social de la propiedad se ha limitado el alcance del derecho de propiedad privada y el libre juego del mercado (Achi, 2011). A partir de ese momento, todas constituciones y las reformas constitucionales llevan la función social relacionada con la propiedad. En ese marco, la NCPE (2009) también la incorpora en el artículo 56, donde establece en su parágrafo I que “toda persona tiene derecho a la propiedad privada individual o colectiva, siempre que ésta cumpla una función social”. En lo referido a la función social de la propiedad urbana, la legislación boliviana ha desarrollado poco lo que conlleva esta, una de esas leyes es la Ley de Reforma Urbana de 19542 , que consideraba que grandes propiedades periurbanas no cumplían la función social, puesto que no se realizaban edificaciones en ellas, pretensión especulativa para su venta por la plusvalía urbana y obstaculización a la solución del problema de la vivienda (Zapotocka, 2007). La definición de la función social de la propiedad puede resultar abstracta y amplia. Con lo visto hasta el momento, se puede obtener algunas nociones para concretizar la función social de la propiedad urbana; por un lado, se muestra que está íntimamente relacionada con la edificación y el acceso a la vivienda, por otro lado, se introduce el rol del Estado para el cumplimiento de la función social con la expropiación y vestigios sobre la recuperación de plusvalía de la propiedad. Complementariamente, se puede aportar tres dimensiones de la función social de la propiedad urbana: la oportunidad de la oferta, la calidad del suelo y la seguridad de la tenencia (Achi, 2011). 1 Entendiendo la propiedad como la capacidad jurídica que otorga un estado a una personanaturalojurídicaparaejercerunniveldedominiosobreunacosa,instalando lascapacidadesdeusar,gozarydisponer(peronomásabusar)delacosa. 2 Estaba dirigida a dar cumplimiento a la función social de la propiedad urbana regulando las propiedades no edificadas mayores a 10000 m2 dentro de los radios urbanos con la expropiación a favor del estado para transferir en venta, en forma de lotes para la construcción de viviendas, a obreros y personas que no poseían bienes inmuebles.
  • 19. 35 34 LA VIVIENDA COMO FUNCIÓN SOCIAL La NCPE reconoce en su artículo 19, parágrafo I, que toda persona tiene derecho a un hábitat y vivienda adecuada, que dignifiquen la vida familiar y comunitaria. Esta incorporación constituye un avance en la definición legal de la función social de la propiedad urbana, pues “su finalidad debería corresponder a los requisitos de una vivienda adecuada: un suelo económico, seguro (con título de propiedad), servido (con servicios e infraestructura urbana) y oportuno (disponible para las necesidades de hoy y no las de mañana)” (Achi, 2011, p. 117). Al ser la vivienda la unidad mínima de la ciudad y objeto de protección del Estado, el acceso a este bien es el objeto fundamental de este régimen urbanístico debido a su relación indispensable con el bienestar, con la ciudad y la propiedad (Cabrera, 2018). También, el derecho a la vivienda tiene un papel importante en la planificación y gestión de las ciudades por sus impactos de mediano y largo plazo sobre la sostenibilidad y la calidad de vida de la población (GAMLP, 2020). Por lo tanto, “el rol social que cumple la vivienda se articula a la reproducción del capital de forma ordenada y coherente en los asentamientos humanos que llegaran a consolidar el carácter de identidad de las diversas zonas del municipio” (p. 63). Sinembargo,existenobstáculosparaquelaviviendacumpla como función social de la propiedad urbana, como son el crecimiento de la población urbana, el déficit habitacional, la escasez de suelo urbano, el encarecimiento de la vivienda y la falta de políticas estructurales que garanticen el acceso a la vivienda. Por lo que en varias ocasiones la población misma busca formas de ejercer ese derecho con los asentamientos informales o las construcciones fuera de norma. Siendolaviviendaunafunciónsocialdelapropiedadurbana garantizada y reconocida por la NCPE, resulta conveniente para empresas inmobiliarias adjudicarse esta función social en vista que el Estado no puede resolver de forma efectiva el déficit de la vivienda; es más, este último se desvincula de sus responsabilidades dejando a las lógicas del mercado la organización de la estructura urbana (Cabrera J. E., 2022a). En ese sentido, es importante aclarar que el fin principal de una empresa es la ganancia económica, por lo que usar como eslogan la función social es solo un medio para alcanzar ese fin, al igual que la vulneración de las normas de construcción que son un obstáculo para sus intereses. Un claro ejemplo de esto lo constituye la empresa inmobiliaria Las Loritas, que recalca en su página web: “Nuestra misión como empresa constructora es colaborarenelcrecimientoydesarrollo denuestropaís, coadyuvando en la crisis de políticas de viviendas de la población. Desarrollando proyectos y construcciones innovadores con los más altos estándares de calidad, seguridad y tecnología. Nuestra visión es llegar a ser la empresa líder en el rubro de