Un granjero escocés pobre llamado Fleming oyó los gritos de auxilio de un niño atrapado en un pantano cercano. Fleming rescató al niño, quien resultó ser el hijo de un noble. Como agradecimiento, el noble ofreció educar al hijo de Fleming en las mejores escuelas, lo que permitió que el hijo de Fleming se convirtiera en el renombrado Dr. Alexander Fleming, descubridor de la penicilina.