El documento narra varios avistamientos en 1866 de un enorme objeto no identificado en el mar, descrito como largo y fusiforme. Posteriormente, varios barcos sufrieron daños al chocar con el objeto, lo que desató la especulación sobre su naturaleza. Más tarde, Aronnax y otros son rescatados del mar y llevados a bordo de un misterioso submarino comandado por el Capitán Nemo, quien los invita a conocer su mundo bajo el mar.
Today is Pentecost. Who is it that is here in front of you? (Wang Omma.) Jesus Christ and the substantial Holy Spirit, the only Begotten Daughter, Wang Omma, are both here. I am here because of Jesus's hope. Having no recourse but to go to the cross, he promised to return. Christianity began with the apostles, with their resurrection through the Holy Spirit at Pentecost.
Hoy es Pentecostés. ¿Quién es el que está aquí frente a vosotros? (Wang Omma.) Jesucristo y el Espíritu Santo sustancial, la única Hija Unigénita, Wang Omma, están ambos aquí. Estoy aquí por la esperanza de Jesús. No teniendo más remedio que ir a la cruz, prometió regresar. El cristianismo comenzó con los apóstoles, con su resurrección por medio del Espíritu Santo en Pentecostés.
Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3.pdfsandradianelly
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2. Fue notable el año 1866, por un
acontecimiento singular, un
fenómeno no explicado ni explicable,
que indudablemente nadie ha
olvidado. (...)
(...) El caso es que, hacía algún
tiempo que varios buques se habían
encontrado en el mar con una cosa
enorme, un objeto largo, fusiforme, a
veces fosforescente, infinitamente
más vasto y más rápido que una
ballena.
C.I,1ªp
3. (…), el 20 de julio de 1866, el vapor Governor Higginson, había encontrado aquella masa movediza a cinco millas al este de las costas de
Australia.
(...) Observóse también semejante hecho el 23 de julio del mismo año en los mares del Pacífico, por el Cristobal Colón, de la West India and
Pacific Steam Navigation Company.
(...) Quince días más tarde, a dos mil leguas de allí, el Helvetia, de la Compañía Nacional, y el Shannon, del Royal Mail, navegando ambos
en aquella parte del Atlántico comprendida entre EEUU y Europa, distinguieron respectivamente al monstruo a los 42º 15´latitud norte y 60º
35´de longitud al oeste del meridiano de Greenwich
CI,1ªp
4. En todos los grandes centros el monstruo se puso
de moda.(...) Reaparecieron en los periódicos todos
los seres imaginarios y gigantescos desde la ballena
blanca, el terrible Moby Dick de las regiones
hiperbóreas, hasta el Kraken desmesurado…
CI,1ªp
5. A las cuatro y diecisiete minutos
de la tarde, mientras los pasajeros
se hallaban reunidos en el salón,
sobrevino un choque, aunque poco
sensible, en el casco del Scotia,
(...)
-¡A pique! ¡Nos vamos a pique!
(...) Los ingenieros procedieron a
visitar el Scotia, que se dejó en
dique seco, y no pudieron creer lo
que sus ojos veían: a dos metros y
medio, por debajo del calado,
existian una abertura regular en
forma de triángulo isósceles.
CI,1ªp
6. Cuando llegué a Nueva York,
muchas personas me hicieron el
honor de consultarme sobre el
inexplicable fenómeno. (...)
Y así, <<el honorable Pierre
Aronnax, profesor del Museo de
París>>, fue emplazado por el New
York Herald para formular una
opinión cualquiera.
>>Así, pues --decía yo despues de
haber examinado una por una las
difrentes hipótesis, quedando
desechada toda otra suposición--, es
necesario admitir la existencia de un
animal marino de excesivo poder.
CII,1ªp
7. >>El narval vulgar, o unicornio de mar, alcanza a veces la longitud de sesenta pies. Quintuplicad, decuplicad esta dimensión, dad
al cetáceo la fuerza proporcionada a su talla, acrecentad sus armas ofensivas, y obtendréis el animal deseado<<
CII,1ªp
8. >>Señor:
>>Si quereis uniros a la expedición del
Abraham Lincoln, el Gobierno de la Unión verá con placer
que Francia esté representada por vos en esta empresa. El
comandante Farragut tiene un camarote a vuestra disposición.
