La producción de hierro en Inglaterra creció de 70,000 toneladas en 1750 a 2,200,000 toneladas en 1850 debido a la Revolución Industrial. El comercio inglés también aumentó sustancialmente, de £150 millones en 1780 a £500 millones en 1880, impulsado por la industrialización y el crecimiento económico durante ese período.