1. Un Feliz 2013
Llegó un año nuevo y con él nuevos deseos e ilusiones, pronósticos y temores.
También termina un ciclo natural de vida y comienza otro, que sirve a la psicología
personal y colectiva para cerrar una etapa de nuestra biografía y abrir otra. Cada año
marca un nuevo comienzo en la continuidad de la vida, distanciando el pasado del
presente.
La venida de un nuevo año va precedida por la celebración de la navidad cristiana. Ese
tiempo especial en el que los que profesamos el credo cristiano renovamos la fuerza
de la utopía y dejamos rienda libre a la esperanza, fijos los ojos en el misterio del Dios
que pone su tienda en medio de esta historia, como Emmanuel, "Dios con Nosotros".
En Catuche, un barrio de La Pastora, en Caracas, la comunidad reunida en torno a la
celebración de navidad, después de varios días de bendiciones de pesebres y
parrandas de aguinaldos, pusimos en común nuestros sueños para el nuevo año 2013.
La lectura del profeta nos sirvió de referencia: El pueblo que habitaba en tinieblas vio
una gran luz; a los que habitaban tierra de sombra, una luz les brilló.
En este nuevo año apostaremos nuevamente por la paz y la convivencia. En medio de
tanto asesinato, impunidad, maltrato y agresión de unos contra otros, nosotros nos
empeñamos en seguir creyendo que es posible una Venezuela en donde podamos
convivir en paz. Seguimos creyendo y luchando a pesar de los tropiezos de cada día y
de las experiencias tan dolorosas que nos toca padecer. Como el horror que hace poco
vivió Mario, nuestro compañero de la comunidad. Su hijo Norbeis murió asesinado por
su hermano Giovanny. Mario, el día de Navidad pidió al Dios con Nosotros por la paz.
Tampoco nos resignamos a la injusticia de nuestra justicia, a la corrupción de las
instituciones, al estado de impunidad que padecen las víctimas de la violencia.
Sabemos que sólo enfrentando esta violencia institucionalizada será posible crear las
condiciones adecuadas para que exista en la sociedad una convivencia más sana.
Creemos que la paz y la convivencia se sostienen sobre el respeto a la vida y a la
dignidad de las personas. En Venezuela hemos hecho de la ofensa y la agresión una
política de Estado y una práctica social generalizada. Hay programas de televisión
dedicados expresamente a ofender y denigrar, bajo la excusa de que se trata de
debatir políticamente. Quizás la más grave consecuencia de la polarización política, ha
sido la pérdida progresiva, en nuestras relaciones sociales, de las más elementales
normas de respeto y consideración que nos debemos las personas.
2. 2013 nos espera con los mismos problemas que dejamos en el 2012. Lo nuevo es la
renovación de nuestras fuerzas para continuar luchando en lo que creemos.