El documento describe la evolución del perfil docente a través del tiempo, desde el enfoque conductista de antes de los 70, pasando por el enfoque humanista de los 70, hasta llegar al enfoque desarrollista actual. Explica que el nuevo perfil docente debe basarse en la ética, el espíritu de aprendizaje y el espíritu de cuestionamiento. Finalmente, señala que el docente del siglo XXI debe ser un líder comunicativo, motivador, humanista, innovador y con valores integrales, que actúe como facilitador y constructor de