Para asegurar la privacidad de una red WiFi, se recomienda elegir una encriptación fuerte como WPA o WPA2, usar contraseñas seguras que no sean fáciles de adivinar, no dejar las contraseñas a la vista y cambiarlas periódicamente. Los hackers pueden romper la seguridad mediante herramientas de cracking, capturando paquetes de datos transmitidos o identificando redes a través de wardriving, walkchalking o shouldersurfing.