>>muy cordialmente vuestro,
>>J.B. Hobson,
>>Secretario de la Marina<<
CII,1ªp
9. Conseil era mi criado, muchacho adicto que en todos mis
viajes me acompañaba; buen flamenco a quien yo quería,
correspondiéndome él; entre flemático por naturaleza,
bueno por principios, celoso por hábito, poco asustadizo
de las sorpresas de esta vida, muy mañoso, apto para toda
clase de servicios, y, a pesar de su apellido, nada
aficionado a dar consejos, aún cuando se los pidiesen.
-¿El señor me llama? - preguntó al entrar.
-Si, muchacho. Prepárate, prepárate. Partimos dentro de
dos horas
-Como usted guste -respondió con tranquilidad Conseil.
CIII,1ªp
10. (...) Subí a bordo y pregunté por el comandante Farragut. Me condujo un
marinero a la toldilla, donde me encontré delante de un oficial de simpático aspecto
que me alargó la mano.
-¿El señor Pierre Aronnax? -preguntó
-El mismo -respondi. ¿El comandante Farragut?
-En persona. Sed bienvenido, señor profesor. Vuestro camarote os aguarda
CIII,1ªp
11. Los muelles de Brooklyn, y toda la parte de Nueva
York que se encuentra sobre la orilla del río del Este
estaban cubiertos de curiosos. (...) Millares de
pañuelos se agitaron sobre la compacta masa y
saludaron al Abraham Lincoln hasta que llegó a
las aguas de Hudson, en la punta de aquella península
alargada que constituye la ciudad de Nueva York
CIII,1ªp
12. Era Ned Land un canadiense, cuya habilidad era poco común, y que no
conocía rival en su peligrosos oficio. Destreza y sangre fría, audacia y
sagacidad, cualidades que poseía en grado superior, y bien necesitaba ser
una ballena muy ladina, o un cachalote singularmente astuto, para
librarse de su arponazo.
Rayaba Ned Land en los cuarenta años. Era un hombre de elevada
estatura, más de seis pies ingleses, vigorosamente conformado, de aspecto
grave, poco comunicativo, violento a veces, y muy colérico cuando le
contrariaban. Su persona llamaba la atención, y el poder de su mirada
acentuaba singularmente su fisonomía.
CIV,1ªp
13. (…) El 20 de julio, el trópico de Capricornio fue
cruzado a los 105º de longitud, y el 27 del propio mes
atravesábamos el ecuador por el centesimodécimo
meridiano. Consignado esto, la fragata tomó una
dirección más marcada al oeste, y penetró en los mares
centrales del Pacífico. (...)
CV,1ªp
14. (...) Los botes rodaron en todas direcciones
alrededor del Abraham Lincoln,
mientras se quedaba parado, y no dejaron
un solo punto sin explorar. Pero había
llegado la tarde del día 4 de noviembre sin
haberse descubierto aún ese misterioso
submarino
CV,1ªp
15. (...) A dos cables del Abraham Lincoln y de su aleta de estribor, el mar parecía estar alumbrado por debajo. No era un simple fenómeno de
fosforescencia, ni podía haber equivocación- El monstruo, sumergido a algunos metros de la superficie de las aguas, proyectaba aquel
resplandor, muy intenso, pero inexplicable, que ya los informes de algunos capitanes habían mencionado. (...)
CVI,1ªp
16. La fragata se acercó sin ruido, paró la máquina a dos cables del animal, y se deslizó sobre su simple andar. (...) En aquel momento,
inclinado sobre la batayola del castillo, veía debajo de mi a Ned Land, agarrado con una mano en el moco del bauprés, y blandiendo en
la otra su terrible arpón. Apenas le separaban veinte pies del animal inmóvil. CVI,1ªp
17. (...), y dos enormes mangas de
agua cayeron sobre la
cubierta, corriendo de proa a
popa como un torrente,
derribando a los hombres y
rompiendo las trincas del
maderamen
CVI,1ªp
18. Se produjo un espantoso choque; y fui arrojado por encima de la batayola sin haber tenido tiempo de
agarrarme, y precipitado al mar.
CVI, 1ªp
19. De pronto me sentí asido por una mano vigorosa que me levantó
violentamente a la superficie del mar, y percibí estas palabras
pronunciadas a mi oído:
-Si quiere el señor tomarse la molestia de apoyarse en mi hombro, nadará
mucho mejor.
