San Martín se quedó dormido bajo unas palmeras en Paracas y tuvo un sueño donde vio volar hermosas parihuanas con los colores que luego usaría para la bandera del Perú: rojo, blanco y rojo. Al despertar, San Martín reconoció que esos colores que vio en su sueño debían ser los de la futura bandera peruana.