El vidrio se originó en Egipto y Mesopotamia hace aproximadamente 3500 años, donde se producían vasijas y figurillas de vidrio coloreado. La técnica del vidrio soplado se desarrolló en el siglo I a.C. en las costas fenicias. Durante la época romana, la fabricación de vidrio se extendió por todo el Imperio. Los primeros vitrales aparecieron en iglesias cristianas a partir del siglo X, adoptando diferentes estilos como el románico y el gótico.