Este poema expresa la tristeza y desesperanza de un amor perdido. El poeta le habla a su amor arrepentido, diciendo que ya no hay nada que decir porque todo lo que los unía - las rosas, el campo verde, su fe y amor - han muerto. Ahora el poeta camina solo, recordando la alegría de cuando se conocieron en primavera, contrastando con la oscuridad y soledad del presente. Su amor se fue sin mirar atrás, dejando al poeta solo con sus recuerdos y la certeza

10. ¿Quieres que hablemos? Está bien empieza:
Habla a mi corazón como otros días...
¡Pero no!... ¿qué dirías?
¿Qué podrías d e c i r a m i
t r i s t ez a?

11. ...No intentes disculparte: ¡todo es vano!
Ya murieron las rosas en el huerto;
el campo verde lo secó e l
v er ano ,
y mi f e e n t i , c o mo mi
a mo r , h a mu e r t o .

12. Amor arrepentido,
ave que quiere regresar al nido
al través de la escarcha y las neblinas;
amor que vienes aterido y yerto,
¡donde fuiste feliz... ¡ya todo ha muerto!
No vuelvas... ¡Todo lo hallarás e n
r ui nas !

13. ¿A qué has venido? ¿Para qué volviste?
¿Qué buscas?... Nadie habrá de responderte!
Está s o l a m i a l m a , y
e s t oy t r i s t e ,
i n me n s a me n t e
t r i s t e has t a l a
mu e r t e .

14. To d a s l as i l us i ones
q u e t e a ma r o n ,
l a s q u e qui s i er on
c o mp a r t i r t u s u e r t e ,
mu c h o t i e mp o e n l a
s o mb r a t e e s p e r a r o n ,
y s e f u e r o n ...
c a n s adas d e n o
v er t e .

15. Cuando por vez primera
en mi camino te encontré, reía
en los campos la alegre primavera...
todo era luz, aromas y armonía.

16. Hoy todo cuán distinto... Paso a paso
y solo voy por la desierta vía.
—N a v e s i n r u m b o
e n t r e r e v u e l t as
ol as -
p e n s ando e n l a
t r i s t e z a d e l o c as o ,
y e n l as t r i s t ez a s
d e l a s a l ma s s o l a s .

17. En torno la mirada no columbra
sino esperanzas y páramos sombríos;
los nidos en la nieve están vacíos,
y la estrella que amamos ya no alumbra
el azul de tus sueños y l o s míos.

18. Partiste para ignota lontananza
cuando empezaba a descender la sombra.
...¿Recuerdas? Te llamaba mi esperanza,
¡pero y a m i e s p e r a n z a
n o t e n o mb r a !

19. ¡No ha de nombrarte!...¿para qué?... Vacía
está el ara, y la historia yace trunca.
¡Ya para que esperar que irradie el día!
¡Ya para que decirnos: Todavía,
Si u n a v o z g r i t a e n
n u e s t r a s a l m a s : ¡Nunca!
I s ma e l
En r i q u e Ar c i n i e g a