Agarré con una mano el brazo de mi fiel Conseil
-¿Ned! -Exclamé
-¡En persona, y corriendo tras de su conquistado premio! -respndió el
canadiense.
-¿Habéis sido arrojado al mar por el choque de la fragata?
-Sí, señor profesor, peromás afortunado, he podido tomar casi
inmediatament pie sobre un islote flotante.
-¡Un islote!
-O, mejor dicho, sobre vuestro narval gigantesco
CVII,1ªp
20. De pronto, en el interior del barco resonó un ruído de herrajes. Se levantó una trampilla; un hombre apareció, dio un grito singular, y
desapareció enseguida.
Algunos instantes después, ocho fornidos mocetones, cubierto el rostro, aparecían silenciosamente y nos metían en su formidable
máquina. CVII,1ªp
21. Percibimos un ruido de cerrojos, la puerta se abrió, y
aparecieron dos hombres.
El uno era de corta estatura, (...)
El segundo desconocido merece una descripción más
detallada (...)
No hubiera podido precisar si aquel personaje tenía
treinta y cinco o cincuenta años. Su estatura era alta, su
frente ancha, su nariz recta, su boca dibujada con
perfección, sus dientes magníficos, sus manos finas y
largas, (...).
Aquel hombre constituía ciertamente el tipo más
admirable que jamás he visto.
CVII,1ªp
22. Entretanto, el criado, mudo y tal
vez sordo, había dispuesto la
mesa, poniendo tres cubiertos.
Cada objeto, cuchillo, tenedor,
cuchara, plato, tenía una letra
rodeada de una divisa, y cuyo
facsimil es el siguiente:
¡Móvil dentro del elemento
móvil! Esta divisa se aplicaba
perfectamente al aparato
submarino (....). La letra N era
sin duda la inicial del nombre del
personaje enigmático que
mandaba en el fondo de los
mares.
CVIII,1ªp
23. Antes de poder hacer el menor movimiento para impedirlo, el canadiense se había arrojado sobre aquel
desgraciado, y derribándolo, lo tenía agarrado por la garganta. (...)
-Calmaos, señor Land; y vos, señor profesor, tened la bondad de escucharme. CIX,1ªp
24. Al oir aquellas palabras, Ned land se levantó súbitamente. (...) El jefe, apoyado sobre el ángulo de la mesa y cruzado de
brazos, nos observaba con profunda atención (...)
CX,1ªp
25. He roto con la sociedad entera, por motivos
que yo solo tengo el derecho de apreciar. no
obedezco a sus reglas,(...)
CX,1ªp
26. Desconoceis la mayor parte de
estos manjares.
Hace mucho tiempo que he
renunciado a los alimentos
terrestres y no por eso me
encuentro mal.
-¿Con que todos estos alimentos
son producto del mar.
-Sí, señor profesor el mar provee
todas mis necesidades.
CX,1ªp
27. -Os doy las gracias,le dije al capitán, por haber puesto
esta biblioteca a mi disposición:en ella hay tesoros de
ciencia de los que pienso aprovecharme.
CXI,1ªp
28. -Comprendo,capitán,comprendo el placer de pasearse
entre semejantes riquezas. Sois de aquellos que han
reunido por sí mismos sus tesoros. Ningún museo de
Europa posee una colección comparable con la vuestra.
CXI,1ªp
29. -Existe un agente poderoso, obediente,
rápido, fácil, que se pliega a todos los usos
y que reina a bordo de mi barco como
dueño y señor. Todo se hace aquí por su
mediación. Me alumbra, me calienta y es el
alma de mis aparatos mecánicos. Ese
agente es la electricidad.
-¡La electricidad! -exclamé bastante
sorprendido.
-Sí, señor.
-Sin embargo, capitán, la extremada
rapidez de movimientos que usted posee no
concuerda con el poder de la electricidad.
Hasta ahora la potencia dinámica de la
electricidad se ha mostrado muy
restringida y no ha podido producir más
que muy pequeñas fuerzas.
-Señor profesor, mi electricidad no es la de
todo el mundo, y eso es todo cuanto puedo
decirle.
30. -He aquí, señor Aronnax, las diferentes
dimensiones del barco en que se halla. Como
ve, es un cilindro muy alargado, de extremos
cónicos. Tiene, pues, la forma de un cigarro,
la misma que ha sido ya adoptada en
Londres en varias construcciones del mismo
género. La longitud de este cilindro, de
extremo a extremo, es de setenta metros, y su
bao, en su mayor anchura, es de ocho metros.
