Este documento presenta la homilía para la misa de la Solemnidad de la Natividad del Señor, celebrada el 25 de diciembre. La homilía da la bienvenida a los fieles a conmemorar el nacimiento de Jesús, el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento. Insta a los fieles a recibir a Jesús para que habite entre nosotros y nos traiga la luz, la alegría y la salvación. Finalmente, guía a los fieles a través de las lecturas, la oración

1. SOLEMNIDAD NATIVIDAD DEL SEÑOR
25 de diciembre de 2023
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Feliz Navidad queridos hermanos! El día del nacimiento de Jesús, para el que tanto nos
hemos estado preparando durante todo el tiempo de Adviento, ha llegado. Sean todos
bienvenidos a la celebración de esta Eucaristía, en la Solemnidad de la Natividad del
Señor.
Las profecías del Antiguo Testamente se han hecho realidad y Jesús, el Verbo, se ha
hecho hombre y viene hasta nosotros, pequeño y en un pesebre. En Cristo las promesas
se vuelven vivas y, con la liturgia de hoy, comprendemos que la Palaba de Dios no es
una doctrina, sino una persona: Cristo Jesús. el Dios en que todo hombre puede confiar,
porque Él quiso hacerse hombre y habitar entre nosotros para ser la luz del mundo que
disipa las tinieblas, la alegría de los pueblos, el sostén de todo lo creado, el Dios que
salva al hombre por Su misericordia enviando a Su Hijo predilecto y heredero de todas la
cosas, y así entre nosotros compartir Su gloria.
Que la celebración de esta solemnidad haga renacer en todos los rincones del mundo, la
solidaridad, la paz y la fraternidad, para que Dios habite por siempre entre nosotros.
Comencemos con el canto de entrada. De pie, por favor y recibamos al celebrante.
MONICIONES PARA CADA LECTURA
PRIMERA LECTURA: La lectura del profeta Isaías nos invita a la Alegría de la salvación,
pues ha llegado aquel que ha sido enviado a proclamar la justicia, el derecho y la paz a
todas las naciones... Escuchemos este pasaje, que nosotros lo leemos desde la
perspectiva de la encarnación del Hijo de Dios.
SEGUNDA LECTURA: San Pablo nos descubre al hijo de Dios como el que habita con
Dios y es heredero de cuanto existe, porque junto con Él, el Padre ha hecho todo, ahora
ha sido destinado a la derecha de Dios para recibir la gloria, alabanza honor y adoración
de todos los pueblos... Escuchemos
EVANGELIO: El evangelio de hoy es una maravillosa síntesis del proyecto Salvador de
Dios, su origen y su plenitud, Él ha querido llegar a nosotros, algunos le hemos recibido
otros no, pero Él ha enviado distintos mensajeros a fin de que le podamos recibir, al final
de los tiempos nos ha enviado a Su Hijo y en Él se ha revelado para nosotros... Les invito
para que se pongan de pie, para escuchar con atención este bello mensaje, pero primero
cantemos el Aleluya

2. ORACIÓN DE LOS FIELES
Presidente: En este Santo día en que el Señor da a conocer su salvación, adoremos al
Emmanuel, Dios con nosotros, y pidamos por las necesidades de todos los hombres.
Digamos todos:
«NIÑO JESÚS, CONCÉDENOS LA ALEGRÍA Y LA PAZ»
1. Por la Iglesia, que gozosa contempla en el Pesebre el misterio anunciado por los
profetas, para que proclame hasta los confines de la tierra el Nacimiento del
Salvador. Roguemos al Señor.
2. Por quienes gobiernan las naciones. Que el Príncipe de la Paz ilumine la mente y
el corazón de los poderosos para que trabajen por la paz y el bienestar de todos
los ciudadanos. Roguemos al Señor.
3. Por los pueblos que sufren violencia y opresión, para que se alegren porque ha
llegado la redención con el Nacimiento del Mesías esperado por
todos. Roguemos al Señor.
4. Por los que viven estas fiestas navideñas en las cárceles, en los hospitales o en
la pobreza. Para que encuentren consuelo y acogida en hombres de buena
voluntad, y que la Luz del Verbo pueda así brillar en sus corazones tristes y
solitarios. Roguemos al Señor.
5. Por todos nosotros, reunidos para celebrar la Navidad. Para que la conciencia del
gran don del Dios-con-nosotros, nos haga cada vez más capaces de reconocer Su
paso por nuestra vida y ser testigos alegres de Su amor con los
demás. Roguemos al Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Jesús es la ofrenda más grande que el Padre ha dado a los hombres. Imitemos la entrega
del Hijo, acercando al altar nuestros dones de pan y vino que se convertirán en el Cuerpo
y la Sangre del Señor, y que deben ser un verdadero signo del ofrecimiento de nuestras
propias vidas, para que, en ellas, y a partir de este día, nazca realmente el Salvador.
BENDITO SEAS POR SIEMPRE SEÑOR