la construcción, implementando tecnologías innovadoras de punta, consolidándonos como una empresa confiable, responsable y líder en el área de la construcción a nivel nacional”. (Las Loritas, 2022) Rescatando las dimensiones de la función social de la propiedad urbana referidas a la vivienda que propone Achi (2011), con respecto al caso de Las Loritas podemos considerar tres aspectos. Primero, la oportunidad, relacionada con la disponibilidad para subsanar las necesidades habitacionales a precio accesible; se puede decir que aparentemente se cumple con esta dimensión, puestoquelosdepartamentosqueseofertansonaccesibles para muchas familias. Seguidamente, los servicios, en ese sentido, aparentemente también se cumple con el acceso a todos los servicios; más aún, se ofertan departamentos de alta calidad en cuanto a materiales, tecnología y seguridad, entre otros. Y, por último, la seguridad de la tenencia, referida a la obtención de títulos de propiedad, teniendo en cuenta las vulneraciones a la LUSU de parte de esta empresa, esta dimensión estaría condicionada a la regularización, para acceder al fraccionamiento técnico y legal. EL MERCADO INMOBILIARIO ParaCabrerayCabrera(2017),losmercadosinmobiliariosse destacan por dos aspectos. El primero, el comportamiento de las rentas que el suelo produce en relación con sus características; principalmente la localización se constituye en el principal factor de valorización del suelo debido a las preferencias de los consumidores. El segundo, el impacto de estas dinámicas en la configuración urbana, basado en la teoría de Von Thürnen, indica que la renta del suelo varía con respecto a la distancia de este con el mercado con un nodo generador de valor. Otro aspecto importante de resaltar es el papel de los promotores en el mercado inmobiliario. Estos actores realizan inversiones, orientan a sectores de activación de mercado e influyen en la demanda derivada de suelo. Tambiénsedesempeñancomocompradores,constructores y vendedores de inmuebles, por lo que ejercen influencia en la determinación de los precios (Cabrera & Cabrera, 2017). Con respecto a las rentas de suelo relacionado con la localización, están: la renta de uso residencial, que hace referencia a la ubicación de la vivienda, preferentemente el centro de la ciudad, el cual tiene una renta mayor, pero es compensada por el menor gasto de transporte; la renta y la calidad del suelo relacionado con mayor posibilidad de contractibilidad; el estado y rentas, que por medio de políticas modifica las condiciones del suelo respecto a su aprovechamiento derivan en rentas del suelo y son aprovechadas por privados. Los mercados inmobiliarios en América Latina se caracterizan por ser formales e informales, en ambos casos rige la oferta y la demanda. Ante el encarecimiento de la vivienda, muchas familias optan por adquirir una vivienda en el mercado informal, lo cual no garantiza la propiedad de esta. “En otras palabras, el mercado informal de suelo es resultado del acto de intercambiar mercantilmente tierra o un inmueble al margen del Estado y sus reglas, hecho que deviene en un conjunto de irregularidades urbanísticas, constructivas y de derecho de propiedad” (Cabrera, Quintanilla & Cabrera, 2022, p. 14). “En Bolivia el mercado inmobiliario ha crecido sólida y continuamente en la última década, tendiendo a una recesión en 2020, con una bajada del 10% en precios de venta y 30% en alquiler. En 2022, casi se han recuperado los precios prepandemia, y hasta 2025, se prevé un crecimiento continuo y sólido”. (Casas en Bolivia, 2022) De un tiempo a esta parte, en la ciudad de La Paz se puede apreciar la construcción de grandes edificios de viviendas. Tal es el caso de los edificios Las Loritas: “Las Loritas son el boom de la construcción. Han revolucionado el rubro inmobiliario con la edificación y venta de departamentos de lujo, con
  • 20. 37 36 tecnología de punta y a precios bajos. Es una oferta que cautiva sobre todo a la población joven y que promete ser la solución al problema habitacional de la urbe”. (Chuquimia, 2022) En cuatro años, esta empresa ha levantado cerca de una decena de construcciones de gran magnitud en La Paz, con una inversión estimada de 10 millones de dólares, trabajando con un capital que sale de las preventas de los departamentos que edifica (Página Siete, 2022). En 2020, la empresa fue reconocida con el premio Maya como Mejor solución habitacional, por los bajos precios y calidad, mientras que en el año 2021 obtuvo el premio de Mejor empresa constructora del país, por el crecimiento a nivel nacional y responsabilidad social (Jaldin, 2021). DE LA INFORMALIDAD HORIZONTAL A LA INFORMALIDAD VERTICAL Para De Soto (1987), lo informal se constituye mediante los hechos o actividades de los individuos; se trata de una zona de penumbra que tiene una amplia frontera con el mundo legal, donde los individuos se refugian cuando los costos de cumplir las leyes exceden a sus beneficios. En lo que respecta a los asentamientos informales, estos son una respuesta al elevado costo de la vivienda, en medio del constante desarrollo de las urbes y el