CXIII,1ªp
32. Distinguíase perfectamente el mar en un radio de
media milla alrededor del nautilus. ¡Qué
espectáculo! ¿Cómo podría describirse la belleza de
aquella inmensidad? ¿Quién podría pintar los
efectos de la luz a través de aquellas masas
transparentes, y la suavidad de aquellas
degradaciones sucesivas hasta las capas inferiores y
superiores del océano?
CXIV,1ªp
34. <<-¿Bosques submarinos?
-Sí, profesor.
-¿Y usted se ofrece a enseñármelos?
-En efecto.
-¿A pie?
-Y sin mojarse.
-¿Cazando?
-Cazando.
-¿Escopeta en mano?
-Sí.>>
<<Encontré un islote descubierto en
1801 por el capitán Crespo y al que
los antiguos mapas españoles
llamaban roca de la plata>>
CXV,1ªp
35. Los vestidos se componían de pantalón y
chaqueta, terminado el primero en un par de
gruesas botas de pesada suela de plomo.El
tejido de la chaqueta estaba reforzado con
laminillas de cobre que acorazaban el pecho,
lo resguardaban del embate de las aguas y
permitían que los pulmones funcionaran
libremente; sus magas terminaban en forma
de guantes almohadillados que no
estorbaban en modo alguno los movimientos
de la mano. Como se ve, había mucha
diferencia entre estas escafandras
perfeccionadas y esos trajes informes, como
corazas de corcho, sobrevestas, cofres, etc..,
inventados y perfeccionados en el siglo
XVIII.
CXVI,1ªp
36. El suelo estaba lleno de pólipos
equinodermos: las cornularias, que viven
aisladamente;los enjambres de oculinas
vírgenes, designadas en otro tiempo con el
nombre de coral blanco; las fungias, erizadas
en forma de seta; las anémonas, adherentes
por su disco muscular presentaban el aspecto
de un inmenso cuadro de flores, esmaltado de
porpitas engalanadas con sus collares de
tentáculos azulados, de estrellas de mar, que
cuajaban la arena, y cuyos festones mecían a
impulso de las ligeras ondulaciones
producidas por nuestra marcha.
Moluscos que cubrian el suelo a millares, las
pedrinas concéntricas, los martillos, las
donáceas, verdaderas conchas saltadoras, los
trocos y otros mil productos del inagotable
océano
CXVI,1ªp
37. “Nada tenemos a la vista”.
Y, en efecto, el océano estaba desierto. Ni una sola vela se divisaba en el horizonte.
Las alturas de la isla de Crespo habían desaparecido durante la noche. El mar,
absorviendo los colores del prima, a excepción de los azules, reflejaba estos últimos en
todas direcciones, revistiéndose con un admirable matiz de añil. CXVIII,1ªp
38. -¡Un navío!. -exlamé.
-¡Si, señor! -respondió el canadiense-, Un navó desamprado que se ha ido a pique.
CXVIII,1ªp
39. Los islotes con los que la Boussole y la Astrobale se habían estrellado. Llegamos a el archipiélago de pomatu
CXIX,1ªp
40. Dos días después de haber cruzado el mar de
Coral, el 4 de enero, tuvimos a la vista las
costas de la Papuasia. En tal ocasión, el
capitán Nemo me comunicó su propósito de
pasar al océano Índico por el estrecho de Torres.
La información se limitó a eso. Ned vio con
placer que mediante tal ruta nos acercábamos a
los mares europeos.
CXX,1ªp
41. De pronto, un choque me derribó. El
Nautilus había tocado un escollo y
permanecía inmóvil, algo escorado a babor.
CXX,1ªp
42. A las ocho y media, la canoa del Nautilus
estaba ya, divisando la isla de Gueboroar,y
poco después encallaba en una playa
arenosa,después de haber cruzado con toda
facilidad el anillo coralino que rodeaba a la
isla.
CXX,1ªp
43. -Escúcheme una palabra, maestro Land, le
dije al arponero que se disponía a devastar
otro cocotero. El coco es buena cosa, pero
antes de llenar con él la canoa, me parece
prudente ver si la isla no produce otras
sustancias no menos útiles. Las legumbres
frescas serían bien recibidas en la despensa
del Nautilus.
