La trata de blancas implica el traslado forzado o engañoso de personas con fines de explotación sexual o trabajo forzado, privándolas de documentos. Las víctimas son luego vendidas y explotadas en la prostitución en diferentes países. A nivel global, cerca de 4.6 millones de personas son víctimas cada año, la mayoría mujeres y niñas procedentes de Asia y África.