Don Quijote intenta consolar a Sancho, diciéndole que los problemas que enfrentan son señales de que pronto mejorarán las cosas. Explica que ni el bien ni el mal pueden durar para siempre, por lo que habiendo durado mucho el mal, el bien debe estar cerca. Le aconseja a Sancho que no se entristezca por los problemas de Don Quijote, ya que a él no le afectan directamente.