El artículo defiende a la Iglesia Católica de las críticas en los medios de comunicación. Señala que la Iglesia Católica educa a millones de estudiantes y maneja hospitales que sirven a todos, no solo a católicos. Aunque reconoce los casos de abuso sexual, argumenta que estos constituyen una pequeña parte del clero y que también ocurren en otras denominaciones religiosas. Exhorta a los católicos a sentirse orgullosos de su fe y de la importante labor social de la Iglesia.