CXXI,1ªp
44. Nos hallábamos absortos Conseil y yo en la
contemplación de nuestro tesoro, con el que esperaba
enriquecer el museo, cuando una maldita piedra,
lanzada por un indígena, rompió el precioso objeto en la
mano de Conseil.(...)
El primero de los indígenas que tocó el pasamano de la
escalera, rechazado hacia atrás por no sé qué fuerza
invisible.(...) Ned Land, llevado de sus violentos
instintos, se lanzó a la escalera. Pero nada más tocar el
pasamano,fue derribado a su vez.
-¡Mil diantres!- bramó-. ¡Me ha golpeado un rayo!(...)
CXXII,1ªp
45. Yo seguía tales estudios con el más vivo interés. El
capitán Nemo ponía en ellos una verdadera pasión.A
menudo me preguntaba yo con qué fin procedía él a esas
observaciones. ¿Las hacía en beneficio de sus
semejantes? No era probable que así fuera, pues, un día
u otro, los resultados de sus trabajos debían perecer con
él en algún mar ignorado.(...)
El segundo atrajo de nuevo la atención del capitán.
Éste suspendió su paseo y dirigió otra vez el catalejo
hacia el punto indicado. (...) Me disponía a observar a
mi vez el punto indicado, cuando se me arrancó
brutalmente el instrumento de la mano(...)
Así pues, no bastaba inflingirnos la prisión para
ocultarnos los proyectos del capitán Nemo, sino que
además había que narcotizarnos.(...)
CXXIII,1ªp
46. “Al día siguiente, por la mañana, cuando subí al puente
hallé allí al capitán Nemo (...).Nada me dijo del muerto.(...)”
“Una ligera pendiente nos condujo a un fondo accidentado,
(...) reconocí inmediatamente la maravillosa región a la que
nos conducía el capitán Nemo. Era el Reino del Coral.”
“Yo conocía los últimos estudios hechos sobre este curioso
zoófito (...) y nada podía tener más interés para mí visitar
uno de estos bosques petrificados”.
CXXIV,1ªp
47. “Al cabo de unas horas de marcha habíamos llegado al límite
extremo de la formación del coral.”
“Mis compañeros y yo suspendimos nuestra marcha al ver que el
capitán Nemo se había detenido (...) fue entonces cuando me di
cuenta de que cuatro de ellos llevaban sobre sus hombros un
objeto de forma oblonga”.
“A una señal del capitán Nemo, se adelantó uno de sus hombres
y comenzó a excavar un agujero con un pico”.
“El agujero se convirtió en una fosa, en la que metieron el
cuerpo”.
“El capitán Nemo y sus hombres se acercaron a la tumba,
extendieron sus manos en un gesto de despedida”.
CXXIV,1ªp
48. “Al disponerse el Nautilus a practicar su inmersión,
descendí al salón”.
“Estábamos surcando las aguas del océano Índico,(...)
durante varios días el Nautilus navegó entre 100 y 200
m de profundidad”.
“Vi algunas especies que no me había sido dado poder
observar hasta entonces”.
CI,2ªp
49. infusorios
“ Hacía las siete de la tarde, el Nautilus. se halló en medio de un
mar blanquecino que se diría de leche”.
“Conseil no podía dar crédito a sus ojos y me interrogó sobre las
causas del singular fenómeno”.
“-Es lo que se llama un mar de leche- le respondí-(...).
-Pero, ¿puede decirme el señor cuál es la causa de este singular
efecto?-.
-Esto que tanto te sorprende es debida a infusorios, una especie de
gusanillos luminosos, incoloros y gelatinosos (...)”.
“Hacia media noche el mar recuperó su aspecto ordinario”.
CI,2ªp
50. La perla no es más que una concreción nacarada de forma
globulosa, que se adhiere a la concha de la ostra o se incrusta en
los pliegues del animal. Cuando se aloja en las valvas, la perla es
adherente; cuando lo hace en la carne, está suelta. Siempre tiene
por núcleo un pequeño cuerpo duro, ya sea un óvulo estéril, ya un
grano de arena, en torno al cual va depositándose la materia
nacarada a lo largo de varios años, sucesivamente y en capas finas
y concéntricas.
