La Revolución Rusa se debió a las opresivas condiciones políticas, sociales y económicas en Rusia. Políticamente, el pueblo odiaba la dictadura del Zar Nicolás II. Económicamente, la inflación y el hambre se extendieron debido a la escasez de alimentos y materias primas. Socialmente, el campesinado, que constituía el 85% de la población, sufría bajo el régimen opresivo del Zar desde hacía siglos.