movimiento de personas del campo a la ciudad, lo cual ha desencadenado un mercado para la compra informal, hecho que agrava la situación de precariedad en la calidad habitacional (Biderman, Smolka & Sant’Anna, 2010). Según De Soto (1987), los informales ocupan primero el lote, después construyen, luego habilitan y solo al final obtienen la propiedad del terreno. Exactamente a la inversa de lo que sucede en el mundo formal. Este proceso de expansión improvisada de las áreas urbanas suele ser poco amigable con la naturaleza, pueden constatarse desbalances del entorno natural, como el ciclo hídrico o el daño a zonas de fragilidad ecológica, entre otros (Achi, 2011). Según Pérez et al. (2018): “La expansión urbana y la necesidad de erigir más y más edificaciones sin tomar en cuenta la regulación urbanística es resultado principalmente de un escenario de especulación que reduce totalmente el interés por el bien colectivo y responde solamente al mercado. Los bienes inmuebles en este escenario resultan el principal repositorio de capital económico que incentiva la habilitación de suelo y la multiplicación de inmuebles previendo el máximo aprovechamiento posible”. La urbanización en Bolivia es de carácter predominantemente informal, resultado de fenómenos como la ocupación ilegal por avasallamiento de tierras, procesos de lotificación informal, incumplimiento de la función social de la propiedad y la ausencia de planes urbanos y códigos actualizados que guíen el proceso de urbanización (Cabrera, 2022b). Los agentes que dinamizan este mercado informal son los denominados “loteadores”, quienes se encargan del fraccionamiento y venta de lotes sin documentación. Muchos de ellos son dirigentes o tienen vinculación con los gobiernos municipales (Achi, 2011). Su principal interés es el rédito económico y tienen capacidad de imponer precios, porque la relación se desarrolla en un contexto de asimetría de información, donde los atributos específicos de los inmuebles, tanto físicos, legales y de localización, son conocidos con precisión por el vendedor y no así por el comprador (Vargas, Soto & Félix, 2003). Si bien la propiedad urbana está relacionada con el suelo, es importante también destacar que se reconoce también la propiedad horizontal en edificios. La Ley del 30 de diciembre de 1949 pone en vigencia la propiedad horizontal en edificios, estableciendo en su artículo 1: “Los diversos pisos de un edificio y los departamentos en que se divida cada piso podrán pertenecer a distintos propietarios, de acuerdo con las disposiciones de esta ley”. Para la inscripción en Derechos Reales el interesado debe presentar documentos técnicos, como el certificado catastral, la tabla de fraccionamiento, los planos individuales aprobados y los planos de fraccionamiento y construcción aprobados, entre otros (Consejo de la magistratura, 2022). De la misma forma, para acceder a un crédito de vivienda, los documentos inscritos en Derechos Reales son un requisito exigido por las entidades bancarias. En ese sentido, la informalidad no solamente puede darse en una dimensión horizontal con el suelo, sino también en una dimensión vertical con los edificios. Al respecto, la informalidad vertical es un asunto poco estudiado en este contexto, el caso más cercano lo encontramos en Brasil, con la ocupación de edificios de departamentos por parte de familias de escasos recursos (Gutiérrez, 2019). Sin embargo, en el marco de este trabajo, la informalidad vertical resulta promovida por empresas inmobiliarias que vulneran las normas de construcción vigentes y aun así venden departamentos a sabiendas de que los compradores difícilmente podrán acceder a una titulación de propiedad horizontal sin el fraccionamiento técnico y legal autorizado. La venta de estos departamentos se realiza de forma privada, a precios económicos y con el compromiso de que en un futuro se obtendrá una titulación. Uno de los casos más comentados es el de Las Loritas. En medio del cambio de autoridades, en abril de 2021, la gestión saliente emitió un comunicado mediante sus cuentas oficiales de redes sociales, en el que advertía que las construcciones realizadas por esta empresa estaban fuera de norma y no podían acogerse a ningún proceso de regularización, pues estaban en proceso de fiscalización. Tras la entrada de las nuevas autoridades, el comunicado fue borrado sin mayores explicaciones (Chuquimia, 2022). En la Tabla 1 se puede ver una descripción de la ubicación de los edificios, zona, área de riesgo, cartilla LUSU, altura máxima de fachada (AMF) permitida, plantas construidas o proyectadas y el excedente de plantas. Esta descripción muestra que 9 de los 11 proyectos exceden la AMF y sobrepasan lo permitido por la normativa, con un exceso que va de las 4 a las 20 plantas. Cabe aclarar que los edificios Las Loritas 1 y 2 se encuentran terminados y entregados (Las Loritas, 2022), mientras que Las Loritas 3, 4, 7, 8, 9, 10 y 11 se encuentran aún en construcción. Llama la atención el caso de Las Loritas 7, que excede con 15 plantas la normativa dentro de un área de riesgo alto en la zona de Següencoma.