CII,2ªp
51. Era un hombre, un hombre vivo, un indio, un negro, un pescador, un
pobre diablo sin duda, que iba a rebuscar antes de la cosecha. Distinguí
desde mi puesto la quilla de su canoa, situada a algunos pies sobre su
cabeza, y pude observar que se sumergía y volvía a la superficie.
CIII,2ªp
52. Pero ese capricho no puede
llevarnos lejos -dijo Ned-. El
golfo Pérsico no tiene salida. Y
si nos adentramos en él no
tardaremos en volver sobre
nuestros pasos.
CIV,2ªp
53. Crecian allí esponjas de todas
las formas: pediculadas,
foliáceas, globulares y
digitadas. Tambien crecian
distintos tipos de algas.
CIV,2ªp
55. ¡Ah! ¡Se mueve, se sumerje! ¡Mil
diantres! ¿Que animal puede ser?
No tiene cola bifurcada como las
ballenas o los cachalotes y sus
aletas parecen mienbros troncados
CV,2ªp
56. Pocas palabras. Que estamos en Europa y que antes que los antojos del capitán Nemo nos lleven hasta el fondo de los mares polares otra vez a
Oceanía, deseo huír del Nautilus. CVI,2ªp
61. Se escribía el 20 de febrero y aún se notaba el
frío, subí al puente de mando.
El Capitán Nemo se encontraba dando órdenes
de entrar en la cueva submarina.
CXX,2ªp
62. Una vez allí, reposamos, ya que al Nautilus no le
quedaba mucho combustible.
CX,2ªp
63. Ya fuera, nos encontrábamos
pasando por Cabo de Hornos y
nos dirijíamos al Polo Sur.
CXII,2ªp
64. Ya nos encontrábamos rodeados por
el hielo, cuando nos topamos con un
grupo de cachalotes y ballenas. La
tripulación reaccionó rápidamente y
lo convirtieron en un mar, frío y
ensangrentado.
CXII,2ªp
65. Pues bien- replico el
canadiense-, ¿por qué ha
de haber más?
Miré con fijeza a Ned
Land, cuyas intenciones
se adivinaban facilmente.
66. De repente a tripulación vio un grupo
de ballenas y por otro lado uno de
cachalotes.
Las dos pandillas de mamíferos
empezaron una gran pelea.
CXII,2ºP
67. Ned Land se sumó a la lucha.
Cogió los mandos del submarino
y rapidamente, despues de varios
giros bruscos empezó a atacar;
fué partiendo todos los animales
por la mitad.
Después de luchar contra las
ballenas y cachalotes el
Nautilus se vio nadando en un
mar de sangre.
CXII,2ªp
68. El profesor Aronnax notó que Ned
Land cada vez se comportaba de
una forma más agresiva a medida
que avanzaba el viaje.
69. El 14 de marzo y a los 55º de longitud,
adevertí algunos hielos flotantes, si
bien no eran más que pedazos sueltos y
descoloridos, de veite a veiticinco pies,
formando escollos, contar los cuales se
estrellaba el mar.
CXIII,2ªp
70. Los hielos nos rodeaban por todos
lados y cerraban el horizonte. Sin
embargo, el capitán Nemo seguía
sorteándolos por los pasos que
quedaban libres y avanzaba hacia el
polo.
CXIII,2ªp
71. -¿Un incidente, capitán?
-No, señor;ahora es un accidente.
-¿grave?
-Tal vez.
-¿Y el peligro es inminente?
-No.
-Ha varado el nautilus?
-Sí
-¿Y la causa ha sido...¿?
--Un capricho de la naturaleza,no la i
mpericia de los hombress
CXV,2ªp
72. Hacía tiempo que Nemo se había vuelto más
hosco, menos comunicativo;parecía que huía de
mí y le veía rarísimas veces(...)
Antes se complacía por explicarme las
maravillas submarinas,ahora me dejaba
entregarme a mis estudios, sin acudir al salón
73. El 20 de abril estábamos a una profundidad media de 1500 metros.
Ned me llamó hacia un formidable hormiguero que había entre las grandes
algas.
-Ahí debe haber cavernas de pulpos- dije-
-¿Qué?-exclamó Conseil-¿Calamares simples,calamares de la clase
cefalópodos?
-No,pulpos de gran tamaño.Pero el amigo Ned no se ha equivocado sin
duda,porque no veo nada(...)
