Ser uniatlanticense significa sentirse parte de la universidad, compartir e involucrarse en ella, cuidar sus espacios y ofrecer soluciones a sus problemas. La autora sueña con una Universidad del Atlántico donde haya igualdad, amistad en lugar de rivalidad, sin abuso de poder y donde todos trabajen juntos por el medio ambiente y puedan acceder a los recursos, además de organizar actividades que involucren a toda la comunidad universitaria y sirva de ejemplo a nivel social.