Cuando la noche se presenta muy tenebrosa es cuando más se ve la luz de una vela solitaria. Los fracasos no tienen por qué ser derrotas; bien pueden ser peldaños para alcanzar objetivos más altos. Si se te están por agotar las pilas, tómate un tiempo para recargarlas conectando tus cables a Dios por medio de la oración. El odio que albergamos en el corazón por nuestros enemigos