El documento describe las actitudes históricas hacia la menstruación y cómo estas afectaban a las mujeres. En la antigüedad, las mujeres menstruantes eran aisladas y se les prescribían rituales de purificación elaborados. Hasta el siglo XIX, la medicina griega veía la menstruación como una forma de eliminar residuos, y las mujeres se consideraban débiles durante su período. La primera menstruación de una niña solía ser una experiencia vergonzosa y humillante. La menstruación simbolizaba la feminidad y la alteridad de la mujer.