El salmo 111 invita a alabar a Dios por su grandeza y bondad hacia los justos. El salmo 112 se enfoca en las bendiciones que reciben los que han sido rescatados por la gracia de Dios, incluyendo provisión, puertas abiertas por Dios, y seguridad incluso en tiempos difíciles. Temer al Señor, es decir, obedecerlo, es la forma de demostrar respeto y sabiduría hacia Dios.