La canción habla de la tradición del Carnaval en La Rioja, Argentina, donde la Chaya, una figura alegórica con ojos azules y melena blanca, llega junto con el Carnaval cargada de harina para jugar durante 7 días bajo la luna. Con el paso del tiempo, tanto la Chaya como el Carnaval envejecen y se marchitan, dejando recuerdos en el corazón del pueblo riojano.