La persona cuenta que recibió una llamada avisándole que su consulta ginecológica sería ese mismo día. Apresuradamente se limpió las partes íntimas con una toallita húmeda antes de ir a la consulta. Durante el examen, el médico le hizo un comentario sobre su higiene. Más tarde, su hija de 6 años le pidió la misma toallita que había usado, pues la había dejado llena de brillantinas y purpurinas.