-¿Qué habéis visto eso?-exclamó el canadiense
-Si,Ned
-¿Y dónde?
-En una iglesia en Sant Malo-contestó consejo-
-¡En una iglesia!
CXVIII,2ªp
74. -¡Buena y curiosa colección de pulpos!
-En efecto, señor naturalista -me
respondió-, y vamos a batirnos con
ellos cuerpo a cuerpo.
-¿Cuerpo a cuerpo? -le dije
-Si señor. La hélice está parada, y creo
que las mandíbulas córneas de unp de
esos calamares se han agarrado a una
de las aletas, lo cual nos impide andar-
-¿Y que vais a hacer?
-Subir a la superficie y matar a toda
esa podredumbre
CXVIII,2ªp
75. Había allí diez hombres armados con hachas de abordaje y
distipulos para el ataque.Conseil y yo empuñamos dos hachas
y,Ned Land un arpón.
-¡Que espectaculo!El desgraciado habia asido por el tentaculo y
y,poegado a sus ventosas sufria fuertes balanceos y gritaba:
¡Socorro!¡Socorro!
El capitan Nemo se precipito sobre el pulpo y de un hachazo le
corto otro brazo.¡Qué escena tan horrible!
CXVIII,2ªp
76. La tempestad estalló el 8 de mayo,precisamente justo cuando el Nautilus
flotaba a la altura de Long Island.
Puedo describirla,porque en vez de huir de ella,refugiándose en las
profundidades del mar,el capitán Nemo quiso por un inexplicable
capricho,arrostrarla en la superficie(...)
El barómetro bajó a 710 milimetros,como sucedio en 1860,en la isla de
Reunión,durante un huracán.A las 22:00 de la noche el cielo era todo
fuego.Un estruendo terrible atronaba el espacio.
CXIX,2ªp
77. El Nautilus lo siguió hasta su fondo más bajo, situado a cuatro mil cuatrocientos treinta y un metros, y allí reposaba
todavía sin sufrir ningún esfuerzo de tracción. Luego, nos aproximamos al lugar en que se había verificado el accidente de
1863.
El fondo oceánico formaba un ancho valle de ciento veinte kilómetros, en el que hubiera podido colocarse al Mont Blanc sin
que su cima emergiera del agua. El valle está cerrado al Este por una muralla de dos mil metros cortada a pico. Llegamos
allí el 28 de mayo. En ese momento, el Nautilus no estaba más que a ciento cincuenta kilómetros de Irlanda.
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78. -¡Capitán!
No respondió.
Le dejé y subí a la plataforma. Conseil y Ned
Land me habían precedido.
-¿De dónde viene esa detonación? -pregunté.
-Un cañonazo -respondió Ned Land.
Miré en la dirección del navío que había
visto. Se acercaba al Nautilus y se veía que
forzaba el vapor. Seis millas le separaban de
nosotros.
-¿Qué barco es ése, Ned?
-Por su aparejo y por la altura de sus
masteleros -respondió el canadiense
-apostaría a que es un barco de guerra.
¡Ojalá pueda llegar hasta nosotros y echar a
pique a este condenado Nautilus!
-¿Y qué daño podría hacerle al Nautilus,
Ned? -dijo Conseil-. ¿Puede atacarle bajo el
agua, cañonearle en el fondo del mar?
-Dígame, Ned, ¿puede usted reconocer la
nacionalidad de ese barco?
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79. -Señor Aronnax, prepárese para huir…
-¿Cuándo?--le pregunté.
-Esta misma noche, Conseil también
viene- me contestó el canadiense.
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80. El navío comenzó a describir una espiral, cuyo radio
disminuía progresivamente, arrastrando consigo al bote,
sujeto todavía a su costado.
Los pernos cedieron y la canoa fue impulsada al espacio
en medio de un torbellino, y así fue como mi cabeza
chocó bruscamente contra uno de los listones de metal
de la embarcación, y la violencia del golpe me hizo
perder el conocimineto.
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81. Así fue como terminó nuestro viaje. Al recobrar el
conocimiento, me encontré acostado en la cabaña de un
pescador en las islas Loffoden. Mis dos compañeros, sanos y
salvos se encontraban allí.
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82. <<Quién ha podido jamás sondear las profundidades del
abismo…?>>, hay dos hombres entre todos los hombres que
tienen el derecho de contestarla: el capitán Nemo y yo.
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